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ACDE distinguió con el Premio Enrique Shaw la labor de empresas por la sustentabilidad y el bien común

La sustentabilidad como florecimiento a todas las formas de vida en el planeta se vio reflejada en la entrega de premios Enrique Shaw «Hacia una empresa con rostro humano» el 28 de Septiembre de 2016 en el Palacio de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, Salón San Martín.

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En la apertura de la 11a edición del premio estuvieron presentes Sara Shaw de Critto, hija de Enrique Shaw, Ana Pico Directora Ejecutiva de ACDE y Jorge La Roza, así como los distintos miembros del jurado. Enrique Shaw tenía una frase que decía: «La empresa, además de ser una célula de la vida económica, debe ser comunidad de vida».

A su vez, científicos como Fritjof Capra mencionan que una sociedad sustentable necesita ser diseñada de forma tal que su forma de vida, los negocios, las economías, las tecnologías y las instituciones sociales no interfieran con la capacidad inherente de la naturaleza para sostener la vida. Para hacerlo, necesitamos entender los principios de la ecología que los ecosistemas han desarrollado para sostener la web de la vida.

Dentro de las distintas teorías de la Responsabilidad Social Corporativa agrupadas por Garriga y Melé, todas las empresas que ganaron el premio se integran dentro de las teorías éticas, prevaleciendo el enfoque del bien común.

Pymes premiadas

Fue sumamente importante reconocer a las pymes, dado que constituyen más del 90% del tejido empresarial argentino, a fin de romper con el mito que limita a las pymes poner en marcha o identificar acciones en responsabilidad Social. El criterio de los premios se rigió por: compromiso de la dirección, replicabilidad, impacto y sustentabilidad.

Cabe destacar el fuerte impulso de las pymes Lenor y Farmacia del centro para influir en las políticas públicas, de manera de poder generar una verdadera transformación social, que es lo que pide el Papa Francisco en la Encíclica Laudato Si.

Asimismo, la emergencia de empresas como Recycling technology, con su fuerte hincapié en el desarrollo sostenible para el reciclaje y reutilización de residuos electrónicos y Cíclica, con un fuerte énfasis en los derechos universales, haciendo alusión a la 5ta meta de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, uniendo la dimensión social a través de la concientización que realiza la empresa respecto a las niñas de bajos recursos, con la ambiental respecto a la descomposición del material utilizado, demostrando la integración de las dos dimensiones.

Categoría ‘Grandes Empresas’

Las grandes empresas también tomaron protagonismo con la empresa Arcor, ganadora del 1er. Premio, con el Programa “Compras Inclusivas Responsables” que se desarrolla desde 2006 con el objetivo de ampliar y mejorar las fuentes de abastecimiento de la Compañía favoreciendo significativamente la inclusión económica de grupos que gestionan una actividad productiva.

El programa ha profundizado la mirada pasando de un concepto inicialmente focalizado en la compra en sí misma, a otro más abarcativo en el negocio inclusivo, considerando todo el proceso en su integridad.

En el caso de YPF, ganadora del 2do. Premio, cabe destacar el Programa de Formación de Fundación YPF que permite estar en contacto con las provincias, capacitar y crecer. La representante de la Fundación destaca estar llegando a los 1000 egresados para el mes de diciembre, contando al día de hoy con 2700. El programa también mirara esta formación en el desarrollo de energías renovables para poder acompañar el crecimiento del país haciendo hincapié en el Desarrollo Sostenible. Asimismo, Andesmar hizo hincapié en los derechos universales con su programa Rutas sin trata.

Finalmente, en la categoría Grandes Empresas con impacto medioambiental se destacó Unilever con 1er. Premio con Zero Waste to Landfill. El programa Cero Residuo a Relleno Sanitario previó la reducción gradual de sus residuos industriales para llegar al año 2020, con el reciclado y/o reutilización del 100 % de los residuos derivados de su proceso productivo.

Cuando Garriga y Melé citan dentro de las teorías éticas que la empresa debe contribuir al bien común, se justifican en que la empresa es parte de la sociedad y cuenta con muchos medios para conseguirlo: creando riqueza y proveyendo bienes y servicios de una manera justa y eficiente y, al mismo tiempo, respetando la dignidad y los derechos fundamentales inalienables de los individuos. Asimismo, contribuyendo al bienestar social y la convivencia en condiciones justas, pacíficas y amistosas, tanto en el presente como en el futuro.

Como colofón, Garriga y Melé advierten de la necesidad de profundizar en la relación entre sociedad y empresa, mediante un conocimiento cabal de la realidad y una sólida base ética y eso es lo que se vio reflejado en los 12 ganadores de estos premios. Esperamos que el año que viene, puede medirse la dimensión florecimiento, un término que deviene de la psicología aplicado a la Sustentabilidad a través de Sara Schley y John Ehrenfeld, que está vinculado a la encíclica Populorum Progressio que dio origen a Uniapac Internacional.

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