ACDE Hoy

Ciclo sobre pensamiento social cristiano

Escuchar artículo

Finalizó el Ciclo sobre pensamiento social cristiano que fue realizado por iniciativa de ACDE, en la que se buscó darle una visión actual a la Doctrina Social de la Iglesia y así poder aplicarla a estos tiempos de crisis. El mismo se dividió en tres encuentros llevado a cabo de manera virtual, siendo Mons. Jorge Casaretto, Juan José Llach y Vicente Espeche Gil los oradores.

1° Encuentro: Principios de la Doctrina Social de la Iglesia.

 “La Doctrina Social de la Iglesia es el producto del intercambio del Evangelio y la tradición cristiana con las distintas culturas” abrió el encuentro diciendo Mons. Jorge Casaretto, obispo emérito de San Isidro, haciendo énfasis en la dinámica que tiene la misma al tener que ubicarse en contextos culturalmente distintos.

El obispo habló sobre la importancia de la persona humana como fundamento y principio. El hombre es un ser único e irrepetible y también es un ser social que se realiza al relacionarse con los demás. De allí es que nacen los siguientes principios:

Del bien común: Es el bien de la totalidad y de cada uno. Es indivisible, pero también es dinámico, porque varía conforme a las situaciones de las sociedades.

De subsidiariedad: Ni la dignidad de las personas ni el bien común se pueden promover si no se tiene en cuenta las expresiones agregativas de la sociedad. Mons. Casaretto se refirió a los “colchones” que debe haber entre las personas y el estado: “Las instituciones deben ponerse en una actitud de ayuda y promoción respecto de los menores”.

De solidaridad: Desarrollo del trabajo, de la educación. “Todo lo que es hoy en día el asistencialismo en un país como el nuestro, tendríamos que hacerlo desaparecer. Tendríamos que reformar nuestro sistema educativo para que nuestra educación facilite la llegada al trabajo” explicó quien también fue obispo de la diócesis de Rafaela.

Destacó 3 valores: la Verdad, la Libertad y la Justicia. “Los principios son aquellos que deben llevarnos a conseguir y fortalecer estos valores, tienen que desembocar en estos valores”.

Por último, les habló a los empresarios: “El principio de subsidiariedad. Toda empresa es intermedia entre el estado y la persona, allí debe hacerse fuerte el principio de subsidiariedad”. “Por el solo hecho de dar trabajo, están contribuyendo al bien común” finalizó diciendo Casaretto.

2° encuentro: El orden social y el pensamiento cristiano. 

Vicente Espeche Gil, exembajador ante el Vaticano, sociólogo y ganador del Premio Konex Diplomáticos, fue el orador del segundo encuentro. “En estos días el orden es un tema de actualidad más por su ausencia que por su presencia” inició comentando Espeche Gil.

El encuentro se centró en las tres preguntas que propuso Espeche, a las que se encargó de responder detalladamente:

  • ¿Cómo llegamos al orden de hoy?

Argentina llegó a 1983 con un consenso nuevo: no queremos más militares. Sin embargo, no encontramos un orden democrático pujante. Los representados no tenemos en claro quién nos representa. Nuestro orden federal está en deuda desde 1994. Todavía estamos esperando la ley de coparticipación que la reforma dispuso que sea promulgada en unos meses. Nuestro orden judicial padece de la enfermedad de la procrastinación. Una justicia lenta no es justa. Nuestro orden público está atravesado por índices crecientes de criminalidad. Nuestro orden económico es el de un endeudamiento hasta la coronilla y una inflación desproporcionada, con desocupación. Nuestro orden impositivo es distorsionado y perjudicial directamente para el trabajo y para los inversores, e indirectamente para el estado. Las cosas que nos pasan, las que queremos que nos pasen, y las que dejamos que nos pasen, son parte de la cultura general y la cultura política que hacemos nosotros mismos”.

  • ¿En qué orden quisiéramos vivir?

Queremos vivir en un país donde las conductas de los ciudadanos de a pie y sus dirigentes en todos los órdenes se guíen por la vigencia efectiva de los valores comunes: la verdad, la libertad, la justicia y la paz. Que nuestros hijos y nietos sean educados en la fidelidad con esos valores. Elijamos líderes que representan esos valores. Queremos vivir en un orden donde, en definitiva, pueda reinar la confianza.

Queremos vivir en un orden en el que podamos depositar la confianza en que nuestros políticos fundaron sus propuestas en estudios serios. confianza en que sus propuestas serán mantenidas cuando lleguen al gobierno. 

La base fundamental del consenso no puede ser otra que la constitución nacional.”

  •  ¿Cómo podremos lograr el orden al que queremos llegar?

La palabra que mejor expresa lo que necesitamos es “cambio”. Los cambios que nos debemos. El orden no necesariamente es un orden estable. Es bueno ser conservador en lo que preserva el bien común y es bueno ser reformista en lo que pudo haber sido bien común en una época, pero no lo es más”.

“Necesitamos imaginar un orden del futuro, con etapas progresivas y un camino de consensos sobre políticas de cambio que nos lleven a una Argentina confiable sin grieta y sin corrupción”.

“El gran cambio que debemos alentar es el de la cultura de la escucha, del encuentro, de la reconciliación. Debemos pensar juntos, dialogar y acordar con otros que pueden no compartir nuestra visión sobre la misma realidad”.

Sobre el final del encuentro, se abrió el espacio a las preguntas. Uno de los participantes preguntó si existía una salida a corto plazo, a lo que el diplomático respondió: “Estamos en una época más de siembra que de cosecha. Hay problemas que nos van a llevar mucho tiempo. Vamos a necesitar mucha paciencia. Hemos acumulado muchos errores que son estructurales en nuestra cultura y en nuestra manera de ver. esos cambios hay que empezarlos por la ejemplaridad, por el diálogo, de a poco. Concluyó diciendo: “No tenemos que creer que tenemos una solución a corto plazo. Los problemas que tenemos nos van a llevar tiempo. Necesitamos mucha perseverancia, paciencia, generosidad y mucha esperanza” concluyó Vicente.

3° Encuentro: Visión de la economía, la empresa y el trabajo

El tercer y último encuentro del ciclo fue dirigido por Juan José Llach, sociólogo y economista.

Mostró una presentación en la cual destacó gráficos que demuestran el crecimiento económico mundial a lo largo de la historia y la baja de la pobreza en el período de las encíclicas de la Doctrina Social de la Iglesia. Además, fue nombrando cada una de las encíclicas y mostrando los puntos centrales de las mismas.

El economista resaltó que la doctrina social de la iglesia tuvo una constante a lo largo del tiempo que fue subrayar que “ni el capitalismo ni el comunismo eran modos óptimos de organizar la vida social”. También marcó las oportunidades de mejora de vista al futuro, poniendo en discusión la mirada negativa de la globalización, el hecho de pasar por encima la relevancia de los aportes y necesidades de la clase media, y la no preocupación por el futuro. Presentó también un dato en el que se demuestra que América Latina se encuentra por debajo de África en crecimiento económico en el siglo XXI. “Yo creo que el pensamiento cristiano va a ser muy desafiado en los próximos años” cerró Llach.

Sobre el autor

Francisco Domínguez

Fue becario en Revista Empresa.

Deje su opinión