Como en tantos otros tópicos, existe un lado y el otro de la biblioteca. Lo cierto es que el avance de la tecnología nos trajo muchísimos beneficios y cambios en nuestras vidas durante el siglo XX y en lo que va del XXI.
Ahora bien, en términos de empleo, lo que tampoco podemos dejar de aseverar como cierto es que la tecnología ha desplazado todos aquellos trabajos de índole artesanal y manufacturera. Esta mayor eficiencia en la producción debido a la automatización de ciertos procesos, si bien ha eliminado ciertos puestos, también ha generado otros que exigen perfiles diferentes a los anteriores. Por lo tanto, ¿es realmente la tecnología un enemigo del empleo?
Quienes no lo creen, afirman que es mucho más el trabajo que se crea que el que se pierde. Mientras que los detractores de estos avances, afirman que esa ecuación no cierra, siendo menores aquellos puestos que se regeneran.
En cualquier caso, el punto de acuerdo, en ambas posturas, es que el presente y el futuro reclaman nuevos perfiles y que muchos de los trabajos que el día de mañana ocupará quien hoy se está formando no han sido creados aún. Crece la especialización y con ella la división del trabajo. Esto hace más que evidente la necesidad de que estos perfiles posean aptitudes blandas como la creatividad y que la educación es la clave fundamental para enfrentar tamaño desafío.
Los Datos
Un informe de Deloitte (Technology and people: The great Job Creating Machine – 2015) analiza esta problemática y llega a contundentes y fuertes conclusiones tales como que la tecnología ha creado más empleos de los que ha destruido en los últimos 144 años, haciendo hincapié en cómo se modificó la situación del Agro en Inglaterra, también que la tecnología ha impulsado el empleo en sectores intensivos en conocimiento como la medicina, la contabilidad y los servicios profesionales y por último, que ha reducido el costo de lo esencial, aumentando los ingresos disponibles y creando nuevas demandas y empleos.
Con los pies en el presente y de cara al futuro
Es muy probable que no se puedan predecir qué nuevos empleos surgirán en el futuro, pero es probable que muchos de ellos estén relacionados con la interacción social y la creatividad. Si bien solemos pensar sólo en internet, los avances en biotecnología, ingeniería genética o robótica, también empiezan a aportar nuevas estructuras de empleo que serán decisivas. El efecto neto de los avances tecnológicos sobre el empleo dependerá de la automatización por un lado, y la creación de nuevas tareas para los humanos, por el otro, alterando la frontera de posibilidades de innovación si es que logramos hacer de la tecnología nuestra aliada.