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¿Por qué y cómo ser Clemente?

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Esta es la 7ma. entrega de «Ser cristiano en el trabajo: 17 valores para implementar en su empresa». Para leer el sexto artículo de esta serie, hacé clic acá.

Clemente

  1. Ser cristiano en el trabajo es ser clemente. Seguir a Cristo en nuestro trabajo es ser clemente porque Jesús es el don de la Misericordia. La misericordia de Dios se hace visible a través de la muerte de Jesús. Gracias a la misericordia de Dios podemos vivir; Él nos da Su misericordia.1 El Espíritu Santo nos da el corazón, la sabiduría y la fuerza para trabajar con clemencia.
  2. Trabajar con clemencia significa juzgar con indulgencia. Juzgar con indulgencia no es prestar atención a cada problema insignificante, o no exagerar los errores y los fracasos de los demás, ni condenar sus fechorías rotundamente. Si conocemos nuestros propios pecados, entonces somos tolerantes con respecto a los pecados de los demás. Sabemos por experiencia que tan difícil es hacer el bien y que tan fácil es hacer el mal. Cada vez que juzgamos a otro en nuestro trabajo, Dios lo juzga. Cada vez que juzgamos a otro de manera muy severa, Dios lo condena.
  3. Trabajar con clemencia significa no condenar a otro. Le corresponde a Dios condenar a las personas. Nos toca condenar su comportamiento sólo cuando existe una prueba irrefutable, y que realmente tenemos derecho a hablar. Quien condena injustamente el comportamiento de otro, condena su propio comportamiento.
  4. Trabajar con clemencia significa nunca maldecir a cualquiera o su comportamiento. Le corresponde únicamente a Dios hacerlo. Aunque seamos los representantes de Dios o que tengamos la autoridad para despedir, sancionar o censurar a alguien en el trabajo, no tenemos el derecho de maldecir o condenar a nadie. Sólo Dios tiene el poder de negarle a alguien el acceso al cielo.
  5. Trabajar con clemencia quiere decir confesar nuestros pecados el uno al otro. Confesarnos el uno al otro en nuestro trabajo nos permite perdonar los errores de cada uno y fortalecer nuestra relación.2
  6. Trabajar con clemencia significa sancionar moderadamente. Sancionamos sin piedad al hacerlo sin sentimientos, sin preocuparnos por la persona y las circunstancias. Toda persona es pecadora; nadie es virtuoso. Dios no nos castiga según nuestros pecados. Los que son severos tienen los corazones en el lugar equivocado.
  7. Trabajar con clemencia es mirar a cada injusticia que soportamos en nuestro trabajo como una oportunidad para demostrar nuestra capacidad de perdonar. Sin la injusticia, no podemos dar prueba de nuestra capacidad de perdonar. Cuanto más grande la injusticia, más grande es nuestra prueba de perdón.
  8. Trabajar con clemencia quiere decir perdonar los pecados de los demás.3 Si Dios quiere perdonar nuestros pecados, ¿por qué no deberíamos perdonar los pecados de los demás en nuestro trabajo? ¿Si no podemos perdonar los pecados de los demás, por qué esperamos que Dios perdone los nuestros?4
  9. Trabajar con clemencia quiere decir perdonarse unos a otros los pecados para siempre. Esto significa que no insistimos en eso ni que seguimos culpando. Dios tampoco actúa de esa manera con nuestros pecados; Él lava nuestros pecados. Para Dios, lo que es perdonado una vez, lo es para la eternidad.5
  10. Trabajar con clemencia significa dar a las personas lo que no se han ganado. La clemencia no sólo consiste en dar a los demás lo que merecen sino también en darles lo que no merecen. Bajo la gracia de Dios, recibimos bendiciones que no nos hemos ganado. Por lo tanto, trabajar con clemencia no consiste únicamente en sancionar menos o no sancionar en absoluto cuando es merecido.
