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Una Posta en el Camino

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En este cuestionario -que pertenece a la ficha de instituciones que desde Portal Empresa consideramos que aportan valor a través de su misión- el equipo de Una Posta en el Camino brinda detalles sobre su trabajo.

Breve historia

Como familia en tránsito, entramos en contacto con la gran necesidad de hogares convivenciales que hay en nuestro país. Por eso soñamos con crear uno para 20 niños de 0 a 8 años, con una visión de crianza respetuosa. En 2020 hicimos la Asociación Civil, pero no pudimos avanzar por la pandemia. En 2022 conseguimos una casa ideal, que alquilamos con opción de compra. Abrimos un perfil de Instagram para contar el proyecto y conseguimos poner en condiciones la casa con una obra financiada completamente con donaciones. En junio de 2023 ingresaron los primeros niños. En noviembre de 2023 compramos la casa. 

La fundación en números:

Principal programa: Hogar Convivencial

Vínculo empresario:

Varias empresas nos apoyaron con donaciones puntuales para la obra del hogar:

Lo que más necesitamos de las empresas es su aporte económico para ayudarnos a solventar los gastos de mantenimiento del hogar y también para gastos excepcionales. Podemos diseñar experiencias de voluntariado en conjunto. También tenemos una charla motivacional armada para visitar a las empresas y contar el proyecto y su historia.

Premios

Contacto


La visión de quien dirija la organización

Nombre y Cargo: Sofía Paz, directora de Una Posta en el Camino

  1. Una historia o experiencia transformadora

“Soy Sofía Paz, directora del hogar convivencial Una Posta en el Camino. Tengo dos hijos y me hubiera gustado tener más. En una conferencia escuché hablar a la fundadora de Madres contra el paco, y entendí que el dolor se puede resignificar y que podía poner esta necesidad de maternar al servicio de otros.  Eso me hizo estudiar Psicología Social y durante 10 años trabajé en hogares convivenciales. Mi familia me acompañó en este camino y comenzamos a ser referentes afectivos y después familia de tránsito muchos años. 

En contacto con esta realidad, aprendí que hay mucha necesidad de hogares en Argentina, hay muchos niños con derechos vulnerados que siguen conviviendo con sus vulneradores porque no hay dónde alojarlos. Y también niños que se encuentran en lugares temporarios no aptos para su cuidado, como, por ejemplo, hospitales.”

Así surgió este sueño, el de poner un hogar. En 2020 hicimos la Asociación Civil y un video contando que necesitábamos una casa para abrir un hogar de niños y lo circulamos. Pero la pandemia nos paró por completo durante casi dos años. 

En 2022 reactivamos la búsqueda, y aparecieron dos cosas: una persona que, sin conocernos, nos donó una casa, que pusimos en venta inmediatamente para poder comprar una apta para el hogar. Y una casa ideal para el hogar, en Don Torcuato, que alquilamos con opción de compra. La verdad es que no estaba en las mejores condiciones, pero tenía mucho potencial. Necesitábamos juntar la plata para arreglarla, y también armar equipo para llevar adelante el proyecto. Entonces abrimos un perfil en Instagram, contamos el proyecto y pedimos ayuda. Y la gente se empezó a sumar.

Ahí empezó a pasar la magia. Todo lo que fuimos pidiendo para la obra, fue llegando. Arrancamos la obra en octubre de 2022, por momentos dudábamos cómo íbamos a hacer para terminarla, pero siempre aparecieron los materiales y los recursos. 

Lo mismo pasó con el equipo. Se fueron sumando las 18 personas que hoy formamos la comisión directiva del hogar. 

Todo estaba saliendo mejor de lo que habíamos soñado. Hasta nos donaron un container para generar un espacio de aprendizaje fuera de la casa. 

Y entonces pasó lo inesperado. El 7 de marzo de 2023 Hernán, mi marido y el arquitecto de la obra, tuvo un accidente en moto y falleció. No sólo perdí a mi compañero de toda la vida, sino también al socio en el proyecto del hogar. Fue un momento durísimo, no tengo palabras para describirlo. Pero también, fue el momento en que nos dimos cuenta de que el proyecto nos excedía, era mucho más grande que nosotros dos, que la comisión, que los seguidores. 

El amor que mueve este proyecto es una energía muy poderosa. La comunidad entera: los vecinos de Don Torcuato, los amigos y conocidos y a la vez sus amigos y conocidos, y sobre todo este equipazo que armamos en el hogar, hicieron que siga adelante. 

Así terminamos la obra. Y llegó el día que todo estaba hecho y listo para recibir a los chicos en junio de 2023.

Los primeros días de noviembre de 2023 pudimos comprar la casa. Cómo explicarles la emoción que sentimos en ese momento. La paz de saber que la casa es de los chicos, que pase lo que pase con nosotros, de todas formas, ese lugar va a seguir siendo para ellos y todos los que vengan después.

Sentimos que en el hogar hay mucha energía de amor, que se expande y que es más grande que las personas que trabajamos ahí incluyen a toda esta red de personas que piensan en nosotros y nos desean lo mejor, que nos apoyan, nos ayudan y nos impulsan a seguir.

 (Créditos: Tim Graham/Corbis via Getty Images)

Este lugar, esta posta que pensamos en el camino de estos niños, este tiempo para poder parar, sanar heridas, adquirir herramientas antes de ser restituidos a sus familias de origen o adoptivas, hoy es una realidad. Nuestra realidad de todos los días.

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