Valores

5 cosas para hacer por la paz cuando hay guerras en el mundo

Escrito por Daniel Colombo
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En medio de este mundo convulsionado por guerras y actos terroristas, millones de personas abogan por la paz, ese proceso activo que nace desde cada uno y que, como una fuerza milagrosa, busca ganar su espacio y expandirse sin importar las fronteras.

Sin embargo, muchas veces no alcanza el esfuerzo individual, ya que quienes gobiernan o tienen intereses creados que pueden afectar seriamente a la humanidad, pareciera que se esfuerzan por hacer añicos los anhelos más preciados, como son el equilibrio, la cordura, la libertad de elegir y la paz.

¿Podemos encontrar juntos una salida, una luz, un camino para atravesar esos males del mundo? ¿Hay algo de aprendizaje al observar de cerca o a miles de kilómetros, millones de vidas deshechas de un momento a otro?

Sin la pretensión de responder estas preguntas, y con el fin de acercar algunas herramientas prácticas que pueden ayudar, aquí encontrarás cinco alternativas que se pueden practicar de inmediato. El deseo profundo es que podamos conectarlas tan fuerte con los deseos positivos de cada ser humano, para que, en algún momento, las cosas dolorosas del mundo puedan empezar a ser un poco diferentes.

 

1) La elección individual

“Si quieres cambiar el mundo, empieza por dar una vuelta por tu propia casa”, afirma un conocido proverbio.

La paz es un proceso activo, que nace de cada uno, e implica un esfuerzo interior irrenunciable por más acontecimientos difíciles que se vivan.

Herramientas prácticas: Empieza por sostener la paz en todos y cada uno de los aspectos de tu vida. Ocúpate de las cosas que tienes a mano, en tu círculo personal, antes de militar por cambiar el mundo.

Toma consciencia de las pequeñas y grandes batallas cotidianas con tus relaciones, tu comunidad, tus amigos, el trabajo, y también, dentro de tu mente y espíritu. Trabaja en silenciarte, conectarte más con tu esencia y que eso sea tan fuerte que se transforme en algo visible y tangible.

Esto incluye aprender a respetar las diferencias; a no prejuzgar y a ser más amable y compasivo, empezando por ti, y siguiendo por tu entorno directo al alcance de tu mano.

 

2) Practica ser optimista y positivo

Incluso en los peores momentos hay una estrategia que no falla: el poder de tu actitud. Por lo general las personas siguen las polaridades energéticas del mundo, porque resulta más sencillo identificarse con la mayoría, e, incluso, no permitirte pensar lo que es verdad para ti.

Casi todas las personas rotulan las experiencias con un sistema binario: positivo/negativo es el clásico. ¿Qué tal si te elevas para encontrar una perspectiva diferente y abres la posibilidad de ver qué se ve desde allí? Busca ser neutral, que es una tercera posición sumamente útil para salir de la negatividad del momento, y hasta que puedas reconectar con tu polo positivo de casi todo.

Herramientas: Cuida tu vocabulario y comunicación. Restringe el consumo de información sin posibilidad de ser chequeada. Deja de abrumarte por los contenidos negativos en las redes sociales y medios en general. Mantente curioso e interesado de verdad por las cosas que son esenciales para ti.

También puedes practicar internamente sostener tu estado interno de equilibrio emocional y gozo, sin que esto te inhabilite para que tengas tus propios pensamientos o elecciones.

 

3) Envía tu luz al mundo

Más allá del credo que profeses, incluso si eres ateo, tus buenos pensamientos es energía circulando. Cada vez que caes en tu propia negatividad, la estás entregando a alguien más: no es inocente. Lo que piensas, las palabras, actitudes y pequeños hechos cotidianos, tampoco lo son.

Herramientas: Empezando por ti, inicia y finaliza el día agradeciendo por todo lo bueno que ya está presente en tu vida. Proyecta ese estado interno (como si estuvieses visualizando con tu imaginación creativa) hacia todo el mundo, las personas que sufren, los territorios en situaciones de guerra, atentados, hambrunas y complicaciones de cualquier tipo; para los gobernantes y las personas con poder de decisión sobre otros en sus múltiples aspectos. Hazlo en forma honesta y sincera. Envía tu intención varias veces en el día hasta que se convierta en un hábito.

La forma de verificar si esto funciona “a distancia” es verificar en tu entorno directo cómo van ajustándose las cosas. Conviértete en un científico de tus emociones y reacciones inconscientes, ya que, además de estar contribuyendo con el mundo, este cambio lo verás primero en ti.

Empieza ya, ahora es el momento. No lo postergues.

 

4) Conecta con personas en la misma sintonía

Cuando trabajas en equipo los resultados se pueden visualizar más rápidamente. Hay muchas formas de encontrar otros con pensamientos positivos afines.

La contribución al mundo no tiene por qué ser algo heroico y trascendente: hay millones de almas construyendo la paz en silencio.

Herramientas: Lo que elijas que te eleve y haga un cambio positivo por otros, vale. Hazlo sentido, no como una obligación o para lavar culpas que pudieses sentir. Algunas ideas son que aprendas a meditar, caminar al aire libre, cuidar el medio ambiente en acciones cotidianas como el control del agua, los desechos, la caridad y la solidaridad; participar de conferencias y grupos de reflexión; rezar, orar, crear conversaciones valiosas en tu hogar y en el trabajo; hacer tu ciento por ciento, sin necesidad de desviar tu atención a la mente, que querrá que le digas “¿Cómo esto está frenando la guerra del otro lado del mundo?”, ya que esa será la tentación permanente. Simplemente, hazlo todo el tiempo.

Lo fundamental es que tú no estés en pie de guerra en tu vida.

 

5) Enfócate en ser feliz en vez de tener razón

Este principio despertará más entusiasmo y energía para que te conviertas en un defensor de la paz.

¿Has observado que cuando te defines como militante, anti tal cosa, en contra de, todo eso que quisieras, inconscientemente, se vuelve en contra de ti o de la causa que persigues? Se llama principio de reversibilidad.

Según Piaget, psicólogo cognitivista especialista en las ciencias del aprendizaje y conocimiento, el pensamiento humano es reversible a partir de los 7 años. Esto significa que puedes cambiar tu estado interno a partir de modelar los pensamientos, reversándolos/revirtiéndolos a su estado positivo original.

Herramientas: Es factible que cuando empieces a trabajar en consciencia por la paz habrá muchas situaciones que desafiarán tu integridad y paciencia.

La “paciencia” es la pa-ciencia (ciencia de la paz). Si lo observas desde esta perspectiva, es más factible que le encuentres un sentido mayor para ti.

Enfócate conscientemente en hacer contribuciones positivas en todo momento y situación. Dejar de querer tener razón es una buena clave. Busca la mirada en perspectiva de lo que podría ser el bien mayor de lo que ocurre. Descubre el aprendizaje detrás del problema y el dolor. Bucea profundo en tu interior, donde yacen todas las respuestas.

La paz se hace en base a las buenas acciones cotidianas; y en esto, todos podemos hacer un aporte invaluable, hasta generar una masa crítica mundial tan grande, que su fuerza será imparable. Y allí empezarán a cambiar las cosas paulatinamente.

Sobre el autor

Daniel Colombo

Facilitador y Máster Coach Ejecutivo especializado en alta gerencia, profesionales y equipos; mentor y comunicador profesional; conferencista internacional; autor de 32 libros. LinkedIn Top Voice América Latina.

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