Management

El desafío de armonizar trabajo y familia

Escrito por Paola Delbosco
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El trabajo y la vida familiar constituyen una experiencia compartida para la mayoría de las personas, con la consiguiente “síndrome del tiempo exiguo” ; por esta razón cada vez hay más conciencia de la necesidad de buscar soluciones para poder conciliar el trabajo con la vida personal y familiar. Muchos atribuyen la urgencia actual del tema al ingreso masivo de las mujeres al mundo del trabajo remunerado, circunstancia que obliga a una nueva distribución de tareas, por un lado, y por el otro, a una nueva concepción de la relación de las empresas con las familias de sus colaboradores.

Los empresarios y empresarias del continente americano, del norte y del sur, asumiendo el rol social de las empresas, se ven impulsados a buscar soluciones para que sus colaboradores, varones y mujeres, puedan armonizar su vida privada con las exigencias de la profesión. Actualmente no sólo se están incrementando ciertas medidas que permitan optimizar el uso del tiempo, para que sea posible dedicarlo en parte también a la familia, sino que está cambiando la mentalidad respecto de la separación impermeable entre vida privada y trabajo, aunque se sabe que ese cambio es siempre el más lento.

Algunas razones para modificar la relación entre el trabajo y la vida familiar:

1) el estrés producido por la tensión entre compromisos laborales y familiares tiene efectos muy negativos en la productividad;

2) las personas tensionadas por sus problemas personales o familiares, agudizados por las exigencias del trabajo, suelen ser más conflictivas en el ambiente laboral, pues es muy difícil compartimentar la mente y las emociones;

3) cuando las empresas se acercan a la realidad integral de sus colaboradores, ellos intensifican su identificación con la empresa;

4) la empresa es una institución social, o por lo menos una institución privada con efecto social, dado que contribuye efectivamente a darle forma a la sociedad; su consideración y su genuino interés por las familias de los directivos y colaboradores tienen un notable impacto en la construcción de una buena sociedad;

5) el respeto por las personas, tanto hacia adentro como hacia afuera de la empresa, es parte fundamental de la Responsabilidad Social de las Empresas, así que no hay empresa socialmente responsable si no ofrece posibilidades concretas para una vida laboral y familiar armónica;

6) una nueva responsabilidad de los que ofrecen puestos de trabajo es que éstos estén alineados con las finalidades de la empresa, pero también que sean compatibles con los objetivos de la vida privada de cada uno;

7) las nuevas generaciones no aceptan un empleo que les impida una vida personal y familiar plena, y sin nuevas generaciones las empresas renunciarían a la innovación.

Este listado, seguramente incompleto, de las razones que justifican la implementación de políticas de work-life balance por parte de las empresas y de la sociedad, puede ser analizado bajo dos distintas ópticas: por un lado, la óptica de la conveniencia productiva de la empresa, que incluye la preocupación por disminuir el estrés y la necesidad de mantener un buen clima laboral; por el otro lado está la óptica de la responsabilidad social, que enfatiza el aporte positivo de la empresa a la sociedad, a través del cuidado de las personas y de la calidad de vida en el ámbito del trabajo.

Evidentemente, nos encontramos frente a la necesidad de un cambio de gran importancia en la cultura laboral, casi un nuevo pacto entre empleadores y empleados, de cuyo resultado depende la calidad de la entera sociedad. Entendemos que la nueva cultura laboral no puede ser efecto sólo de decisiones tomadas, para usar una metáfora espacial, desde arriba, sino que se hace indispensable escuchar las voces de los de abajo. Probablemente lo que caducó, enhorabuena, es la validez de la metáfora de lo vertical en la organización empresaria.

Cuando la motivación al trabajo es trascendente- según la clasificación de José Antonio Pérez López, es decir, cuando se trabaja en pos de un bien y no sólo instrumentalmente – las personas son más propensas a considerar su trabajo y su familia como partes integrantes de su vida personal, y por eso buscan los modos y los tiempos para armonizar. La armonía entre la profesión y la vida familiar es posible, ya se está haciendo y ambos aspectos se benefician recíprocamente. Por ejemplo, la empresa CocaCola Argentina, a través de su iniciativa Post Natal Flexible y Walmart Argentina, con su programa Gender Equity Initiative, una Paternity Leave más extendida y Flex time para todos (común a ambas empresas), se mueven en esa dirección, aportando políticas concretas que favorecen la presencia de mujeres en el ámbito laboral junto con un decidido acompañamiento a la maternidad y la paternidad.

Todavía queda mucho por hacer, pero se están dando pasos concretos y decisivos en el sentido justo. Una buena sociedad es fruto de nuestros esfuerzos teóricos y prácticos para armonizar bienes de tanta importancia que merece todo esfuerzo a realizar.

Sobre el autor

Paola Delbosco

Doctora en Filosofía. Investigadora del Centro de Conciliación Familia y Empresa del IAE.

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