No me dedico a la política, no me dedico a la filosofía. Tan solo estudié ciencias económicas. Sin embargo, desde chico, he tenido la rareza de haber visto el cielo (de muy chico) y de muchas cosas muy particulares que me fueron sucediendo en la vida, que me obligan a escribir cosas que no tienen que ver con mis intereses personales.
Por eso, hace unos días, una idea me vino, y tan solo la transcribo.
El sistema político en Argentina es presidencialista. Sin embargo, siempre está en discusión de un gran acuerdo entre los distintos sectores influyentes del país (digamos empresarios, sindicalistas, políticos, etc.). Pero eso ha sido imposible, lo que termina pasando es que el partido gobernante, gobierna imponiéndose, con la oposición poniéndole trabas.
¿Y quién pierde? Los más pobres.
El ejecutivo se tiene que dedicar a administrar. A administrar para los pobres; a colaborar para que los más pudientes puedan vivir tranquilamente, e invertir sin preocupación.
Ahora, si el ejecutivo solo le interesa ganar las elecciones para mantenerse 8 años en el poder y ser el partido dominante para imponer sus ideas e intereses. Se pierde una buena administración.
Desde mi punto de vista, el sistema presidencialista en Argentina es un fracaso. Y lo demuestran las estadísticas de pobreza, de disconformidad de la sociedad, etc. No nos mintamos.
Ahora, me pregunto, que pasaría si hubiera una especie de “Primer Ministro” o “Administrador” que pudiera administrar el país, reelegido la cantidad de veces que el Parlamento o el Congreso o la Sociedad quiera, con tan solo la potestad de Administrar. Y la política solamente se encarga de hacer debates Parlamentarios o en el Congreso.
El Administrador deberá acatar o sugerir al Congreso. Pero las decisiones políticas deben emitirse en el congreso, y tiene que haber una sociedad más activa en votar o no (o vetar) las leyes que elije la política.
Pero la Administración no tiene que surgir de la política, si no se complica. Y está pasando. En nuestro país. Y en el mundo.
Un administrador, no tiene un poder fuerte, tan solo es como el administrador de un consorcio. Está limitado por las decisiones de la política y de la justicia. Pero debe tener la continuidad para administrar el tiempo suficiente para mejorar las condiciones de vida de su sociedad. Así es como las empresas prosperan.
Con buenos CEOs (administradores). Y que estén un tiempo suficiente para hacer una empresa mejor. Si un Ceo está 4 años, de los cuales 2 se dedica a no hacer nada, esa empresa está condenada 100% al fracaso.
Ahora si el administrador, tiene que acatar o sugerir al Consejo Directivo (Parlamento), acatar sus decisiones, y administrar para mejorar su empresa (país), con un tiempo suficientemente largo, esa empresa es muy probable que funcione bien. Es el típico caso de las empresas exitosas. Podemos mencionar montones.
Llevándolo a nivel planeta.
Cada país (región), puede ser un parlamento y elegir un “Administrador” o “Gran primer ministro” para administrar el planeta, en pos de mejorar la calidad de vida global del planeta y así mejorar la calidad de vida de todo el planeta en general. De la misma forma que mencionara anteriormente.
Parece una locura, no. Es sentido común. La locura, es la situación actual.