La seguridad alimentaria mundial es un tema prioritario para los principales organismos internacionales, y es uno de los temas importantes que destaca el papa Francisco al hablar de los pobres y de los países menos desarrollados.
Cuando se habla de seguridad alimentaria, no solo se hace mención a la producción de alimentos suficientes para toda la población, sino también que todos los habitantes del mundo tengan acceso a alimentos sanos. Según la FAO: “Existe seguridad alimentaria cuando todas las personas tienen en todo momento acceso físico y eco-nómico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus preferencias en cuanto a los alimentos, a fin de llevar una vida activa y sana”.
Hoy el mundo produce suficientes alimentos para sostener a toda su población, pero hay mil millones de personas que sufren hambre. Nos encontramos, entonces, frente a un problema de acceso a dichos alimentos.
De cara al futuro, la demanda crecerá por el aumento de la población y por el crecimiento económico de países en vías a desarrollo. Las personas que hoy están en situación de pobreza mejorarán su nivel de vida, demandando mayor cantidad y calidad de alimentos.
Se estima que para el 2050, se duplicará la demanda mundial. Existe entonces un doble desafío; se deberá duplicar la producción mundial de alimentos y se deberán solucionar los problemas de acceso a los mismos.
Ante la inseguridad alimentaria mundial
A su vez, hay dos factores más a tener en cuenta, que ya están incidiendo en la Seguridad Alimentaria Mundial y que se incrementarán en el futuro.
Gracias a la tecnología, con el desarrollo de la bio economía, parte de la producción agropecuaria se convierte en biocombustibles, bioplásticos, productos medicinales, etc. Por otro lado, una parte creciente de la población se alimenta con pescados, pre-viéndose que las algas serán otra fuente de sustento a corto plazo.
Una región netamente exportadora de alimentos
Frente a estos desafíos, la Argentina es un país que produce alimentos para una población diez veces superior a la propia. Somos un país netamente exportador. Sin embargo, hoy, no somos “el granero del mundo”. Pero si nos unimos con Brasil, Paraguay y Uruguay, en conjunto sí somos los principales exportadores netos de alimentos a nivel mundial y representamos el 29,13% del total. Todas las proyecciones para los próximos diez años muestran que este porcentaje se incrementará. A su vez, producimos con un sistema sustentable y eficiente.
Es cierto que podemos mejorar más en nuestras buenas prácticas agrícolas, pero claramente nuestro sistema de producción es más sustentable si nos comparamos con otros países productores de Asia o Europa. Gran parte de esto se debe al desarrollo de la siembra directa.
Mientras tanto estamos viviendo en un mundo multifacético donde la globalización y el desarrollo tecnológico no han sido acompañados, como dice el papa Francisco, por un desarrollo ético y moral.
Múltiples conflictos dificultan el desarrollo y los acuerdos de los organismos internacionales. No solo es difícil llegar a acuerdos en organismos como la OMC, sino también lograr que estos acuerdos se cumplan. Frente a esta situación, las regiones y los países han comenzado a realizar múltiples acuerdos regionales y bilaterales que están modificando “las reglas de juego del comercio internacional”.
Nuestros países –Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay– a pesar de ser los principales exportadores netos de alimentos, no están actuando en forma conjunta en las negociaciones internacionales. Pertenecemos al Mercosur, pero no hemos utilizado este organismo con los fines para los que fue fundado: integrarnos y actuar en conjunto en las negociaciones internacionales.
Nos estamos “quedando afuera”, mientras el mundo avanza en nuevos acuerdos. Con más de diez años de negociaciones, no hemos podido todavía firmar el acuerdo entre la Unión Europea y Mercosur. Claramente es este un tema de nuestros gobiernos, pero también es responsabilidad del sector priva-do, y especialmente del sector productor de alimentos.
Una iniciativa privada para la región
Frente a esta situación, hace tres años un grupo de instituciones privadas, ligadas al tema agroindustrial y a las negociaciones internacionales de Argentina, Brasil, Para-guay y Uruguay, creamos un proyecto que llamamos GPS, Grupo de Países Productores del Sur (www.grupogpps.org).
Esta iniciativa se ha propuesto como objetivos:
- Ser un foco de reflexión y de propuestas para la consolidación, el desarrollo y la evolución de la región en el ámbito agro-industrial.
