Para celebrar su sexta década de vida, ACDE Mendoza realizará un foro este viernes 24 de mayo en la capital cuyana, focalizada en una pregunta que apunta a la esperanza y un llamado a la acción: “Argentina, ¿tiene futuro? Reflexiones para iniciar el proceso de cambio”. La actividad contará con la participación de un panel de lujo: la profesora Paola Delbosco, el fiscal José María Campagnoli y Carlos March.
Por tal motivo, quisimos conocer más acerca del significado de esta propuesta y para ello consultamos a la presidente de ACDE Mendoza, María Inés Amoretti.
Plantear el futuro de la Argentina no es novedoso: luego de grandes crisis volvemos a hacerlo. ¿Qué es lo diferente ahora?
Los argentinos siempre hemos sido antagónicos, hemos vivido historias de crisis a las que estamos desgraciadamente acostumbrados. Pero en esta oportunidad notamos que hay falta de confianza y pérdida de valores. Hay cosas que hablan de una gran herida: listas de candidatos con prontuario o que no pueden demostrar su patrimonio, madres que se pelean delante de sus chicos en el colegio o que no hay empresarios corruptos presos. Si nos pasa todo esto, es que estamos heridos como sociedad.
Pensar en la sustentabilidad implica hacerlo sobre todo desde el punto de vista económico o político. ¿Alcanzan esas dimensiones o son necesarias pero no suficientes?
Por supuesto que no. La dimensión educativa, la cultural y la económica son fundamentales para encontrar consensos. Como hemos aprendido de la prédica de Enrique Shaw que “si no es bueno para mi país no es bueno para mi empresa”, si no priorizamos el bien común, no tendremos salida. Nuestro país podría ser muy diferente. Por eso debemos focalizarnos en los acuerdos por cosas básicas, como la educación, partiendo de una antropología humanista y realista. Pero si se cercena la dimensión espiritual, estamos vaciando la educación misma de muchos contenidos valiosos que se traducirían luego en una convivencia cívica más fructífera
¿Cuál creen que el rol que tiene la sociedad civil en un planteo de futuro del país?
Es fundamental apuntalar el rol de las organizaciones de la sociedad civil, que ha sido en la historia argentina. Por citar un caso, en la campaña de Belgrano en el Norte y el Alto Perú, cuando se da la orden de abandonar la zona en manos de los realistas, la ciudadanía dio su apoyo en recursos y vidas para sostener la posición que salió victoriosa en la batalla de Salta. Otro tanto pasó en Cuyo con una población movilizada y comprometida por la causa del Libertador; o la reconquista y defensa de Buenos Aires durante las invasiones inglesas. Está en nuestro ADN participar. Tenemos que volver a tener ese protagonismo y a implicarnos en las soluciones. En el país hay millones de personas que todos los días construyen silenciosamente el país. También una cantidad de recursos productivos como pocos países en el mundo. Pero la realidad es que tenemos un 30% de pobreza y vamos de crisis en crisis. Creo que una respuesta posible es que no nos estamos viendo unos y otros en un proyecto de país viable.
¿Qué aspectos creen son más urgentes para trabajar si se apuesta por un futuro mejor de la Argentina?
Recuperar la educación; agregar la dimensión cívica a este aspecto vital, también la educación religiosa y espiritual. Deberíamos consensuar un proyecto de país viable como meta para el que la ciudadanía pueda trabajar coordinadamente. Y que la misma ciudadanía sea contralor de los excesos del Estado, la ambición de determinados sectores o algunos funcionarios. También diseñar un sistema de recaudación fiscal que sea accesible para todos los ciudadanos y sobre todo, para las Pymes
¿Qué rol deberían cumplir los empresarios en esta apuesta?
Claramente un rol propositivo, colaborador, abandonando el propio beneficio personal como único objetivo; que se habitúe a tomar riesgos y que se comprometa con las soluciones y regulaciones pedidas al Estado. Los empresarios tenemos mucho por hacer.
¿Qué deberían cambiar y en qué focalizarse para ser eficientes en su trabajo por un futuro mejor?
Primero, rechazar la corrupción y las prebendas como una vía natural de hacer negocios. Debemos dejar de pensar que se puede ganar una mano de póquer en la cubierta del Titanic. Mejor armar frentes comunes para oponernos a los pedidos de coimas y sinergizar nuestras actividades; considerar el impacto social a la hora de evaluar una inversión; y reclamar juntos por un sistema impositivo más justo en lugar de evadir como primera opción.
¿Qué se pretende lograr con este foro?
Concientizar a la ciudadanía del verdadero poder que tiene: de transformar lo que no le gusta. Por eso invitamos al fiscal José María Campagnoli, para que comparta su experiencia. Qué necesita él del poder político, de la ciudadanía y de los empresarios. A Carlos March, de extensa y fecunda actividad en organizaciones de la sociedad civil, cómo se realiza una compaña de expresión social. Y a la profesora Paola Delbosco para que son su reflexión nos ayude a encontrar pautas para un futuro mejor.