Se acerca fin de año, indefectiblemente se acelera el ritmo de nuestras vidas. Los compromisos laborales, el apremio por llegar al presupuesto. Olvidadas quedaron las promesas hechas en enero o febrero: “este año me organizaré mejor y haré las cosas con tiempo”.
Mucha gente me consulta cómo hago para realizar múltiples actividades y no estresarme. O me consultan por qué no dejo alguna de estas actividades. He aquí los Tips que identifiqué como los más adecuados (ojo es mi receta, léanlo, tomen lo que les sirve y lo que no les sirve lo dejan de 7lado, me gustaría después leer sus propios tips):
- Lo bueno es enemigo de lo perfecto: Muchas veces con el objetivo de hacer algo 10 puntos, nos perdemos de hacerlo 8 puntos.
- Desdibujar compartimentos: Somos la misma persona actuando en diferentes ámbitos y con roles diferentes. Aprovechar reuniones de padres del colegio para captar clientes nuevos, comunicarnos… no estar enfrascados en la pantalla del celular, siempre aprovechar para lograr sinergia. Puede haber hobbies en familia, trabajo en hobbies, estudio en trabajo, etc. Ese ejercicio de unir con flechas dará resultados altamente positivos, conexiones sorprendentes y sobre todo significativos ahorros de tiempo.
- Contabilizar el precio de nuestro tiempo: La vida es un regalo de Dios y nos fue dada. Pero ojo, el tiempo no es “gratis”, hay que aprovecharlo. A menudo veo dirigentes de empresa que se complican yendo a hacer trámites en persona e invirtiendo tal vez su hora de almuerzo o restando horas de sueño a trámites que bien podría realizar un tercero como ser un servicio de moto mensajería – por una módica suma de dinero.
- Activar: No descuidar nuestros hobbies, gimnasio, salud, familia ni amigos. Ellos son nuestra fuente de inspiración y quienes nos dan la verdadera motivación que precisamos.
- Ser selectivo e inteligente: Saber decir que NO a los ladrones de nuestro tiempo: compromisos impuestos, cosas que no nos reditúan ningún beneficio ya sea en lo laboral, personas tóxicas o actividades que no disfrutamos. Cuidar siempre las maneras y aceptar los costos que esto implica.
- Cumplir compromisos + poner onda (Ravi Shankar): Avanzado el ítem anterior, si la actividad no quedó descartada entonces es porque nos resulta útil o interesante ir. O porque se trata de “hacerle el aguante” a un ser querido. Una vez que se confirma nuestra presencia en algo hay que cumplirlo. No vale quejarse ni criticar. Eso resta. Ravi Shankar: disfrutar el presente
- Arrancar en etapa 0 no en 1: Organizarse: vestuario, comidas, etc. El día puede comenzar al sonar el despertador o bien pudimos preverlo y avanzar varios casilleros de antemano. Abrir el placard y estar media hora viendo cómo combinar la ropa, ver qué el traje no está limpio o acordarse de la cena a las 22 hs. puede estresarnos. Programar estas cosas para minimizar su impacto. Ser previsor ahorra mucho tiempo.
- Observar antes de actuar, llamar antes de ir: Muchas veces con un simple llamado telefónico nos ahorramos de ir a lugares a los que no hace falta ir. O chequear horarios de ciertos locales, ubicación exacta en un shopping para no tener que dar vueltas al divino botón, saber dónde queda el parking del restaurante al que iremos a almorzar con un cliente, etc.
- Cadena de favores y pedir ayuda: No somos omnipotentes. Es bueno reconocer nuestros límites (no forzar al cuerpo y a la salud física ni mental) y tercerizar cosas.
- Dormir donde sea: Hasta el consultorio médico y una espera puede servir para al menos cerrar los ojos y descansar un poco la vista.
- Confiar en Dios: Rezar, encomendarnos con El.
Conclusión: como bien dice el refrán “no existe falta de tiempo sino falta de interés”, todos contamos con las mismas 24 hs, el secreto está en organizarse bien y saber decir que no. Si nosotros no sabemos decir que no, entonces nuestro cuerpo lo hará por nosotros. Ahí reconocemos y nos damos cuenta de nadie es imprescindible. El mundo sigue girando.