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El dilema ético de los negocios: empresarialidad vs rentismo

Escrito por Marcelo Resico
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El sistema económico actual está signado por una elevada desigualdad.[1] Las empresas son a veces asociadas a este estado de cosas y su imagen se ve impactada. Algunas encuestas señalan la baja estima que gozan los empresarios en partes de Latinoamérica.[2] Cuando se plantea el tema de la desigualdad, la cuestión que sobrevuela es la percepción de justicia o injusticia de la misma. En general el problema de la desigualdad tiene que ver con el origen de la riqueza.

La cuestión clave a la hora de discernir el origen de la riqueza se refiere a la diferencia entre “empresarialidad” y “rentismo”. En la empresarialidad prevalece la creación de riqueza a través de la imaginación, la organización y el trabajo, todos los cuales dependen de la libertad de coacción para ser realizados de la forma más productiva. Por el contrario en el rentismo la presencia de una capacidad de “dominio,” ya sea a través de posiciones dominantes en el mercado (monopolios, oligopolios colusivos, abuso de asimetrías de información, etc.) ya sea evitando la competencia buscando privilegios estatales (trato preferencial en contratos públicos, deducciones o exenciones  impositivas, información privilegiada, captura de reguladores, etc.)  se produce una extracción de renta por encima de la obtenible en condiciones competitivas. [3]

En una verdadera economía de mercado, una competencia leal y productiva efectiva incentiva a que gane más el que más innova, más trabaja o más sabe, y el que acierta más en servicio del consumidor. En una estructura concentrada o cartelizada, gana más el que logra evitar la competencia o modificar las reglas aisladamente a su favor utilizando su influencia sobre el gobierno. De este modo se pervierte la lógica que debiera imperar en una economía de mercado real, donde el empresario es exitoso “sirviendo al consumidor,” lo cual se logra mediante un marco institucional que contempla la ética, la defensa de la competencia y la adecuada regulación. Por el contrario en una economía con niveles de competencia deficiente el consumidor puede ser usufructuado por los “pseudo-empresarios” rentistas.

Es de gran interés para los empresarios que se distinga con claridad entre estas dos conductas que generan resultados totalmente disímiles. La opción de no hacerlo lleva a la confusión de la opinión pública al respecto, y a una valoración de conjunto negativa.

Una pregunta importante asimismo es si el “rentismo” puede ser medido. Al respecto hace un par de años que existe el ranking de “capitalismo de amigos” (Crony capitalism Index) de la publicación The Economist que intenta medir la riqueza comparada de los “billonarios rentistas.”[4] De acuerdo a este índice, a nivel mundial la riqueza de los billonarios en sectores “rentistas” creció entre 2004 y 2014 un 385%: a $2 trillones, para luego amesetarse y descender en los últimos años.[5]

Además del compromiso por distinguir las situaciones podemos preguntarnos qué se puede hacer para prevenir la existencia de una economía no rentista, o inclusiva. Y los dos pilares son una economía basada en reglas de competencia y un estado meritocrático que logre cierta autonomía con respecto a las presiones de los diversos grupos de interés. Se requiere de una armonía entre aspectos de cooperación y de competencia. En este sentido es fundamental el apoyo de los genuinos empresarios, y del resto de los grupos de sociales, a la imparcialidad del estado que viabilice políticas de estado sustentables en línea con el bien común.

Referencias

[1] Al respecto un informe  reciente de Oxfam señala en base a datos de Forbes y del Credit Suisse Global Wealth Databook que desde 2015 el 1% más rico de la población mundial posee más riqueza que el resto del planeta. Actualmente, ocho personas poseen la misma riqueza que 3.600 millones de personas, es decir que la mitad más pobre de la humanidad. Los ingresos del 10% más pobre de la población mundial han aumentado menos de 3 dólares al año entre 1988 y 2011, mientras que los del 1% más rico se han incrementado 182 veces más. Informe de Oxfam, “Una economía para el 99%,”  Enero de 2017, e Informe 210 de Oxfam, “Una economía al servicio del 1%,” 18 DE Enero de 2016, ambos en  www.oxfam.org. Estos datos y puntos de vista han llegado por su parte a ser debatidos dentro del World Economic Forum: Winnie Byanyima, Executive Director, Oxfam International, Let’s ditch the economy of the 1% and replace it with a human economy, World Economic Forum, 20 Apr 2016.

[2] Un informe de la consultora CIO, que realiza desde 2005, analiza la percepción que tiene la gente de los empresarios y la economía, además de otros temas. La comparación se hace entre el acumulado de 2016 y abril de 2017. En cuanto al nivel de confianza en las instituciones los empresarios se ubicaron en un 21% en abril, frente al 16% en 2016, lo que los colocó en el 9º lugar.

[3] Faccio Mara, “Politically Connected Firms,” The American Economic Review, Vol. 96, No. 1 (Mar., 2006), pp. 369-386, Pg.369.

[4] La misma parte de clasificar los billonarios y su fortuna, por medio de la lista publicada por la revista Forbes, de acuerdo al sector del que se origina. Del conjunto de sectores se identifican las 10 industrias con fuerte dependencia del estado: Casino, aceite de palma y madera, defensa, bancos de depósitos y de inversión, infraestructura y ductos, puertos, aeropuertos, bienes raíces y construcción, acero y otros metales, minería y commodities, carbón, servicios públicos y telecomunicaciones. Se suman las riquezas de ellos por país y se comparan con el PIB. Dos defectos admitidos por los autores de la metodología consisten en que sólo se consideran personas que declaran una riqueza superior al billón de dólares y sabemos que muchos de los rentistas menos ricos existen y otros prefieren el anonimato. En segundo lugar la clasificación de sectores es  inevitablemente burda.

[5] Luego precios de commodities cayeron, junto con las monedas y acciones de los países emergentes, y colapsaron varias burbujas inmobiliarias con lo cual relativamente ha decrecido. “The Economist’s crony-capitalism index,” May 5th 2016.

Sobre el autor

Marcelo Resico

Doctor en Economía (UCA). Obtuvo una Maestría en Economía y Ciencias Políticas de ESEADE y un Diplomado en Economía Social de Mercado en la Universidad Miguel de Cervantes, en Chile. Es profesor e investigador del Departamento de Economía de la UCA.

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