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Inculturación

Enrique Shaw
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Llevo un par de años intentando conocer cada día un poco más la obra de un santo de Dios: Enrique Shaw.
Hace décadas estudio e intento y especializarme en lo que denominé Economía Cristiana. Qué dice la Palabra de Dios, cómo se aplica a lo cotidiano de mi vida, cómo puedo multiplicarlo desinteresadamente. Claro, el Espíritu me fue modelando, animando a más. Incluso siento que me fue confiando más y más.

Cómo fundador de Renova+ me pregunté cuáles eran mis dones para poner al servicio del Señor en los que más lo necesitan. El orden, lo heroico, la mayordomía, el progreso han sido parte de mi camino en estos años.

Cuando en el 2019 Sara, nieta de Enrique, me regaló dos libros acerca de su vida, se confirmaron muchas cosas en mi corazón, en mi andar. Confieso que no he sido el mejor estudiante de su vida, pero lo que he podido profundizar me ha impactado e inspirado.

Cómo fundador de la Metodología de Evangelización Renova +, cuya visión es renovar absolutamente todos los espacios pastorales de las comunidades y en la sociedad, he ido entendiendo que el ámbito de la empresa no puede quedar ajeno en la creación (o revitalización si ya existieran) de espacios que promuevan el encuentro con Dios, la profundización de la Vida en y con Jesús. Cuando la Buena Noticia esté inculturalizada en todos nuestros espacios podremos soñar, vos y yo, un cambio profundo y radical en este mundo, que claramente hace décadas retrocede en todas las líneas imaginables.

El cierre de este largo proceso de discipulado en clave económica se cierra con la decisión de llegar a la gran familia de ACDE, hace un mes y medio atrás. Por un lado, me sentí como en casa compartiendo con muchos que sienten igual que yo. Por el otro, algo en mi interior que me decía «llegaste tarde». Nunca es tarde, me siento más inspirado que antes construyendo humildemente mi ser líder a imagen de Jesús, con el consejo y el espejo en Enrique Shaw.
Cierro con unas palabras del Papa Francisco el 6 de noviembre de 2019, que creo que nos pueden iluminar este tiempo:

El apóstol frecuenta la sinagoga, símbolo de la fe en Dios; la plaza, centro de la vida ciudadana, y el Areópago, corazón de la vida cultural y política. El contacto con el paganismo no le asusta, sino que lo empuja a crear un puente para dialogar con aquella cultura. Con mirada contemplativa, Pablo descubre que Dios habita en las casas de los atenienses, en sus calles, en sus plazas; no mira el paganismo con hostilidad, sino que, en un ejemplo extraordinario de inculturación, anuncia a Cristo partiendo de su fe en un “Dios desconocido”, al que han construido un ídolo.”

*Imagen destacada: Museo del Vidrio – Berazategui, Pcia de Buenos Aires.

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