Valores

Un llamado de atención y a la reflexión

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Este artículo en lo personal no tengo ganas de escribirlo, pero me siento con la obligación de hacerlo.

Hace años que se habla que Argentina está en un laberinto.  

Argentina, no está en un laberinto.  Es la terquedad de la sociedad la que está en el laberinto.

Quizá me exprese con algunas palabras que puedan resultar un poco duras, pero espero que sirvan para la reflexión, después de interpretarlas.

Voy a un caso, muy importante.

El señor que ejerce la Presidencia, con su vocero se “enorgullecen” de despedir a 70.000 empleados.

Francamente, me duele el alma.

Francamente, les hago pensar, ¿Dios quiere eso?  ¿Piensan que eso es el espíritu de Cristo?

Se los digo: no.

El clima del ámbito público es muy feo.  La gente se siente mal.  Y eso no es el espíritu de Cristo ni de Dios.  Ese camino es equivocado.

Si se tiene que llegar a una decisión tan terrible, se tiene que llegar llorando.  No se puede llegar con pleno orgullo y frase combativa.

Por otro lado, escucho a muchos economistas decir vamos al equilibrio fiscal para después, dentro de 15 años estar bien.

O sea, el año pasado estaban mejor, ahora están mal y en el futuro estarán mejor.  Para equilibrar las finanzas.

Erróneo. Las finanzas no existen.  Los bienes existen.

Si había comida y recursos, los mismos siguen existiendo. Hacer pasar mal a la gente, no es el objetivo de Dios en el universo.

Dios no busca que haya superávit.

Dios busca que la gente busque su equilibrio y entre todos traten de tener una vida lo mejor posible durante su paso en esta casa.  Posteriormente en otra, y así sucesivamente.

La gente la está pasando mal.  Y eso no es lo que Dios quiere.

Las inversiones no van a venir.  Las verdades inversiones las productivas.

Si me hablan de bonos o especulativas que se van a los 10 años, como siempre.  Esas vienen siempre.

¿A cambio de qué?

Esas que vienen y se van a los 10 años, demuestran qué.  Demuestran que los bienes están.  Porque están.  Y que la plata no existe.

Otros temas, muy importantes.

El Estado. El Estado es una construcción social, que es parte, por lo menos de este planeta.  Este gobierno lo hace como malo de Dios. Todo lo que existe es obra de Dios.

El Estado regula a la sociedad.  Es totalmente necesario.  Regula a la Economía.  La Economía no se autorregula.

Ahí hay otro concepto, la corrupción.  La corrupción es parte de la naturaleza humana.  No quiere decir que esté bien, pero es algo en poblaciones grandes que sociológicamente existe.

Entonces, analizándolo desde la lógica borrosa, podríamos hacer el siguiente análisis.  He investigado varios años sobre la teoría de los conjuntos borrosos y modelos matemáticos a la contabilidad.

La pertenencia a un conjunto no es sí o no.  Tiene un grado de pertenencia entre 0 y 1.  Cuando uno habla de la corrupción, la misma es natural al ser humano.  Lo que uno tiene que decir es la tolerancia de la corrupción.  El grado.

Si un país tiene un grado de corrupción del 0,95, está mal.  Si un país tiene una corrupción del 0,05 va a estar bien.  Un grado normal de corrupción estaría entre 0,40 y 0,60 aproximadamente, a ojo, si uno se pone a analizar la situación mundial.  Quizá sería un deseable un grado de 0,30.  Dónde está Argentina?  No lo sé.  Parecería que está en niveles altos.

Voy a casos concretos.

Si uno va caminando por la calle y ve un dólar tirado, es probable que un alto grado de la población no lo levante, si la misma tiene un alto nivel de valores.

Si uno va caminando por la calle y ve mil dólares tirados, la probabilidad que no lo levante es mucho menor.

Ahora les pregunto: ¿si hay un millón de dólares?

Si lo levanta cualquier que lee este artículo, puede considerarse corrupto.  Aunque no lo crea.  Obviamente habrá un porcentaje que no lo haga, pero estadísticamente sería menor.  Y no porque sean malas personas.

Yo tenía un dicho, que era.  Que tire la primera piedra el que está libre de pecado.  No me acordaba quien lo había dicho.  Me dice mi mujer, fue Jesús jajaja.

Es así, no hay que hablar que uno no es pecador.  Porque somos todos humanos.  Es propio de la naturaleza humana.  Los valores nos permiten ser mejores personas.  Pero no somos no pecadores.

Voy a resumir algo de este punto, no está bien la corrupción, pero es muy probable que exista.  Los valores propios de cada persona harán que cada persona sea menos o no corrupta.  Pero en una gran población, es altamente probable que exista la misma.  El grado de corrupción es el factor que se tiene que controlar.  Ese es el punto fundamental.  Tratar de mantenerla en un grado bajo y razonable.  Sería un imposible eliminar la misma.

Hablar como dice este gobierno que el libre mercado auto regulado sin regulación estatal va a funcionar, es desconocer la naturaleza humana, es desconocer la economía y es desconocer la creación de Dios.

Otro tema, que voy a traer a reflexión es el tema, ellos y nosotros.

Este tema es importante.

No hay ellos y nosotros.

Todos somos hijos de Dios.

Somos todos hermanos.  Con los defectos y virtudes.

Todos construimos el planeta.

Es una lección que tenemos que aprender.

Las fuerzas del cielo deberían saber eso.

Por último, las fuerzas del cielo son pacíficas.  No buscan guerras.

Espero que esto lleve a una reflexión profunda.

Sobre el autor

Alejandro L. J. Tonnelier

Socio del Estudio Tonnelier. Fue investigador del Instituto de Investigaciones Contables de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires y docente de diversas asignaturas del área contable.

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