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La comunidad de ACDE despide a Carlos María Franzini

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Con el fallecimiento del arzobispo de Mendoza, monseñor Carlos María Franzini, el pasado 8 de diciembre, la comunidad de ACDE despide a un pastor comprometido con el valor de la tarea empresarial en la sociedad. Era un invitado constante a los encuentros anuales, de los que participaba con sumo interés. Y sobre todo, fue un gran animador de la asociación en las sedes episcopales por las que sirvió a la Iglesia.

Monseñor Carlos María Franzini nació el 6 de septiembre de 1951. Fue ordenado sacerdote por monseñor Antonio Aguirre, el 13 de agosto de 1977, en San Isidro. En el 2000 fue elegido obispo de Rafaela, y posteriormente en el año 2012 fue promovido a arzobispo de Mendoza, sede de la que se hizo cargo en febrero de 2013.

Ocupó distintas funciones en la Conferencia Episcopal: fue subsecretario de la CEA, acompañando a monseñor José María Arancibia hasta 1993; presidente de la Comisión Episcopal de Ministerios y de Vida Consagrada, y recientemente había sido elegido miembro del Consejo de Asuntos Económicos. A continuación, mensajes recibidos por Revista Empresa en ocasión a su fallecimiento.

Desde ACDE Mendoza

Desde ACDE Mendoza despedimos a nuestro querido Arzobispo quien desde su llegada en el 2014, nos convocó a relanzar ACDE y nos acompañó en muchas de las actividades como participante y como orador.
 
Estamos convencidos de que la Ssma Virgen se lo llevó en Su día para evitarle mayores sufrimientos por la enfermedad que lo aquejaba.
El murió con el Rosario en la mano y es para nosotros un llamado a no olvidar que la acción debe estar acompañada de oración para asegurar su fecundidad.
 
Agradecemos a Dios su paso por Mendoza y su amor por ACDE y nos encomendamos a su intercesión por nuestras actividades y la expansión en amplitud y en profundidad del mensaje sobre el trabajar cada vez más ético y más humano en el ámbito empresarial.

Desde Rafaela

Por Oscar Parra, Presidente ACDE Rafaela

Monseñor Carlos María Franzini dejó una huella indeleble en Rafaela, ciertamente imborrable. Desde su magisterio supo marcar caminos, fijar pautas, clarificar conceptos y conducir a su rebaño, como auténtico pastor que era, con sapiencia no exenta de energía y de sentimientos fraternales.

Por su iniciativa comenzó a funcionar en su querida diócesis la Comisión de Justicia y Paz, orientada a la difusión de la Doctrina Social de la Iglesia que tuvo en Monseñor Franzini a un entusiasta adalid y profundo conocedor.
 
Fue un activo colaborador de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE), en la convicción de que la empresa es una comunidad de personas que mucho puede hacer por el bien común; así como de cuanta institución tuviera en Rafaela entre sus propósitos trabajar por el bien de todos como comunidad unida en un fin no meramente individual.
 
Prudente y trabajador, activo y enérgico, conciliador y respetuoso, Franzini se sintió muy a gusto en Rafaela, amándola y añorándola cuando los caminos de Dios lo llevaron a dejarla.
 
Recordaremos con cierto grado de nostalgia, pero con cristiana resignación su fecundo paso por esta “tierra de inmigrantes”, como solía recordarnos cuando apelaba a la cultura del trabajo y del esfuerzo, y a la religiosidad que caracterizó siempre a nuestros antepasados.

Monseñor Jorge Casaretto

Conozco a Carlos desde que era prácticamente un niño, desde los 12 años, así que he podido seguir todo su proceso vocacional, primero como sacerdote, después colaborador muy grande de los Obispos, de Monseñor Aguirre, mío en San Isidro y después le tocó ser Obispo, en Rafaela, y Arzobispo, en Mendoza.

Me refiero a estas dos últimas dimensiones de su vida como obispo. En Rafaela fue un hombre de organización por decir así, un hombre que le dio mucha organicidad a la Diócesis. Era su característica, él tenía siempre en la cabeza la estructura muy bien armada y trataba de poner un orden que facilitara la dimensión misionera de la Iglesia. En Rafaela tuvo mucha relación con las fuerzas vivas de la ciudad y también de la Diócesis. Hablamos de sindicatos, empresarios, políticos, se relacionaba muy bien con todos ellos y fundó ACDE en Rafaela. De hecho tuvo unas cuantas reuniones con empresarios. Hay que reconocer que en Rafaela la actividad comercial y empresarial es muy fuerte y él vinculó bien a la Iglesia. Trató de darle todo un sentido evangélico a todo ese accionar.

Después le tocó pasar a Mendoza. Una Arquidiócesis mucho más compleja. Mendoza es un territorio muy grande y solamente hay otra Diócesis que es la de San Rafaela, por lo tanto la Arquidiócesis de Mendoza es muy grande en territorio, le demandaba mucho trabajo las visitas a las distintas comunidades pero también ahí le dio un fuerte impulso a ACDE. Me llamó justamente a mí para que presentara el documento de la Pontificia Comisión de Justicia y Paz sobre el empresariado, se vinculó constantemente con ellos y también, por supuesto, con todas las fuerzas políticas, económicas y sindicales.

Fue un hombre de mucha entrega. En realidad, lo específico de él en el orden nacional fue la formación de los sacerdotes. Pero justamente en esa formación hay carencias grandes en todo el tema de la Doctrina Social de la Iglesia. Él impulsó mucho que esa formación fuera integral y ha tenido mucha importancia. Yo diría que en el orden de la formación permanente de los sacerdotes, la acción de Carlos ha sido fundamental en la Iglesia argentina.

Despedimos a un amigo, despedimos a un pastor muy dedicado, muy entregado. La muerte lo llamó joven y fue justamente el día de la Virgen que murió. Él tenía un cáncer bastante difícil de superar y en la quimioterapia justamente el día de la Virgen, la Virgen lo vino a buscar para llevarlo junto a Dios. Así que diríamos que además de la dimensión de afecto personal yo reconozco en él un Pastor que fue importante en la vida de la Iglesia argentina.

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