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Gonzalo Tanoira: “la sociedad argentina debe elegir si quiere crear trabajo o planes sociales”

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La grata noticia de la declaración de Venerable de Enrique Shaw brindó la oportunidad para conversar y reflexionar sobre el rol del empresario y los valores cristianos con el presidente de nuestra institución, Gonzalo Tanoira. El espacio para hacerlo resultó el programa de radio “Conversatorio” que se emite por FM Radio Cultura 97.9 en simultáneo con la radio online Un Puente al Futuro y lo conduce el director del Portal Empresa, Javier García Labougle. Compartimos la síntesis de las principales definiciones y respuestas. Los que deseen escuchar la entrevista completa y disfrutar de algunas canciones de Celine Dion pueden hacer clic acá para escucharlo en formato podcast.

¿Se puede ser empresario y santo?

Yo creo que sí, y lo que está pasando con Enrique Shaw lo está demostrando. Los medios contando su vida, como vibraba por su empresa, pero también por todas las personas que trabajan en ella. Definitivamente la respuesta es SÍ, se puede ser empresario y santo.

Y más allá del caso de Enrique Shaw ¿cuál es tu experiencia personal?

Los empresarios no son distintos del resto de la sociedad, hay empresarios buenos y empresarios malos. El buen empresario gana dinero creando valor. Y siente un gran compromiso con la gente que trabaja en su empresa. Yo creo que la mayoría de los empresarios son buenos, pero hay lamentablemente un muy bajo perfil del empresario, no quiere sacar la cabeza porque la exposición pública significa tomar riesgos, pero entonces la sociedad sólo absorbe los casos y las noticias de los peores empresarios, ligados a la corrupción. Se menosprecia así el rol del empresario en nuestro país.

¿Cuáles son las fortalezas y debilidades del empresario argentino?

El empresario argentino es un sobreviviente de un contexto de reglas cambiantes y arbitrarias, elevadísima presión impositiva. El sector privado y el Estado deben tirar para el mismo lado, como en otros países, acá es un juego de suma cero.

La sociedad argentina debe elegir si quiere crear trabajo o planes sociales. Los empresarios son los que crean trabajo. Tan costoso es crear y mantener trabajo formal en nuestro país que por eso hay una gran mercado y economía informal.

Y este esquema ¿no lleva a una mayor concentración pues sólo las más grandes empresas pueden lidiar con estos costos?

Sin duda, pero nadie ha tenido la valentía de volver atrás, es decir, de dar vuelta esto. Devolver recursos al sector privado para crear empleo

¿Estás de acuerdo que al empresario argentino no le gusta competir con el exterior?

Es una gran verdad y han fomentado un modelo de sustitución de importaciones, que ha resultado ser una gran falacia. Los productos nacionales resultan mucho más caros.  Está demostrado que con la globalización no podemos vivir con los nuestro.

¿Hay sectores estratégicos que deben ser estimulados y que haya accionistas argentinos?

Hay empresas ya no sólo extranjeras sino también argentinas que se están yendo. Cada empresa que se va es menos trabajo. Hay sectores estratégicos como la agroindustria, la energía (eólica) que pueden ser estimulados para que haya accionistas argentinos que intenten desarrollarlo.

En nuestra tradición histórica son pocos los grupos familiares que sobreviven más de dos o tres generaciones, ¿cuál es la diferencia con tu grupo familiar? ¿cuál es tu testimonio?

Soy el primer nieto, el nieto mayor de la sexta generación. La empresa familiar la creó el abuelo de mi bisabuelo. A los 20 años dudé entre dedicarme al polo o a la empresa. Mi padre me estimuló para que me dedique a la empresa. Me formé, estudié en Argentina y en Estados Unidos, trabajé en un banco en Wall Street y luego en una consultora. Y finalmente, a los 30 años, ingresé a trabajar en el grupo familiar a través del fondo de inversión que se formó cuando se vendió la cervecería Quilmes. El fondo se armó para reinvertir en Argentina el monto de los fondos líquidos resultantes de la venta.

Ya antes de ser presidente de ACDE, habías creado la Asociación de Dirigentes Cristianos y fuiste cofundador de GAM. ¿Cómo surge esa inquietud social?

Tuve un proceso de conversión muy fuerte cuando mi tercer hijo nació con un síndrome muy delicado. Fue un momento de conversión con Jesús y la Virgen, un milagro muy fuerte, hoy mi hijo estudia periodismo, tiene novia y juega al polo. Esa conversión personal la volqué en la vida empresaria tratando de ejercer los valores cristianos, tenerlo a Jesús como modelo que mira al amor al prójimo como valor fundamental.

¿Y cuál es el rol de una institución como ACDE en nuestra problemática situación actual?

Yo creo que es fundamental el apoyo y el intercambio de y entre empresarios que deseamos trabajar con esta guía de valores para no bajar los brazos y darnos fuerzas mutuamente. Tomar el caso de Enrique Shaw y apoyarse y nutrirse de esos valores que ACDE propone. Es un gran desafío

En la disfuncionalidad argentina hay una mirada de confrontación, de dos modelos antagónicos que no pueden alcanzar acuerdo posible; otra mirada es justamente la necesidad de lograr un acuerdo ¿Cuál es tu visión?

Claramente creo en la necesidad de un dialogo y no en la confrontación, de mostrar que es mucho más lo que nos une que lo que nos separa, y se está dando un mayor nivel de dialogo entre empresas y sindicatos, porque se está viendo la necesidad de generar más inversión y así crear trabajo. Hay una nueva generación de empresarios que comprenden mejor todo esto. La necesidad de acordar un camino común y realista. Precisamente el próximo Encuentro Anual de ACDE será una gran oportunidad para pensar y profundizar esto, ya que bajo el título de “Hacia un capitalismo más humano” podremos reflexionar sobre el rol del empresario en el desarrollo de una Nación.

Sobre el autor

Javier García Labougle

Economista (UCA), asesor financiero y Director de la Revista Empresa.

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