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La ética del cuidado

La ética del cuidado . Photo by Craig Adderley: https://www.pexels.com/photo/man-and-man-inside-shop-1724199/
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Me parece que no he hablado en el pasado de la ética del cuidado, probablemente porque pensamos que es una ética personal o, desde otro punto de vista, social, pero no una ética de las organizaciones. Habrá que hacerle un hueco…

Cuidar es una actividad humana, una necesidad básica a la que todos tenemos derecho, y que es también un deber para todos. Es verdad que, hasta ahora, la ética del cuidado ha sido habitualmente una ética familiar, que se ve vive en el entorno del hogar y, a menudo, a cargo de las mujeres. Pero eso está cambiando, sobre todo por la presión del envejecimiento de la población, que nos pone a todos ante el hecho de que somos frágiles, débiles, vulnerables… unos más que otros y unos antes que otros, pero, al final, es algo que nos afectará a todos -y que ahora ya nos afecta a todos, aunque sea de manera intermitente, por ejemplo, cuando caemos enfermos.

Somos vulnerables y somos dependientes. Dependemos unos de otros. Todos, nos guste o no. Por eso todos necesitamos que nos cuiden, cuando haga falta, y todos tenemos que cuidar a otros, cuando lo necesiten. ¿Es responsabilidad de las autoridades? Sí, al menos hasta cierto punto, pero los demás no podemos mirar hacia otro lado, como si esto no nos afectase.

¿Cómo se vive la ética del cuidado en la empresa? Hay un cuidado genérico, que todos podemos ejercer diariamente: la sonrisa, escuchar al otro, animar al que está triste, echar una mano al que va agobiado… Y hay cuidados estructurados, como la conciliación trabajo-familia, que, a todas las empresas afecta, de modo que lleven a cabo no solo lo que la ley establece como obligatorio, sino también algo más: ofrecer horarios más flexibles para las personas que tienen que cuidar a los de su familia, dar fácilmente permisos para atenciones especiales… Y esto afecta a todos, pero principalmente a los que tienen alguna autoridad, desde el Presidente o el Director General hasta el capataz o el responsable de una oficina o un departamento…

 

*Artículo publicado originariamente en el Blog Economía, Ética y RSE del IESE Business School, Universidad de Navarra.

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