- Participar activamente como instituciones privadas en los foros en que se discutan temas de gobernanza, estándares de producción y regulación comercial a fin de exponer nuestra posición en estos temas.
- Implementar difundir y profundizar una intensificación sustentable en el uso de los recursos y en el desarrollo de gerenciamiento, con especial cuidado del me-dio ambiente y medio social.
- Promover la labor conjunta e integración de la producción y el comercio en los cuatro países participantes.
El proyecto en la Argentina
En la Argentina, el proyecto comenzó a funcionar con el apoyo del CARI (Consejo Argentino de Relaciones Internacionales); y de él participan, entre otras Instituciones: AACREA, AAPRESID, La Bolsa de Cereales, ACTA, ACSOJA, ARGENTRIGO, ASA-GIR, MAIZAR y FUN-PEL. En cada uno de los cuatro países, se formó un grupo de instituciones y personas para llevar adelante el proyecto.
Comenzamos con el lanzamiento de un libro que muestra lo que representamos los cuatro países juntos, los desafíos que tenemos por delante para lograr la integración y para salir unidos a plantear nuestras propuestas a nivel internacional. Desde entonces hemos realizado diversos trabajos y estudios en conjunto sobre: sanidad y calidad de alimentos, temas de infraestructura como hidrovías, de coordinación macroeconómica, de políticas comerciales e inversiones, de integración y desarrollo de cadenas agroindustriales, y de su mercado actual y potencial.
A su vez, otro grupo de trabajo se aboca a la presentación en organismos internacionales. Estamos proponiendo llegar a acuerdos entre los principales países exportadores netos de alimentos y los principales países importadores para disminuir la volatilidad de precios internacionales y mejorar el acceso a los alimentos, tan importante para la seguridad alimentaria mundial. De esta forma, los países más eficientes y con potencial de producción podrán cubrir gran parte de la demanda.
También es necesario que se desarrolle la producción de alimentos, en forma más eficiente en países poco desarrollados, por ejemplo, África al Sur del Sahara. Para esto es mucho lo que podemos hacer desde nuestros cuatro países en transferencia de tecnología y sistemas de producción.
La problemática del cambio climático
En el mes de diciembre se realiza en Paris, la COP21. Una reunión internacional donde todos los países deben llegar a acuerdos y compromisos de reducción de la emisión de gases de efecto invernadero causantes del “Cambio Climático”.
Como GPS hemos trabajado este tema entre las Instituciones participantes de los cuatro países y hemos armado una declaración que posiblemente llevará el presi-dente de la República de Paraguay a esta reunión. En los últimos tres años hemos participado en múltiples reuniones en Estados Unidos, en Europa y en organismos privados y públicos.
Es importante el intercambio del sector privado con los gobiernos de nuestros países, para avanzar juntos en lo que debería ser un nuevo relanzamiento del Mercosur.
Como mencioné al comienzo, a gran velocidad se está realineando el mundo en convenios bilaterales y regionales. No solo es importante para nuestras exportaciones de alimentos firmar nuevos acuerdos, ya que cada vez que un grupo de países firma acuerdos entre ellos, estos afectan directa-mente nuestras exportaciones.
Un trabajo reciente del INAI, evidencia cómo repercuten en nuestros países todos los acuerdos multilaterales en marcha.
La oportunidad de relanzar el Mercosur
Nos encontramos en la Argentina frente a un cambio de gobierno. Creo que deberíamos lograr un cambio en nuestra política exterior, y lograr acuerdos que se transformen en políticas de Estado para que estos lineamientos se mantengan más allá de los cambios de gestión.
Viendo veinte años de actuación del Merco-sur, muchos con razón dirán que no vale la pena seguir con esta integración regional.
Consideramos que para actuar en conjunto y negociar con las distintas regiones y organismos internacionales, si no existiera el Mercosur habría que crear una nueva organización. Por esto proponemos relanzar el Mercosur para potenciar esta realidad de estar liderando las exportaciones de alimentos a nivel mundial. Esto no solo será muy bueno para nuestros cuatro países, sino que será bueno para la seguridad alimentaria mundial.
Hoy el mundo produce suficientes alimentos para sustentar a toda su población, pero hay mil millones de personas que sufren hambre. Nos encontramos, entonces, frente a un problema de acceso a los alimentos.