«…Porque donde hay dos o tres reunidos en Mi nombre, yo estaré en medio de ellos»
Mateo 18.20
Por demasiados años ya, los argentinos venimos viviendo en una destructiva secuencia de ilusiones, frustraciones, problemas y propuestas que parecen competir entre ellas para llegar a un resultado de pobreza física y espiritual sin ganadores. La ecuación da cero y hasta quizás valores negativos. Diagnósticos ha habido y hay muchos así como promesas y compromisos que enmascaraban puro y dañino populismo.
La crudeza de lo anterior no puede ser obviada ni tampoco llevarnos a abandonar la determinación por sacar al país del barro que sólo divide y genera mesianismos en lugar de realistas acciones conscientes del esfuerzo y dolor a asumir pero factibles como objetivos y tareas. Necesitamos gestar, con realismo, acuerdos esenciales de sociedad y estado dejando de lado partidismos estériles y acciones deleznables cuyo resultado ha sido el reparto de pobreza, el saqueo y la corrupción.
Desde ACDE queremos y debemos una vez más, analizar nuestras conciencias y capacidades para proponer caminos prioritarios e impostergables para salir de esta peligrosa encrucijada republicana, abandonando conductas tribales, anacrónicas y propias, de grupos corporativos o, peor aún, mafiosos.
Precisamos de acuerdos esenciales, que parecen ser tantos, que contradicen el sentido de lo esencial. Por ello, los dirigentes y socios de nuestra ACDE nos proponemos debatir – el 3 de Julio, en el XXII Encuentro Anual 2019 – una visión de futuro sobre pilares esenciales para construir consensos que no se pueden demorar:
- Capital Humano: educación equitativa e igualdad de oportunidades; capacitación en innovación tecnológica, competitividad para nuevas demandas laborales.
- Capital Social: conductas y niveles de confianza –propias, en la sociedad, en las instituciones- para la cohesión social y construcción de consensos.
- Capital Moral: liderazgo basado en valores, en la ética y en la responsabilidad del esfuerzo colectivo que apunte al crecimiento sostenible traduciendo los valores en acciones.
- Generación de Riqueza sustentable y equitativa: acuerdos sectoriales exitosos para el crecimiento. Ejemplos de procesos de diálogo y negociación sectorial que crean valor.
Así, la suma de los cuatro pilares, escalonados e integrados a su vez, deberían constituirse en bases concretas para la reconstrucción de una república sustentable consciente del valor del esfuerzo, del respeto y del hacer; en lugar de continuar exponiendo espejismos y meras declamaciones.
Para edificar sobre dichos pilares la sociedad argentina debe comenzar a actuar con respeto, educación, inclusión, inserción, seguridad y unidad.
Respeto como consideración a la pluralidad de ideas, instituciones, organización de la nación y del mundo con la mirada puesta en la reconstrucción del país, sus valores y activos hoy despreciados por quienes precisamente no profesan el respeto. El objetivo deberá ser no sólo buscar el respeto a nuestras opiniones sino también saber respetar la de otros sectores y formas de pensar.
Educación para rescatar a niños y jóvenes de un muy riesgoso futuro en un mundo con vertiginosos y mayores cambios. De lo contrario, quedarán irremediablemente sumergidos, anclados al fondo y a la peor de las situaciones cual es la ignorancia. Mucho se dice sobre esto pero la calidad educativa sigue esperando, atrapada, politizada en un mal sentido de la palabra.
Inclusión porque son muchos, demasiados los que por décadas han sido abandonados a manos de prebendas y subsidios cambiados por espejismos y votos. Ellos son los humildes de Cristo que quizás sólo conservan la dignidad y la fe, mientras alrededor la droga y la corrupción todo destruye.
Inserción porque sin estar y participar en el mundo, no es posible recuperar o construir nuevos espacios. El planeta se ha vuelto un chico espacio en el cual grande no es mejor; dimensión es hoy poder jugar las reglas de innovación, iniciativas y talentos que confirman lo dicho más arriba al proponer acuerdos propios por el respeto, la educación y la inclusión o sea poder generar ciudadanos del mundo.
Seguridad porque hoy el enemigo está en casa, en forma de narcos, sicarios y, corrupción que se intenta combatir con reformas legislativas y un sistema judicial que muy frecuentemente no hace honor a su nombre, no sólo ocultando sino adaptando y adoptando una rutina de descarada permisividad.
Finalmente unidad porque este esfuerzo que proponemos y queremos comprometer sólo puede generar resultados si las principales fuerzas y actores del país trabajan con dimensión de tiempos, etapas, sacrificios necesarios e incuestionable honestidad moral y de acciones. Nuestra situación como nación, si queremos serlo y merecerlo, requiere de mucho realismo y no de magia; son muchos años de declinación y volver a caminar es generalmente más difícil que dejar de hacerlo. Pero la recompensa de la constancia en la dirección correcta, no es premio sino poder mirar a nuestros hijos y sociedad y decir: ¡lo logramos!
Desde ACDE convocamos a dialogar sobre estos temas para que, entre todos, seamos capaces de proponer caminos de concordia a la sociedad y al gobierno de nuestra Nación.
Que el Espíritu Santo descienda sobre nosotros en este próximo Encuentro Anual y nos permita ser tan generosos con todos como comprometidos para rehacer la nación.