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Pandemia de cambios

Cisne negro
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Gracias a Nassim Taleb conocimos el concepto de Cisnes Negros en 2007, “el impacto de lo altamente improbable”, “primero es una rareza…segundo, produce un impacto tremendo, tercero pese a su condición de rareza, la naturaleza humana hace que inventemos explicaciones de su existencia después del hecho, con lo que se hace explicable y previsible. Me detengo y resumo el triplete: rareza, impacto extremo y retrospectiva (aunque no prospectiva). Una pequeña cantidad de «cisnes negros» explica casi todo en nuestro mundo, desde el éxito de las ideas y las religiones, a la dinámica de los acontecimientos históricos, hasta los elementos de nuestra vida personal”.

Suele mencionarse como ejemplos de cisnes negros, la pandemia de gripe española de 1918 (aunque no se inició en España), la primera guerra mundial, la llegada de Hitler, la caída del comunismo, la difusión de internet y otros ejemplos que podrían de caer bajo esta definición.

“La lógica del cisne negro hace que lo que no sabemos sea más importante que lo que sabemos”.

Muchas personas utilizan el concepto de cisne negro para clasificar al fenómeno del coronavirus. 

Estoy en total desacuerdo. No fue una rareza, ni un hecho impredecible o inevitable. Quisiera simplemente recordar que toda esta problemática pándemica está en la película Contagio de 2011, aquí podemos ver el tráiler.   Si preferimos algo que no sea ficción (¿ficción?) tenemos la más reciente y revalorada charla TED de Bill Gates de marzo de 2015 “La próxima epidemia. No estamos listos”, que cuenta con más de 22 millones de vistas sólo en la página TED. Muchas de esas obviamente son recientes, pero es difícil pensar que una charla TED de Bill Gates haya pasado desapercibida en 2015.

Esta pandemia ha estado lejos de ser un cisne negro, en todo caso es un cisne rojo por las muertes ocasionadas, pero que no refleja más la incapacidad colectiva de pensar en una acción coordinada en materia de ciencia y salud, quizás fomentada por la incapacidad de los líderes y el populismo aislacionista, pero cuyo resultado, ha sido la liberación de todos los demonios existentes.

Los virus del siglo XXI viajan en avión de país a país entrando en contacto en horas con millones de personas sin necesidad de visa ni pasaporte, por tanto “nadie se salva solo” tal como dijo el Papa Francisco en una plaza de desierta.

Ahora bien, lo que no hicimos ya quedó registrado entre las perdidas, pero se ha comenzado a compartir información (aunque varios gobiernos la esconden) y progresaría mucho siguiendo las propuestas de Yuval Harari en la entrevista para el diario El País de España, “La mejor defensa contra los patógenos es la información” 

La realidad pone a prueba los liderazgos existentes en el mundo y permiten el surgimiento de otros, institucionales o no. Los momentos de crisis son momentos de verdad. La urgencia, la complejidad, la visión holística, la capacidad para armonizar la razón y el corazón, la habilidad para inspirar por el ejemplo y la vocación de asumir riesgos razonables cuando se no se cuenta con la mejor información, son las razones que ponen a una persona en posición de liderazgo independientemente de los cargos. “Hoy te convertís en héroe”, la célebre frase de Mascherano que muestra el liderazgo real sobre el formal.

Algunos pasarán la prueba, otros emergerán entre los problemas, algunos se esconderán detrás de excusas y otros simplemente dejarán en evidencia su ineptitud para el rol. Pero es importante que recordemos que aun los que superen la prueba de atravesar exitosamente esta crisis, jamás serán infalibles ni deberán contar con un cheque en blanco, porque cuando esto pase, cesarán las circunstancias que lo hicieron crecer. Recordemos a un viejo conocido, Winston Churchill, perdió las elecciones después de ganar la guerra.

Hasta ahora la elección ha sido primero la gente, luego la economía y está bien, pero no hay que olvidarla. La economía es una ciencia para satisfacer mejor las necesidades de las personas. Cuando ceda la enfermedad, será el turno de la economía y hay que trabajar en paralelo en ello, aunque aún no sea prioritaria.

Aumentará el desempleo, por ello, los empresarios deberán contribuir asegurando su propia supervivencia, pero prescindiendo de la menor cantidad de gente posible. Sepan que cuando vuelvan a buscar talentos, todos sabrán cómo trataron a los que ya tenían. Sería conveniente mantener las actividades en “modo solidario” más allá del periodo de contagio.

Me preocupa, por tanto, la enfermedad y la economía post pandemia. Me preocupan las libertades civiles y políticas. Hemos entregado todo, en casi todo el mundo, a muchos líderes que no están ni remotamente a la altura de las circunstancias en 24 horas. Adicionalmente, hay tecnología suficiente para un gran hermano global, en buena hora cuando es usada para monitorear la ruta del contagio, ¿pero después?

¿Con qué demora recobraremos nuestras libertades? El derecho de ingreso de nacionales a sus propios países, libertad de circulación interna, la celebración de elecciones pendientes, la disponibilidad de la propiedad privada. En manos inescrupulosas, todo esto puede constituir una gran tentación a “sacrificar” en el altar de la salud pública.

Nada volverá a ser igual, este cisne, que no es negro, engendrará infinitos cambios. Un reciente artículo de Carin Ism  y Julien Leyre publicado por  Singularity University menciona algunos de ellos: “16 Ways Coronavirus May Change the Way We Look at the World”.   El mundo del trabajo avanzará a pasos gigantescos en dirección hacia una adaptación forzada a una creciente virtualización, colaboración y apertura mental al desarrollo de nuevos conceptos o revalorando ideas postergadas del management.  

Por último, podríamos tomar nota también, de cómo en menos de un mes, se regeneró el medio ambiente, animales salvajes circulan por las calles de varias ciudades, disminuye la polución y los canales de Venecia son cristalinos. ¿La naturaleza nos recordó que los humanos también somos parte de ella?

¿Habrá algo que veníamos haciendo mal?  ¿Cómo cambiaremos nosotros mismos?

Tenemos varios días por delante para pensarlo.

Sobre el autor

Guillermo Ceballos Serra

Abogado, Magíster en Economía y Ciencias Políticas. Socio de ALIOTH Advisors. Ha liderado el área de RRHH en compañías internacionales con responsabilidades regionales. Profesor de grado y MBA en la UCA y ESEADE

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