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El Compromiso Personal Empresario se debatió en el XIX Encuentro Anual de ACDE

Escrito por Portal Empresa
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En el «XIX Encuentro Anual de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE)”, el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, señaló que “a nosotros nos toca entender sobre valores, compromiso, desde la realidad más dura, como nuestra provincia, cuyo PBI per cápita es la mitad del promedio nacional. Es decir, somos el doble de pobres que el resto del país”.

“Nosotros, en Salta, evitamos el proceso de urbanización extrema que se vive en la Argentina. Hay que fijar reglas de juego para que la gente pueda agregar valor en su lugar de origen”, explicó. Y amplió: “Planteamos que todas las acciones del Gobierno Nacional se aten a la generación del balance social. Transformar un orden social más justo”.

Urtubey destacó que “un elemento muy interesante que llevamos adelante es la generación del plan de la Primera Infancia, con la participación del sector público y privado”. “Nos pusimos a trabajar en uno de los principales flagelos, como la mortalidad infantil. Y los indicadores bajaron. El único camino a explorar es integrar a toda la sociedad. Hace falta un pueblo para salvar a un niño, es nuestra lógica”, subrayó.

Por su parte, el presidente del Grupo Los Grobo, Gustavo Grobocopatel, indicó que “estamos en un mundo turbulento, en el que cambian las cosas mucho más rápido. Los empresarios deberíamos tener un rol más activo. Porque la sociedad está decepcionada por la falta de protagonismo de los empresarios”.

“En la Argentina, los tiempos que recorremos implican que debe haber un empresariado que esté liderando las transformaciones o procesos para cambiar a una sociedad que tiene miedo, a una que tenga esperanza. Esa sociedad del miedo debe ser transformada en una sociedad que mire las oportunidades y que las enfrente con entusiasmo”, amplió.

Grobocopatel dijo que “los cambios” de los últimos tiempos “detuvieron la hemorragia pero no curaron la enfermedad”. “No hay competitividad si no hay inclusión. Y debe ser para todos, que ponga a la mayoría de los habitantes de una sociedad en el barco. Y ahí es clave el empresario”.

En la misma línea, consideró que “la innovación sola no resuelve la competitividad, si no hay integración”. “Somos parte de un mundo, que también se transforma. Y en el que la Argentina tiene mucho para dar. Esa integración demanda conocer otras culturas, tener grado de apertura, de dar y recibir, de facilitar flujos de conocimiento de conocimiento, de capitales”.

“Necesitamos incluir, que estos proyectos sean de las mayorías”, afirmó y aseguró. “Y esa es tarea también de los empresarios. Este mundo turbulento requiere que los empresarios ayudemos a reconstruir, junto con el Estado, que tiene que aprender a cambiar. La sustentabilidad tendrá que ver con esa capacidad de cambiar, de adaptarnos a los nuevos tiempos”.

En la oportunidad, la directora ejecutiva de la Cooperativa La Juanita, Silvia Flores, expresó que, en un principio, “nuestro objetivo fue crear todos los eslabones de la cadena educativa”. “En el año 2001 arrancamos con nuestro proyecto. Empezamos con una panadería con el objetivo de contribuir con la comunidad. Vivíamos del trueque. El kilo del pan lo vendíamos a 1 peso el kilo”, expresó.

“El problema más grave que teníamos era que estábamos solos. Nos dimos cuentas que había que recorrer el camino con otros. Cuando hablamos de la integración, decimos que duele. Rompimos prejuicios. Nuestra organización aprendió a no pedir por pedir, sino solo que pudiéramos aprender y lo que realmente necesitamos”, indicó.

Flores recordó que así se capacitaron con Maru Botana, quien le enseñó a hacer un pan dulce, producto que es comercializado a grandes empresas. “Tiene un valor muy especial: con lo recaudado, sostenemos otros emprendimientos productivos y así seguimos con nuestra misión”, relató.

“Es un pan dulce muy especial. Fue la primera experiencia de articulación con el mundo empresarial. Con el apoyo de Martín Churba, vendimos guardapolvos con su estampado. Lo vendíamos en Buenos Aires Fashion. Aprendimos aquello de que hay que agregar valor a las cosas. Hoy, exportamos guardapolvos a Japón y capacitamos a muchas personas en cursos y talleres. También conseguimos que un banco instalara una sucursal, la gente se bancarizó, los comercios también y se produjo un círculo virtuoso. En suma, hicimos un cambio cultural en el barrio”, concluyó.

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