Nuestra Argentina, como muchos otros países en vías de desarrollo, sufre de “macrocefalia geográfica” consistente en la concentración de la población en las grandes ciudades y sus suburbios provenientes de una inmigración interna desde el campo y sus pueblos a la ciudad. Ese fenómeno es claramente negativo y fomenta la peor de las pobrezas producto del hacinamiento, de la escasez de servicios esenciales y del manejo clientelista en política. Por el lado del interior, se produce el vaciamiento de los pueblos con el consiguiente desaliento a la juventud.
La tecnología ofrece hoy una oportunidad de revertir ese fenómeno porque tanto el trabajo como el esparcimiento, que antes solo ofrecían las grandes ciudades, están al alcance de cualquier persona que tenga buena conexión a internet en cualquier lugar.
Cintia Jaime, creadora y directora de la Fundación ES VICIS, vio claramente el problema expuesto en www.esvicis.org y desarrolló una alternativa sostenible. Desde esa institución realizaron una prueba piloto en Colonia Belgrano, Santa Fe, donde durante cuatro años trabajaron en la migración de 15 familias de Rosario y de la capital provincial. En ese período, Colonia Belgrano aumentó en 10% su población, se instalaron 23 nuevos emprendimientos y las familias que migraron mejoraron sus ingresos y su calidad de vida. Ahora, ES VICIS promueve que se replique esta experiencia en Argentina y el mundo, y por eso quisimos entrevistar a su directora para el portal Empresa.
- Nos gustaría conocer cuáles fueron las inquietudes que llevaron a preocuparte por este problema
La inquietud nació en el momento en que observé que todo lo que hacíamos en un barrio carenciado a pasos de la Capital Federal quedaba disminuido por la cantidad de amenazas generadas por un ambiente inapropiado para el verdadero despliegue del potencial humano (niños encerrados por peligros, hacinamiento, temores, falta de servicios básicos y de reales oportunidades). Entonces comencé a pensar junto con otras personas si esto era un desastre inevitable o un problema social a resolver. Años después, a partir de lo que para muchos era una utopía, surgió la visión y el proyecto. Y así nació ES VICIS, con la vocación de visibilizar las oportunidades que ofrecen los pueblos rurales y promover la migración hacia ellos.
- ¿Cómo ves el fenómeno de la inmigración a las grandes ciudades en la Argentina y qué inconvenientes creés que producen?
La migración hacia las ciudades no es un proceso que ocurre exclusivamente en la Argentina, aunque sí es importante en este país tomar medidas urgentes ya que lidera mundialmente este proceso de vaciamiento de pueblos y regiones con el 92% de la población viviendo en urbes. Uno enseguida se pregunta: “¿Por qué hacinarse o por qué meterse en un barco a costa de perder la vida?” Esto solo se explica con la expulsión. La migración generalmente es forzada.
Sabemos que se produce un quiebre estructural en las zonas rurales con la tecnificación del campo y otras causas económicas. Las familias de los pueblos quedan sin ingresos. Al no haber inmediata respuesta de solución local para conservar la población, quien se queda sin empleo debe irse.
Pero en vez de resolver el problema, de manera centralista y con mirada egocéntrica, desde las urbes se interpreta el fenómeno de manera equivocada: “La gente viene porque aquí se vive mejor”. Y ahí comienza la trampa, ya que es un mal diagnóstico. Esta narrativa justifica el que no se invierta en el problema (causa) sino en la consecuencia, y genera el falso diagnóstico de que “ya nadie quiere vivir en los pueblos” porque “no ofrecen oportunidades”. A su vez, los pueblos que pierden población no pueden visualizar su potencial ni saben cómo detener su exilio.
La consecuencia visible es que las familias forzosamente migran hacia la ciudad y no encuentran un futuro mejor. No hay empleos. Emprenden trabajos de subsistencia en barrios carenciados de infraestructura y de servicios. Quedan excluidos del sistema.
