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Buenos Aires, en 2020 no es una provincia

Escrito por Enrique Morad
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En total, contiene cinco más la Ciudad Autónoma y en realidad son dos regiones. 

Por haber corrido siempre detrás de las emergencias y no haber atendido los asuntos relevantes en las últimas décadas, una vez más Buenos Aires atraviesa una dificultad enorme que acaba siendo un obstáculo estructural al desarrollo económico y la paz social de la Argentina. No hace falta desarrollar aquí el extraordinario potencial de la Provincia, mirado tanto en sus 17,5 millones de habitantes como en sus recursos naturales, su clima, sus aguas, y la infraestructura industrial y agrícola desarrollada. La CABA agrega casi 3 millones de personas que viven en ella, además que cada día se suman otros tres millones provenientes del conurbano para trabajar, estudiar, recibir salud, disfrutar cultura.

El Puerto de Santa María del Buen Ayre y Ciudad de la Santísima Trinidad que en 1536 fundara Pedro de Mendoza, y refundara en 1580 Juan de Garay ha devenido, tras sucesivas reorganizaciones institucionales y un nunca interrumpido flujo inmigratorio desde países vecinos y más allá del Atlántico en un territorio que hoy reúne bajo su patronímico a que más de veinte millones de personas. 

Esos veinte millones de argentinos son de “Buenos Aires” sin importar si viven y sueñan como porteños o bonaerenses. Constituyen el 45 % del total de los argentinos.  Y en conjunto aportan aprox. el 52% del PB nacional.  Si se calcula desde el punto de vista de la coparticipación de recursos, ambos distritos aportan al conjunto nacional varios puntos porcentuales más que los que la ley acuerdo vigente les reconoce. Adicionalmente asistimos a un conflicto de interpretación política entre la Nación y la CABA que tensiona la convivencia y deberá resolver la Corte Suprema de Justicia.

Si se mira desde el punto de vista de su representación política, cada jurisdicción está representada por tres senadores nacionales, que son quienes deben bregar por los intereses de Buenos Aires. Otros tres bregan por los de la CABA. En el Senado hay 72 senadores para el conjunto de los 24 distritos, que suman, ya se dijo, 45 millones de habitantes. Es una desmesura la pobreza de la representación política de Buenos Aires.

Y algo parecido refleja la integración de la Cámara de Diputados, aunque la causa es diferente y se deberá zanjar cuando se adecuen las cifras repartidoras de su integración.

A lo largo del tiempo Buenos Aires ha ido adecuando su formalidad institucional a las distintas realidades de la historia. Hace 200 años adopto la formalidad provincial, en 1859 se volvió a integrar con la Confederación, dando origen a la República Argentina. En 1880 se federalizó la Capital Federal y en 1882 se fundó La Plata. Finalmente, en la Reforma Constitucional de 1994 se le dio a la CABA su actual estructura institucional, un hibrido que de todas maneras mejoró buena parte de sus conflictos. Quedo pendiente encarar la tributación de impuestos para todo el país que es sin duda el tema estratégico más grave y prioritario para los argentinos, en tanto desacopla el gasto público de la recaudación de los recursos, y obliga así administrar con realismo político, sin demagogia.

 Los conflictos de estos meses de pandemia no hacen sino corroborar la necesidad de resolver de una manera definitiva esta situación, para dejar atrás la anomia bonaerense que está carcomiendo la gobernabilidad desde inicios del Siglo XXI. Con Jorge Colina creemos que hay una gran oportunidad para refundar Buenos Aires, dividiéndola en cinco provincias y creando dos regiones: por un lado, tres de ellas, asociando el interior provincial y, por otra parte, la región del conurbano dividida en dos provincias e integradas regionalmente junto a la CABA (*).

La Constitución prevé en su art. 124 que “las provincias podrán crear regiones para el desarrollo económico y social y establecer órganos con facultades para el cumplimiento de sus fines”. La región armoniza un federalismo posible institucional, económico y social en espacios territoriales que unen provincias con historias, costumbres e idiosincrasias comunes. Así se hace posible el federalismo de concertación por el que abogaba el insigne Pedro J. Frías y que articula el regionalismo de las constituciones de Italia, España y Alemania de la pos guerra.  

