El Siglo XXI definitivamente ha sido el que mayor velocidad de cambio ha generado: en la vida cotidiana, en el conocimiento y en las tecnologías, entre otras. No obstante, las Pymes habitualmente no disponen de departamentos tecnológicos, ni un asesoramiento externo cualificado.
Dado que las compañías suelen ser bastante renuentes a los cambios tecnológicos (y en muchos casos pueden ser innecesarios), sería optimo realizar un estudio para ver cómo afectaran a mi negocio. Esto debido a que mejores rendimientos podrían no constituir un elemento diferenciador para nuestra empresa, ni que cambien las reglas de competitividad del sector, afecte a los sistemas de producción o nos sirvan para conquistar nuevos mercados o modificar los métodos de distribución y comercialización. Lo ideal implicaría que exista o que coexistan las dos formas de gestión, la tradicional y la que proporcionen las nuevas tecnologías, pasando a estas una vez que hemos demostrado como afectan positivamente a nuestro modelo de negocio.
Algunos ejemplos pueden ser los sistemas de Planificación de Recursos Empresariales (llamado ERP o Enterprise Resource Planning) o Administración de Relaciones con los Consumidores (llamado CRM o Customer Relationship Management), entre otros. Se estima que el 25% de las pequeñas empresas en Argentina cuenta con un sistema ERP, 32% en las medianas y 60% en las grandes. Hoy la tecnología le permite a los más pequeños o a los emprendimientos unipersonales convertirse en empresas globales, vendiendo productos transnacionalmente.
Un estudio de Deloitte asegura que la inversión que hacen en Google tiene un impacto de 18 mil millones de pesos en la economía nacional. Más de 300.000 Pymes argentinas tienen en Google algún tipo de presencia que replica en ventas. La contracara es que, de las más de 853.000 Pymes en actividad en el país, la mitad todavía no tiene su propia página en Internet.
Las malas noticias
Los problemas en la conectividad es una de ellas y suelen ser comunes en América Latina y el miedo a la falta de seguridad de los datos o la dependencia de terceros. Muchas Pymes no tienen el conocimiento o el expertise interno para poder acceder a la tecnología. Internalizar el uso de la tecnología dentro de las organizaciones no es una tarea sencilla. En especial, dentro de las Pymes más tradicionales, en donde los cambios suelen ser vistos con mayor incertidumbre.
Principales conclusiones
Según como afecte el cambio tecnológico estaremos ante una amenaza o una oportunidad. Por un lado, el éxito no va ligado a implantar lo último en nuevas tecnologías. Por otro lado, lo realmente importante es aplicar las soluciones más apropiadas de forma que mejoren nuestra eficiencia en cada proceso. Lo importante es no involucrarse en una inversión sin sentido que pueda traer aparejado problemas financieros y hacer un seguimiento del impacto de las tecnologías, como analizar en términos de costos y en la adaptación correcta a la empresa.
El momento de tomar la decisión es vital ya que muchas veces el riesgo de no tomar decisión alguna puede ser muy alto. Idealmente complementar recursos y minimizar riesgos sería lo más lógico.
No hay que tenerle a la tecnología. La adopción de la tecnología en este segmento todavía es baja. Ahí está la oportunidad. Pero, el desafío es cómo ayudar a las pymes a adoptar este tipo de servicios y que estos, a su vez, lo ayuden.