- ¿Qué relación ves entre los índices de pobreza alarmante que tenemos en la Argentina y el fenómeno del hacinamiento en las grandes ciudades?
La pobreza y el hacinamiento en las ciudades determinan la exclusión de personas de un sistema de oportunidad. A pesar de tener todo el potencial y recursos muy apreciados, la Argentina pertenece al grupo de sociedades que excluyen a sus miembros. Y es por esta exclusión que el país no avanza.
La sociedad argentina tiene así una asignatura pendiente para con sus pares. Si el gobierno no aportó una solución y aún no ve cuál es el camino, esto no exime al sector privado de invertir en buscar soluciones a los problemas.
- ¿Cuáles serían a tu juicio las soluciones que deberían implementarse y cómo ves la participación del Estado?
Generar conciencia es sin duda el primer paso. Hablar de estos temas, sin buscar culpables, pero tratar de entender, ser autocríticos y mejorar. Cada día, existe la posibilidad de crear paraísos como el de Colonia Belgrano. Solo hay que cambiar lo que debemos cambiar, como personas o como empresas. Este es el desafío de quien vive en Argentina. Donde no hay guerras. Es un país rico que no avanza por la exclusión de su gente.
Desde el gobierno, hay políticas públicas que pueden cambiar la historia, favorecer la migración hacia los pueblos: mejoras de infraestructura, incentivos para comprar una vivienda, refaccionarla o construir la propia con un financiamiento flexible.
Hoy hay mucho para hacer. Si no está el sector privado aún no hay equipo. El sector público y el privado deben trabajar unidos.
- ¿Cuál consideras que fue el resultado de la primera experiencia en Colonia Belgrano?
Más de 20.000 familias deseaban ingresar al programa cuando solo se buscaban 20 para la experiencia. Se instalaron 15 familias en Colonia Belgrano y dos en otros dos pueblos de Santa Fe (porque así lo decidieron). Hoy hay 23 nuevos emprendimientos en Colonia Belgrano que proveen lo mismo que en la ciudad, pero con mayor éxito económico. Por ejemplo, Joana (creadora de Mimos de Mimí) vendía 10 pares de zapatos por semana, desde la ciudad. Ahora vende 500, semanalmente, desde Colonia Belgrano. Su caso es más que elocuente para demostrar cómo ser bienvenidos en una comunidad y capacitarse es necesario para desarrollar el potencial que un ser humano tiene.
- ¿Tienen nuevos proyectos para el futuro?
Nuestra fundación esparcirá los conocimientos de esta prueba piloto en Argentina y en otros países del mundo. Es global el problema y hemos decidido ser una “low cost” en transferencia de conocimientos para que pares locales (ONGs, gobiernos) seleccionen pueblos, capaciten familias en las ciudades y acompañen la transición y bienvenida. Hay capitales y hay regiones potentes que esperan acciones concretas.
- ¿Cómo forman los equipos de trabajo en la Argentina para llevar adelante los proyectos; han instrumentado algún sistema de monitoreo de los efectos de esa experiencia?
Hemos trabajado la prueba piloto con expertos en negocios, en construcción comunitaria (de casas) y trabajadores sociales. Es un programa nuevo que cuida los pilares de la migración, trabajo, bienvenida y vivienda. Hemos generado asociaciones con ONGs de la Argentina, que pusieron en marcha sus experiencias y procesos, pero también aplicamos metodologías propias durante todo el proyecto.
- ¿Cuáles serían los medios para acercar al sector empresario y a sus dirigentes a los nuevos proyectos?
La fundación ES VICIS ha financiado con capitales privados la prueba piloto en un pueblo. La prueba está, otros pueden acercarse y ponerse al hombro otros pueblos y crear paraísos a lo largo de la bella Argentina. Solo hay que desearlo y poner manos a la obra. Las ONG podemos desarrollar proyectos como este cuando hay fondos y esto es posible si está el apoyo del sector privado.