En el «XIX Encuentro Anual de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE)”, el sociólogo y economista Juan Llach llamó a tomar “el camino de la productividad inclusiva”, por cuanto señaló que “es el principal cambio para lograr una economía sostenible y una inclusión sostenible”. “Para construir esto no bastan conductas individuales, sino colectivas. Me gustaría que hubieran instancias de concertación”, agregó.
“Además, hay cuestiones claramente correspondientes a los sindicatos y trabajadores, como por ejemplo el ausentismo o la litigiosidad. En cuanto al Estado, la clave pasa por que la productividad es baja. El dilema para los empresarios es cómo salir del círculo vicioso entre costo laboral alto con productividad baja. Y creo que el principal rol de los empresarios es la inversión. No se puede concebir inversión sin innovación. Y con la innovación, el necesario cambio cultural”, amplió.
“Me gustaría que se hablara más de la productividad. Falta proactividad integral, en especial del sector empresarial. Tenemos una falencia de actitudes, de valores en acción, a través de comportamientos que generen la posibilidad de coordinación colectiva”, sentenció.
Vínculo público-privado
La diputada nacional por el GEN, Margarita Stolbizer, afirmó que “la relación público-privado es indispensable para cualquier proyecto de país”. “La política es la ética de lo colectivo. Lo primero que requerimos para reconstruir son los valores. Eso construye una identidad, que tiene componentes que heredamos. Pero otra parte de la identidad como Nación que se construye entre todos”, agregó.
Stolbizer consideró que “necesitamos liderazgos ejemplares. La Argentina necesita volver a movilizarse detrás de ejemplos. Y necesita también de acuerdos. No solo del Estado o del Gobierno. Hay que trasladar los compromisos individuales hacia una cultura en común. Asumir las responsabilidades propias. No tendríamos los niveles de corrupción que tenemos”.
“Una visión humanista tiene que formar parte de nuestros valores para construir nuestra identidad, que surgirá de nuestra experiencia y de la diversidad. El diálogo intersectorial nos permite enriquecernos y generar una cultura comprensiva y abarcadora. Es momento de trabajar sobre estos compromisos, que deben ser de conjunto”, afirmó.
Ética y humanidad
Por su parte, la profesora Paola Delbosco señaló que “el valor es ético cuando implica una conducta que mejora a una persona y también a su entorno, a la humanidad”. “Toda persona es portadora de valores que no le hacen daño, y además son un aporte a la sociedad en la que se desenvuelve”, agregó
“El espíritu de gratitud, la generosidad, el espíritu de servicio y el coraje, son los valores que tienen el poder de irradiarse. No se aprenden de un papel”, destacó.
Por último, el neurocientífico, Facundo Manes, indicó que “si no cambiamos ciertas actitudes colectivas, volveremos a tener los mismos problemas que tenemos ahora”.
“Tenemos que pensar colectivamente y no individualmente. Es difícil, pero es nuestro principal desafío. Tomamos decisiones de manera permanente. No hay manera de racionalizar cada decisión. Lo hacemos de manera automática. Tenemos que saber que la gente que nos rodea influye en nosotros. Si no cambiamos el esquema mental, y no pensamos en un país que no vamos a ver, lo vamos a destruir de nuevo”, señaló.
Manes recordó que “en el ‘83, los argentinos gritamos a favor de la democracia. Un paradigma nos unió. Necesitamos, urgente, un nuevo paradigma, que nos una más allá de las diferencias: el conocimiento”. Y concluyó: “Podemos discutir paradigmas, pero hagamos uno para que nos juntemos todo. Nos falta un proyecto de país. Allí, es más importante la sociedad civil que los dirigentes. Los dirigentes son transitorios. No le podemos pedir todo a ellos. ¿Dónde está la sociedad civil? Tiene que presionar para que las políticas de Estado se cumplan. Ningún dirigente empujará un tema que no es tomado como propio por la población”.