“La Libertad sin ética, es anarquía”
Platón
El pronunciado proceso de descomposición que vive nuestra sociedad, está signado por una serie de manifestaciones dramáticas que somatizamos a diario: corrupción generalizada, asesinatos, destrucción de bienes, miedo, secuestros, zonas liberadas, inseguridad, narcotráfico, parálisis del sistema judicial, disfuncionalidad de los organismos institucionales destinados a contener la violencia, etc.
Giramos sin sentido en torno a los efectos, tratando de explicar lo inexplicable. La actual etapa civilizatoria en curso, la del conocimiento, determina una constante actualización conceptual, signada por la red y la nueva Guerra Mundial en curso, la Antiterrorista Global, iniciada el 11 de setiembre de 2001, y que prosigue su derrotero enfrentando a los Estados Nación por un lado y al Crimen Organizado y a los fundamentalismos fanáticos por el otro, evento que día a día nos espanta en los rincones más diversos del planeta. La humanidad se globalizó y las amenazas también.
Nuestro querido país, como de costumbre, se encapsuló en las últimas décadas en una maraña indescifrable de ideologías vetustas y perimidas, signando a nuestras Instituciones de contenido doctrinal. La Ideología reemplazó a la Política, y hoy sufrimos y somatizamos las consecuencias. La Seguridad y la Defensa Nacional, son conceptos fuera de la agenda política. La ignorancia dirigencial y la corrupción arrasaron a nuestras fuerzas de seguridad, feudalizándolas, vaciándolas de liderazgo y valores con lo cual se transformaron en una mera acumulación de personal, sin planeamiento, misión, capacitación y ejemplaridad.
Hoy que ya se abordan en teoría estratégica las Guerras de Quinta Generación, el Terrorismo Global, el Narcotráfico, el Ciberterrorismo, por citar sólo algunas, donde el concepto de Seguridad Exterior e Interior quedó obsoleto y se funden en un solo cuerpo la Seguridad y la Defensa Nacional, nuestra dirigencia ha quedado anquilosada en la Guerra Fría, pensando en términos meramente ideológicos, que nos conducen inexorablemente a la disgregación y al Estado Fallido.
La carencia de Planeamiento Estratégico en todos los niveles del Estado, denota una alarmante improvisación y descontrol en las estructuras de Seguridad. La reacción reemplazó a la responsabilidad, la incertidumbre al riesgo, careciendo de una verdadera doctrina, sustentada en una moderna Teoría del Conflicto Contemporáneo. Sumado esto a la anomia cultural que ha sido la constante en las últimas décadas, manifestada en la decadencia del concepto de familia y la virtual destrucción de la escuela pública, nos arrastrará a situaciones de violencia de difícil pronóstico. Los índices de pobreza y marginalidad, los millones de habitantes que viven en peores condiciones que en la Edad Media en los barrios carenciados del conurbano bonaerense y de las ciudades del interior, el genocidio de la droga que ha llegado hasta los últimos rincones de nuestra Patria no son más que el reflejo de esa decadencia cultural que nos ha signado como Nación.
Será necesario construir un verdadero Sistema de Seguridad Nacional, que integre a los tres niveles claves: la Seguridad Internacional, la Seguridad Estratégica del Estado y la Seguridad Pública, por lo que tanto la Cancillería, el Ministerio de Defensa y el de Seguridad deberán trabajar en forma coordinada y conjunta para enfrentar con eficiencia a las nuevas amenazas internacionalizadas. Estas instituciones carecen hoy de previsiones estratégicas, hecho paradójicamente decretado por nuestra propia legislación, la de Defensa y la de Seguridad Interior. Argentina es el único país que ha decretado su propio estado de indefensión por Ley. Salir de éste laberinto es la función esencial del Poder Político, y no hay nada más Político que la Seguridad y la Defensa de los valores centrales de un pueblo. Ojalá lleguemos a tiempo.
Escritos analíticos, sofisticados, pormenorizados, efectuados por destacadas personalidades de la cultura, doctorados en ciencias, políticos de trayectoria, y demás, abundan. Todos saben, conocen, aconsejan y hasta dicen tener la solución y uno se pregunta: por qué no lo arreglan?… porque ellos también son parte del problema.