¿Porque no repensar desde cero Buenos Aires, articulando cinco provincias que hagan posible para los diecisiete y medio millones de bonaerenses y los casi tres millones de porteños, un nuevo inicio institucional?

Un inicio que supere la desmesura y las tensiones de los actuales reclamos entre jurisdicciones mediante un reordenamiento territorial que restablezca la justicia entre los argentinos, favorezca la armonía distributiva, auspicie el desarrollo de las economías regionales. Y para ello promueva una infraestructura de energía, comunicaciones y transporte regionalizadas, así como seleccione promociones industriales con mirada de exportación en todas las actividades en que sea posible –puertos de cara a la pesca, agroindustria, turismo.

Reforzando los roles de cada gobierno municipal, generando cercanía vecinal y transparencia en la gestión orientada al servicio de los ciudadanos. Y todo referido a cinco provincias con gobernaciones de dimensiones abarcables, parlamentos unicamerales y energía de articulación detrás de objetivos nuevos o recreados, pero posibles, lejos del centralismo anacrónico de la actualidad en La Plata o peor aún, imposibilitados por la sobreabundante burocracia nacional. 

Todo modelado en la austeridad, la eficacia, la planificación y la orientación a resultados. Provincias nuevas donde los problemas se puedan anticipar y las diferencias se zanjen sin necesidad de reclamos violentos, porque las instituciones de la democracia generan espacios y oportunidades para tratarlos.

Y todo acompañado por un mismo nuevo espíritu de integración y armonía política, como en la historia ha ocurrido tantas veces. Inspirado en el Pacto de la Unión Nacional, (San José de Flores) que reabrió las puertas a la Argentina compleja y difícil, pero unida y abierta que hoy tenemos. Pacto que cerró el proceso de disgregación territorial y permitió la llegada de los millones de inmigrantes que conformaron nuestra identidad nacional.

 

Pensemos en Buenos Aires del Norte, con capital en San Nicolás de los Arroyos. Unos dos millones de habitantes, con los partidos del norte provincial.

Buenos Aires del Sur, con capital en Bahía Blanca. Con 1,25 millón de habitantes, incluyendo los partidos del sudoeste y sur provincial.

Buenos Aires Atlántica, con Capital en Mar del Plata y 1,4 millón de habitantes. Comprendiendo los partidos del centro y la costa atlántica.

Las tres reunidas en la Región Buenos Aires.

Y pensemos en la Provincia de Luján, en el conurbano norte, incluyendo la mitad de La Matanza, bordeando la CABA, con capital en Lujan y 6 millones de habitantes.

Y bordeando la CABA hacia el sur, la Provincia de La Plata con 6,2 millones de habitantes y capital en la actual cabecera provincial. 

Estas dos provincias más la CABA articulando la Región Urbana Federal.  Habrá que pensar entre toda la región más poblada de la Argentina, con 15 millones de habitantes, que representan el 33% de los argentinos. Como se organizan los entornos de las grandes ciudades de nuestra época, integrados a un todo, en beneficio común. 

Hay una extraordinaria cantidad de datos para analizar la propuesta. Cada una de las tres provincias de la región Buenos Aires tendrían una capacidad productiva comparable a Córdoba y Santa Fe.

Los mapas que siguen probablemente ayudan a visualizar la propuesta.

 

(*) Enrique R Morad y Jorge Colina. “BUENOS AIRES FEDERAL. Su división en cinco provincias para un nuevo Pacto de Unión Nacional”. Fundación Nuevas Generaciones, Buenos Aires, febrero de 2020. 

Sobre el autor

Enrique Morad

Abogado. Dirigente empresario -Banco de Boston, Loma Negra, Llorente y Cuenca- y social, especializado en articulación público-privada. Ex presidente de Grupo de Fundaciones y Empresas. Entre 2016 y2019 asesor del Banco de la Provincia de Buenos Aires y miembro del directorio de su Fundación.

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