Vivimos en un mundo muy competitivo en el que trabajamos sin cesar y lleno de tensiones. Nos sentimos cada día más aislados en nuestras actividades laborales.
Nos cuesta mucho poder entablar vínculos con los demás y mucho más si buscamos que esos lazos se generen desde un lugar basado en el disfrute mismo del encuentro y no en el de un interés específico.
Nuestro mundo utilitario se ha extendido a todos los rincones de nuestras relaciones humanas y nos ha convertido en seres con una mirada sesgada por lo económico y la eficiencia utilitaria.
Por otro lado el auge de las comunicaciones virtuales nos ha alejado más aún del contacto directo con las personas y esta mediación genera relaciones “líquidas” que terminan siendo efímeras según vayan cambiando las circunstancias.
¿Podemos vivir de otra manera?
¿Podemos encontrarle sentido a nuestro trabajo?
Sí, podemos.
Para ello tenemos que descubrir que nuestro trabajo puede tener otro sentido.
José Kentenich nos dice que “… el trabajo debe ser una participación de corazón en la actividad creadora y en la voluntad de donación de sí mismo propia de Dios … de acuerdo a su naturaleza, el trabajo debe estar unido a la obra; debería despertar y satisfacer la voluntad de forjar y crear. …»
¿Cómo hacer para reencaminar nuestras tareas y encontrarles sentido?
Lo primero es detenernos, frenar nuestro ritmo de hacer continuo, que no nos deja espacios para reflexionar sobre nosotros mismos. Vivimos tan acelerados que no nos damos la oportunidad de encontrarnos a nosotros mismos, de meditar si el camino que estamos recorriendo es el nuestro, si nos sentimos a gusto con lo que hacemos y cómo lo hacemos.
Si descubrimos nuestra propia originalidad, nuestra forma única y personal de ser, podremos reencauzar nuestro trabajo y hacerlo con más gusto y creatividad. Y así sentiremos que lo central será darnos de lleno a nuestra tarea; nos donaremos a nosotros sin medir el esfuerzo porque fluiremos.
La consecuencia será que no nos sentiremos separados de nuestra obra, sino todo lo contrario. ¡Crecerá en nosotros el entusiasmo y las ganas de hacer y forjar!
Carlos Barrio y Lipperheide es autor de ‘Vivir la Alegría en el trabajo’, que puede descargarse en Amazon.com.