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La actualidad del Dante a 700 años de su fallecimiento

Escrito por Vincenzo Putignano
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Divina comedia – Infierno

Canto V

La justicia justa o falsa

El amor o el falso amor

Amor, ch’a nullo amato amar perdona, mi prese del costui piacer sì forte, che, come vedi, ancor non m’abbandona. 103- 105

Amor que a todo amado a amar lo obliga, de su belleza me apreso’ tan fuerte que, como ves, aun no me abandona.

 

Canto bellísimo y delicado este canto V del Infierno. Canto del feminicidio. Para ser leído y releído, para ser estudiado y reestudiado muchas, y muchas veces más. Y redescubrir su belleza, eterna.

Dante se encuentra en un lugar oscuro, donde un terrible viento sopla incesantemente, arrastrando a los condenados y golpeándolos de un lado a otro. Estos espíritus emiten gritos y gemidos y blasfeman contra Dios.

Dante comprende inmediatamente que estos son los lujuriosos, que vuelan por el aire formando una gran multitud similar a los estorninos cuando vuelan en el cielo.

Los versos que siguen son conocidos por todos nosotros. Dante, cuando quiere, sabe muy bien cómo tallar frases que se te quedan grabadas en la memoria eternamente. En estos versos está todo el poder femenino. Aquí están.

Cuando Dante nos habla de Paolo y Francesca, la primera con la que habla es Francesca.

O animal grazioso e benigno

che visitando vai per l’aere perso

noi che tingemmo il mondo di sanguigno 88-90

Oh criatura graciosa y compasiva, que nos visitas por el aire perso

a nosotras que el mundo ensangrentamos

Pero no es sólo Francesca, con sus amables y lamentables palabras.

También está Semiramis, emperatriz de Babilonia, que era tan lujuriosa que hizo el vicio lícito con una ley, para absolverse a sí misma y a todos los demás como ella. Entonces Semiramis. Dante dice de ella:

A vizio di lussuria fu si rotta,

che libito fé licito in sua legge

per tòrre il biasmo in che era condotta 55-57

Se inclinó tanto al vicio de lujuria, que la lascivia licitó en sus leyes,

para ocultar el asco al que era dada

En solo tres versos, un juicio completo sobre el proceso cultural que siempre se ha intentado en el curso de la historia y del ejercicio de la justicia y que ahora llamamos la abolición del juicio.

El derecho, la justicia, en el caso de Semiramis, juega un papel muy importante. En efecto, existe un principio fundamental del derecho, que los juristas romanos ya habían enunciado en algunos lemas tan esculpidos como los versos de Dante: el derecho es ars boni et aequi, es decir, el arte de alcanzar el bien y la justicia y, como tal, se basa en un vínculo inseparable con la verdad. Ius est ars boni et aequi: en la ley está el arte de lo que es bueno y justo. Con la crítica a la emperadora Semíramis, Dante expresó la aspiración de la justicia hacia los valores morales y éticos, parafraseando la importancia de la ética del derecho romano.

Hoy (pero no a partir de hoy) las Semiramis gobiernan y «la libido hace lícito en su ley». Dante con un buen ingenio, donde basta con cambiar sólo una «b» por una «c» muestra cómo se trastorna toda la tabla de valores civiles y de justicia.

¿Pero por qué Semiramis en la Divina Comedia está tan interesada en cambiar las leyes? Per tòrre il biasmo in che era condotta, Para eliminar la condena moral que se le debía.

En otras palabras, para abolir el juicio. Semiramis cuenta con que la gente se ha acostumbrado a pensar que lo que la ley no castiga es lícito y que lo lícito también es bueno. Eliminada la ley, eliminado el juicio. Leyes personales. ¡Dante es un avanzado!

Aquí está bien explicado el asunto de Semiramis, que es el punto clave de la Divina Comedia porque es el prototipo de algunos gobiernos actuales. En el campo legislativo, por otro lado, ¡cuántas veces hemos visto que basta con mover una coma, sustituir una preposición o un adverbio por otro, insertar una incisión de cuatro palabras para cambiar completamente el sentido de una regla! Dante golpeó a Semiramis con su pecado. Dante, ciertamente, ¡hoy criticaría a tantos políticos!

Volvamos a Paolo y Francesca. Dante también en el caso de este canto nos da una idea brillante, un invento suyo. Toma sólo un momento de la vida de los dos personajes y los hace famosos para la eternidad. Para Paolo y Francesca toma el momento en el que no sabían que estaban enamorados y son atravesados por el amor y ese momento permanecerá para siempre. Elige ese momento y será el momento de la eternidad. Y mientras oímos a Francesca hablar y llorar, hoy sufrimos.

Hay una escultura de Auguste Rodin que forma parte de sus obras monumentales. La Puerta del Infierno – Museo de las Artes Decorativas de París. Y Francesca da Rimini es una obra en un acto de Sergej Vasil’evič Rachmaninov.

Paolo y Francesca se encuentran en el grupo de los «muertos por amor», El encuentro con Paolo y Francesca es el primero de todo el poema en el que Dante habla con un condenado verdadero. Además, por primera vez Dante habla con un personaje contemporáneo. Estas son las almas de Paolo Malatesta y Francesca da Polenta (da Rimini) que fueron atrapados por la pasión y fueron sorprendidos y asesinados por Gianciotto Malatesta, hermano y marido respectivamente. Francesca ha sido castigada por haber sucumbido al placer carnal con su cuñado Paolo, con el que cumple condena.

Todo el episodio tiene como hilo conductor la piedad: la piedad afectuosa percibida por los dos condenados cuando son llamados (tanto que Dante le hace decir a Francesca un deseo paradójico de rezar por él, dicho por un alma del Infierno), o también la piedad que aparece en la meditación que hace Dante después de la primera confesión de Francesca, cuando queda en silencio. Y, finalmente, en el punto más alto, cuando el poeta cae desmayado.

Por eso Dante es muy indulgente en la representación de los dos amantes: no vienen descriptos con severidad (a diferencia de la severidad con Semíramis unos versos antes) sino que Dante puede compartir por lo menos en la parte humana (no mete en duda la gravedad del pecado porque sus convicciones religiosas son firmes). Francesca aparece, así como una criatura gentil y noble.

Francesca, conmovida por la piedad mostrada por Dante, le cuenta de aquella pasión tan fuerte que los unió tanto en la vida como en la muerte y del momento en que los dos se dieron cuenta del recíproco amor.

Dante se encuentra con almas muy concretas, que aún tienen los rasgos intactos del ser humano, tal como Dante pudo encontrarlos aquí en la tierra. Francesca (y también Semiramis) es una de nosotras. Y similares son las tormentas y lluvias, similares a esas pasiones que se han convertido en condición eterna, sin más posibilidad de elección.

Esta es la gran tragedia de este quinto canto del Infierno de la Divina Comedia. ¿Transcurrieron 700 años desde su muerte? No parece. Para nosotros, pobres posmodernos, sin brújula en los caminos a seguir, Dante Alighieri está siempre vivo y lleno de enseñanzas.

Sobre el autor

Vincenzo Putignano

Licenciado en Ciencias Políticas (Universidad de Torino, Italia) y con Diploma en Dirección de Empresas (IESE, España). Sus intereses están dirigidos en como los clásicos pueden influenciar el gerenciamiento público y privado.

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