La estrategia aplicada en el proceso de ordenar la economía fue el control total, el cepo. Del histórico cuentakilómetros del auto o millas de la aviación o de la navegación pasamos a cuenta centímetros gondolero. Como sucede con el miope, de cerca se ve perfecto, pero solo el mundo cercano y se sigue sin ver el bosque. Controlaron el precio de los productos alimenticios, el transporte, del gas, las prepagas, los celulares, la carne, las verduras y la polenta. Además, como no alcanzó, ya pagarán la luz, el gas y hasta el kilo de pan los ricos. Se incluye en este concepto de rico a todo quien no reciba planes ni sea esencial a criterio del funcionario a cargo.
La tensión para jorobarlos al entrar y salir de la Ciudad a trabajar ya los va a hacer enojar y cometerán errores. De hecho, la pandemia entró por el barrio porteño de Ezeiza.
Es la verdad, no la economía ni la pandemia. En toma de decisiones solemos recomendar que cuando las alternativas elegidas no son conducentes al logro del objetivo es prudente verificar si el objetivo es realmente el que se explicita.
Es la verdad, no la economía ni la pandemia. Los jubilados que más aportaron financian “la saraza internacional del profe de Columbia”. Los que invirtieron financiando a su Estado para su vejez cobrarán después de muertos. Les pasó por avaros y financiarla salud y justicia y educación argentina. Ni la oposición quiso exceptuar a los jubilados con bonos argentinos para que se les respetaran las condiciones originales de emisión. Los ricos tenían trusts y los bien informados bonos del Tesoro americano o dólares en la caja de seguridad.
Es la verdad, no la economía ni la pandemia. Mentir y falsificar un documento diciendo que se es personal de salud sin serlo no es delito. Darse una vacuna por excepción que dejó de usarse para alguien que luego murió por no estar vacunado tampoco es un homicidio. Ser personal de la salud posiblemente ayudará como atenuante si no se incluyeron penalidades millonarias en euros o dólares por incumplimiento de esos contratos. No podemos exigir más al personal de la salud a cargo del área legal más importante de la presidencia pues encima se perdió la selfie de su vacunación VIP. Ni que hablar de los celulares sin cámara de los Duhalde, los Massa, y tantos otros que se perdieron una oportunidad de la fotito.
Es la verdad. No es la economía ni la pandemia. Cambiemos les sacó a los jubilados un trimestre de ajuste por inflación. El Frente de Todos les sacó toda la inflación del ajuste en la fórmula. Los jubilados que más aportaron fueron y serán así los más estafados. Lo que no se pudo lograr en los 90 se logró en menos de un año y con el mensaje contrario. Las enseñanzas quedan y es mejor mentir en campaña, pues “si digo la verdad no me votan” (sic, expresidente Menem).
Es la verdad, no es la economía ni la pandemia. La verdad siempre arrasa, pero el grave problema es que llama tarde a la puerta. Sus tiempos no parecen tan humanos. Pasó con el cambio climático y la contaminación de los mares. Los judeocristianos y hasta los musulmanes llevaron ese tiempo al límite de la vida misma, prometiendo llegar a “La Verdad” – con mayúsculas- cuando nos vamos de la vida en la tierra. Argentina tiene un problema de dosis recurrente y convive con el síndrome del fumador que se percata del daño en su cuerpo cuando el enfisema pulmonar avanzó demasiado. El pánico siempre disciplina, pero el dolor y la muerte se lleva vidas en el proceso.
Es la verdad, no es la economía ni la pandemia. La posverdad es solo el espejo de la prementira. Las empresas medianas y pequeñas, los dueños de restaurantes, bares, comercios, los pequeños emprendedores no tienen más resto. No lo pueden decir, pero su dimensión no les permitió estar en “cuadernos” de la corrupción para salvarse. Cada uno es esencial en su familia. Mientras el promedio no da tan mal pues algunos ganan fortunas aprovechando la sub y sobrefacturación de exportaciones e importaciones y de protecciones arancelarias o de un seguro sueldo del Estado.
Es la verdad, no es la economía ni la pandemia. Si contratistas del Estado robaron por décadas por qué no podía robar y hacer fortuna una pareja de abogados exitosa, sus ministros, choferes, secretarios y socios. Los poderosos tienen como nunca un objetivo común. Buscarán una amnistía de los grandes fraudes nacionales de políticos, sindicalistas y empresarios confesos. Si lo logran será una gran vergüenza nacional. Los cuadernos gloria deben ser el broche de “la Gloria” y no las fotocopias que van perdiendo tono como los viejos fax.
Es la verdad, no es la economía ni la pandemia. Hay jóvenes peronistas, camporistas, liberales, radicales, del pro, de derecha o de izquierda, que acordarán que, si dejamos destruir esa documentación, nunca abriremos la puerta de una Argentina a vivir en paz. Justicia y verdad fueron y deben ser para todos y todas. Estamos en un punto en que la democracia requiere para consolidarse la opción por la verdad, puerta de nuestra libertad. Es la verdad, no es la economía ni la pandemia