Por Juan Antonio Reig Pla*
Cuando hablamos del mundo profesional del cristiano, no es raro que se le asocie solamente a ideas relacionadas con la justicia social y a mensajes que suenan intangibles. Eso es verdad y a la vez constituye una limitación. Y además hay gente que sugiere que no es posible obrar con coherencia moral para sobrevivir, menos aún para ser feliz, en el mundo del trabajo y de los negocios.
La vida profesional no es sólo un entorno para «habilidosos» y «maquiavelos». El cristiano está llamado a transformar la sociedad en la que vive, cosa que le exige mucha paciencia y cierta tenacidad: en eso reside su capacidad para diferenciar éxito y acierto: el éxito es fruto de la suerte y produce réditos en los medios de comunicación; el acierto supera el deseo de notoriedad y acerca a la felicidad.
¿Cómo comprender el sentido de la universalidad del bien? ¿Cómo encontrar armonía en las relaciones laborales? ¿Cómo ser productivo y honrado a la vez?
Este librito camina por el laberinto de las realidades del día a día en cualquier organización. ¿Es posible descender ese escalón que pasa de las ideas razonables a las sugerencias operativas? Sólo hay que mirar con los ojos de la conciencia las situaciones a las que uno se enfrenta y pasarlas por el tamiz de la reflexión moral.
Las 22 sugerencias que se proponen, y que responden ─se lo pregunté al autor─ a que un mes típico de treinta días tiene 22 días laborables, pueden constituir el primer paso hacia una toma de conciencia por los valores cristianos en las relaciones laborales y negociales. Se trata de hacer que la «persona» tenga mayor presencia que el empleado o que el directivo.
El hombre no tiene que renunciar a sí mismo para disfrutar de lo que hace. Esa es la base de su comportamiento, que se aborda en la segunda parte del libro. No se proponen recetas milagrosas. Simplemente se descifran algunas de las claves de la realidad en el mundo de las organizaciones, sean empresas o instituciones, y se ofrecen al lector en forma de oportunidades de reflexión, incluso de propuestas para el trabajo personal: alegría, convicción, responsabilidad y compromiso.
Entregándose al trabajo con pasión y responsabilidad es posible despertar las ganas de vivir con el Evangelio en el corazón y ante los ojos. Eso es lo que hace del cristiano un profesional vivo y feliz. Por eso el autor, al que es de agradecer esta obrita, recuerda que hay que poner a Dios en el centro del trabajo cotidiano. Este libro, que recuerda que sólo hace falta ser humilde para estar cómodo y orgulloso de uno mismo en el trabajo y en la sociedad, se encarga de ello.
Ficha
Título: Sólo hace falta ser humilde.
Autor: Jaime Noguera Tejedor
Editorial: Editorial, etc.
Año de publicación: 2015
Descarga en PDF: https://goo.gl/JfqCAV
* El autor es Obispo de Alcalá de Henares. El presente texto corresponde al prólogo del libro ‘Sólo hace falta ser humilde’, de Jaime Noguera.