  11. Trabajar con 0clemencia es pagar el mal con el bien. Quien devuelve el mal con el mal en su trabajo hace que las cosas vayan de mal en peor y juega en manos del diablo. Al contrario, la clemencia rechaza el mal. Podemos detener el mal haciendo lo que es sumamente bueno, sacrificándonos. De esta manera seguimos a Jesús. La cruz que Jesús cargó representa la misericordia de Dios porque Jesús no es el pecador sino Quien hace el sacrificio. Por consiguiente, hacemos un sacrificio al no hacer alguien que nos ha perjudicado pagar, sino que al contrario, renunciamos al daño y al perjuicio. Hacemos un sacrificio al no romper la relación con alguien que nos maltrató, sino que al contrario, la fortalecemos; y al perdonar a alguien sin pedir nada a cambio. La gracia de Dios incluye todo lo bueno que Él quiere dar, sin pedir nada a cambio.
  12. Trabajar con clemencia es ofrecer la misericordia de Dios. Frente a la injusticia que sufrimos, no necesitamos estallar en rabia y venganza,6 porque la injusticia brinda oportunidades para agrandar la misericordia de Cristo. El perdón en nuestro trabajo brinda no sólo el perdón del mal, sino que también aporta la mejor respuesta al mal, que es el amor, el amor divino.
  13. Trabajar con clemencia es dar una segunda oportunidad a los culpables. Al no tomar acciones contra los transgresores, les damos el tiempo y la oportunidad para arrepentirse. Dios nos da oportunidades infinitas para arrepentirnos por nuestros pecados. ¿Entonces, por qué deberíamos darle a un culpable nada más que una segunda oportunidad?
  14. Trabajar con clemencia no quiere decir que justificamos todos los pecados. Al actuar en contra de los pecados, mostramos donde se pone el límite. Dios tampoco justifica nuestros pecados. Castiga a los que no están en Cristo y reprende a los que sí lo están.7
  15. Trabajar con clemencia significa que tenemos la voluntad de responsabilizarnos por los fracasos de los demás. Jesús incluso tomó la plena responsabilidad de nuestros fracasos.
  16. Trabajar con clemencia significa actuar piadosamente con cada persona en nuestro trabajo. Dios no se limita a la hora de conceder su gracia. Con Dios, la gracia abunda. Su gracia es disponible para todos, todo el tiempo. Por lo tanto, la gracia o la piedad que demostramos no deberían ser limitados en el tiempo ni exclusivos.
  17. Trabajar con clemencia significa que la misericordia de Dios nos anima en nuestro trabajo. Nuestra vida y nuestro trabajo son el puro resultado de la misericordia. La misericordia de Dios, Su inagotable fuente de bondad infinita, son nuestra motivación para realizar buenas obras sin cesar.
  18. Trabajar con clemencia significa aceptarnos a nosotros mismos en nuestro trabajo. Dado que Dios nos acepta, podemos aceptarnos tal y como somos.8 No tenemos por qué sentirnos inferiores o ser despectivos hacia nosotros mismos. Dios ama a cada uno de nosotros; cree en nosotros y nos valora. Él nos acepta en nuestra fe, y acepta las obras que vienen de nuestra fe, sin embargo, puede que nosotros y nuestras obras sean imperfectos. Por consiguiente, Dios es la solución cuando experimentamos un complejo de inferioridad, un síndrome de desgaste profesional, o una depresión.

Preguntas

 

Referencias

1 Juan 1:14-17, 2 Corintios 12:9, Efesios 2:5

2 Santiago 5:16

3 Mateo 18:21, Marcos 11:25-26, Lucas 17:3-4

4 Mateo 6:12, Mateo 6:14-15

5 Miqueas 7:19

6 Santiago 1:19

7 Romanos 8:1, Hebreos 12:7-11

8 Salmos 139:14, Eclesiastés 5:18-19, 2 Corintios 5:17, Efesios 5:29

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