Inglehart, R. F. (2020). Giving Up on God. The Global Decline of Religion. Foreign Affairs. September-October 2020.
Si bien me llegó hace unos días a mi bandeja de entrada como “lectura de verano recomendada”, el artículo es de septiembre del año pasado (2020). Ronald F. Inglehart, su autor, falleció en mayo de este año (2021). Este experto en ciencias políticas de la Universidad de Michigan fue el creador de la Encuesta Mundial de Valores.
A continuación, les traduzco y cito textualmente algunas de las afirmaciones de Inglehart (2020). Los argumentos y justificaciones del autor las encontrarán en el texto original en inglés. Para pensar, debatir y comparar con otros datos o investigaciones.
- “Nuestras investigaciones concluyen de modo claro que la industrialización y la difusión del conocimiento científico no fueron la causa de la que la religión desaparezca”
- “De 2007 a 2019, la abrumadora mayoría de los países estudiados —43 de los 49—se han vuelto menos religiosos”
- “Aunque parezca inesperado, los países que son menos religiosos tienden a ser menos corruptos y tienen menos tasas de asesinatos, que los más religiosos”
- “Quizás la fuerza más importante detrás de la secularización es la transformación concerniente a las normas que gobiernan la fertilidad humana.”
Gracias x este envío. Trataré de leer más sobre Inglehart.
En Febrero 2021, el autor hizo algunos ajustes al artículo :
https://www.worldvaluessurvey.org/WVSNewsShow.jsp?ID=421
Muy interesante artículo. Hay muchos puntos para discutir, pero eso sería objeto de un artículo análogo en en su extensión. Me gustaría, sin embargo, resaltar algunos puntos clave, para contribuir en la reflexión.
1) El autor se refiere a la religión de un modo muy amplio. Esto tiene gran influencia en el resultado de sus investigaciones y en los juicios de valor que emite. Se le pregunta a la gente «qué tan importante es Dios para sus vidas», pero no se tiene en cuenta que para un católico, un protestante luterano, un mormón, un ateo, un hindú, Dios tiene significados muy distintos y hasta contradictorios en ciertos puntos.
2) En línea con mi comentario anterior, no se puede hacer juicios de valor acerca de la «intolerancia» y la «violencia» considerando a las religiones como un conjunto homogéneo. A modo de ejemplo, tómense las enseñanzas del Corán, o compárense la inquisición protestante y la católica.
3) Hay una fuerte petición de principio al momento de calificar de violentas a la religiones frente a posturas supuestamente más tolerantes como la pro-abortista. Muchos de los lectores opinarán que no hay mayor violencia que la que se ejerce frente a la persona inocente e indefensa, en este caso la persona humana antes de su nacimiento.
3) El estudio parte de una postura antropológica evolucionista. Las conclusiones a las que llega parecería querer demostrar que la religión es algo negativo para la sociedad. Sin embargo, parte entendiendo a la religión como una superestructura de una sociedad en decadencia (Marx), y por tanto obsoleta, negativa, para terminar demostrando lo mismo. Esto es otra petición de principio.
Por último, es importante resaltar que el artículo en cuestión no se trata de un estudio científico «peer-reviewed», y que carece de fuentes y de detalles en la descripción de su método. Un estudio en esta línea, pero con rigor científico, sin los sesgos del autor, sería muy interesante y brindaría importantes claves antropológicas y religiosas para conocer mejor al «homo religiosus».
No me animo a comentar las causas de la declinación global de lo religioso, entre otros motivos, por desconocer lo que ocurre en otras latitudes, salvo la occidental.
En cuanto a Occidente, es evidente que la principal causa reside en el hecho que los diez mandamientos son muy exigentes frente a la verificación que todo el progreso está dirigido a que la vida sea cada vez más cómoda.
A ello se agrega que la jerarquía de la Iglesia está más preocupada por lo político que por hacer conocer el mensaje de Jesucristo perdiendo así autoridad moral, amén de la escalada en los escándalos.
Estimado Francisco:
Yo creo que tenés parte de razón en las causas que enumerás, pero además de eso hay un problema filosófico de fondo. Por más cómoda que sea la vida o más escándalo que haya la Iglesia, eso no explica cómo las personas empezaron a dudar de la existencia de Dios. Fue necesaria una revolución del pensamiento para llegar a este punto.
Sería muy interesante conocer la opinión de la doctora Preziosa al respecto.
Muchas gracias Martín por invitarme a comentar y por tus «jugosos» señalamientos metodológicos sobre los sesgos y supuestos de la encuesta. Me da mucho gusto también leer a Francisco von Wuthenau (-:ví que ayer estabas en la presentación del libro de Carlos H. !).
Mis investigaciones no abordan el «homo religiosus», ni tampoco utilizo metodologías cuantitativas, sino cualitativas y sobre grupos. Cabe mencionar que el sitio web de la encuesta tiene apartados metodológicos exhaustivos y peer-reviewed papers para quienes deseen continuar con el necesario análisis que hace Martín.
«Poniendo en el freezer» momentáneamente los supuestos filosóficos de la encuesta, parece que lo destacable es que se hace cada 5 años desde 1980 y su alcance geográfico, lo que permite observar -con un instrumento limitado- variaciones en el tiempo y en las regiones.