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Las organizaciones sociales y el dinero

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¿Es incompatible para las organizaciones sociales cumplir con su valiosa misión y mantener un flujo de caja positivo? Dicho de otro modo: ¿es necesario y posible que una organización pierda dinero todos los años y continúe con sus actividades, demandando dinero del sector público y del sector privado para cumplir con sus objetivos y metas?

En la consultora nos damos cuenta que mucha gente tiene la percepción de una cierta incompatibilidad entre las ONG y el dinero. El acento está puesto en que son organizaciones “sin fines de lucro”. Esta es una fuerte debilidad de la definición. Marca una manera, pero no la única, de pensar el dinero. Que una organización sea “sin fines de lucro” no es incompatible con que tenga superávit, esa “abundancia de algo que se considera útil y necesario”, que le permite una gestión susentable y de calidad.

Cualquier organización, para llevar adelante sus actividades, recurre al talento de las personas y a un conjunto de medios materiales necesarios para su desarrollo. Eso implica erogaciones. Gastos e inversiones.

Las organizaciones de la sociedad civil (OSC), expertas en fundraising, se financian recurriendo a donaciones de particulares, de empresas, de organismos públicos y privados, nacionales o internacionales. Algunas también costean parte de sus actividades con servicios que ofrecen a la comunidad.

Al que da dinero le preocupa mucho que su aporte vaya al destinatario final casi en su integridad y que no se quede en la estructura de la organización. Pero, ¿quién hace que esas ayudas, de diverso tipo, lleguen al destinatario? Justamente una buena estructura.

Todos sabemos que las estructuras pueden ser “gordas”. Esto pasa en los estados e incluso en muchas empresas. También en algunas OSC, y debe ser motivo de preocupación y gestión de las direcciones. Pero ¿cómo retengo el talento que esa buena gestión requiere si no la puedo pagar? Y, ¿cómo hago si la tengo que atraer?

La transparencia de las OSC ayudará mucho, pero el criterio de quienes las apoyan es fundamental también. Si quiero ser parte de la solución de problemas sociales articulando partes del trabajo con las OSC, debo tener la certeza de que están bien gestionadas, de que son sustentables y de que no piden más de que lo que necesitan. Y tan importante como lo anterior: tengo que considerar que no tengan déficit permanentes que produzcan una merma en la calidad del personal que las gestiona o que pierdan en foco, haciendo actividades que no están dentro de sus objetivos, simplemente porque hay una oportunidad de mejorar ingresos.

Generar conciencia de estas realidades es esencial para que las OSC sean una parte relevante y significativa del entramado del capital social del país, sin ocupar el sitio del Estado, ni el de las empresas.

Todo lo dicho es fruto de mi experiencia profesional, incluyendo la de EnTerrenoSocial y me encantaría poder recibir comentarios y compartir opiniones

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