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Integridad y Pymes

Imagen: Pixabay
Escrito por Rocío Dell'Oro
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La integridad es la condición de actuar con honestidad, buena fe, ejemplaridad, veracidad, respeto y colaboración. Siendo que la corrupción es uno de los principales obstáculos que enfrentan las Pymes en su contexto de negocios, promover la “agenda de integridad” es fundamental para ellas.

A continuación, una ping-pong de preguntas y respuestas sobre el tema:

 

¿Qué diferencia tiene este enfoque con el tradicional?

En principio vale aclarar que, en nuestro país, desde el año 2018 está vigente la ley 27.401 (Resp. Penal de las Personas Jurídicas).

Esta ley tiene dos objetivos principales: promover la auto organización empresarial (ofreciendo incentivos para que las personas jurídicas prevengan la comisión de delito, fundamentalmente hechos de corrupción) y fomentar la cooperación entre el sector público y privado (buscando la asistencia con las autoridades).

Las Pymes están alcanzadas por la mencionada ley y por tanto deben familiarizarse con la misma.

Creo que no existe una diferencia entre un “enfoque tradicional” (se podría decir cómo se manejaban los negocios hasta la entrada en vigencia de la ley 27.401) y el universo de temas de integridad.

En verdad considero que es un cambio de modelo de hacer negocios en una cultura que se está “empapando” cada vez más en temas de integridad, transparencia y cumplimiento.

Como ejemplo (no es un dato menor para muchas Pymes del país), si éstas tienen acuerdos comerciales con el Estado, la ley 27.401 exige en ciertas contrataciones el requerimiento de tener un Programa de Integridad “adecuado” para tal objetivo.

 

¿Qué ventajas tiene la integridad?

Las Pymes son las primeras en sufrir en un mercado donde existe la corrupción. Los márgenes de ganancia y supervivencia del negocio de una Pyme se ponen en juego cuando el ambiente es mayoritariamente corrupto.

Lo más importante para toda organización es su imagen (reputación). En un mercado donde la cultura del cumplimiento se hace cada vez más real y visible, la integridad tiene como principal ventaja el optimizar la cadena de valor.

Un ejemplo de esto es que muchas Pymes son proveedoras de grandes empresas que ya manejan temas de cumplimiento y no estar “en regla” de lo que establece la ley puede ser un condicionante en la elección como proveedor.

Lo referido nos hace ver la integridad no sólo como un tema de convicción personal del dueño de una Pyme, sino un elemento que crea una ventaja competitiva y mejora el posicionamiento de la misma en el mercado.

 

¿Cuáles son los costos asociados?

Personalmente considero que no necesariamente existen costos adicionales. Las Pymes tienen diversas formas de promover la integridad a un costo muy bajo o nulo.

Existen seis pasos que facilitarán los esfuerzos de una Pyme para tener una cultura transparente:

  1. El compromiso de sus dueños.
  2. La evaluación de riesgos del negocio.
  3. La definición de un programa de integridad.
  4. La implementación de un plan.
  5. La medición y la mejora continua.
  6. La comunicación del plan a empleados, proveedores, etc.

Todos estos puntos, de acuerdo a la capacidad y la dimensión de la empresa pueden ser llevados adelante por el propio dueño, un profesional contable o legal de la organización o contratar un especialista.

Asimismo, la Oficina Anticorrupción publicó hace menos de dos meses una “Guía para la Implementación de Programas de Integridad para Pymes”. Esta herramienta disponible de forma online está redactada en un lenguaje coloquial y práctico para acercar a estas entidades en temas de integridad.

 

¿Experiencias exitosas en nuestro país y en otras partes del mundo?

Al ser tan reciente el tema para Pymes, aún no hay “casos testigos-referenciales” en el país.

Integridad, transparencia y cumplimiento son conceptos muy “dinámicos” por la actualidad misma en nuestro medio, países de la región y el mundo.

 

¿Si pudieras darnos un consejo al respecto para que una Pyme que desee arrancar con esto, ¿por dónde comienza?

Recomiendo comenzar por reconocer el compromiso de la Pyme por crear una cultura de integridad (fundamental que este rol sea asumido por la máxima autoridad). De esta forma se podrá decidir el tono ético de la empresa y liderar con el ejemplo.

Si bien lo conversado aún hoy es un tema ríspido en muchos ámbitos, si fueras la dueña de una Pyme te aconsejaría que, en este momento del mercado y los negocios, deberíamos seguir las palabras de la célebre Cocó Chanel: “Para ser irreemplazable, uno debe buscar siempre ser diferente”.

Sobre el autor

Rocío Dell'Oro

Licenciada en Administración de Empresas, trabajó en la actividad comercial (Constructora), Industrial (Farmacéutica) y de Servicios (Salud). Es socia adherente de la Asociación Argentina de Ética y Compliance (AAEC).

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