La propuesta que nos hizo ACDE para el encuentro anual nos planteó dos desafíos: Por un lado, crear una pieza que explique de forma sencilla una problemática compleja. Por el otro (y esto fue aún más desafiante), convocar a los participantes a reflexionar sobre la temática del encuentro.
Era necesario iniciar las jornadas con un mismo punto de partida de los participantes y poder explicar en poco tiempo los índices del trabajo y la pobreza en Argentina. Es por eso que a partir de los datos otorgados por el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina, se diseñó un video infógráfico animado donde se pudo visualizar la información y datos duros de una manera ágil y eficiente. Con esto quedó resuelto el primer desafío, pero nos quedaba pendiente el segundo: convocar a los empresarios a reflexionar sobre el lugar que ocupan dentro de esta problemática.
Luego de varios encuentros, tanto de nuestra parte como del equipo interno de ACDE, llegamos a la conclusión de que había que hacer preguntas directas a los empresarios. A partir de esto se diseña un dispositivo que permite interactuar con los usuarios, saber qué piensan, qué opinan acerca de su rol en relación al trabajo y la inclusión. Este dispositivo continúa de alguna manera lo que el video infográfico había iniciado con un panorama general, pero ahora en términos individuales de cada empresario, ¿Cuál es su rol? ¿Cómo pueden contribuir? ¿Cómo se puede mejorar?. El dispositivo interactivo consta de cinco preguntas relacionadas con los paneles de las jornadas y cada una de ellas tiene posibles respuestas. Cada usuario hace una valoración sobre una de ellas y responde las cinco preguntas del dispositivo.
Luego de una hora, pudimos nuevamente visualizar cuáles fueron las tendencias de cada pregunta y cuáles fueron las valoraciones.
Al final de la jornada, estos datos fueron digitalizados para compartirlos con la audiencia del último panel y reflexionar vinculando estos datos con los del video infográfico del inicio de la jornada.
En definitiva logramos una experiencia multiplataforma que involucró a los participantes de una manera activa e integradora.
Principales resultados
Los resultados fueron verdaderamente interesantes. La mayoría de los participantes sostuvieron que, para incluir a los sectores más postergados los empresarios pueden “trabajar sobre sus cadenas de valor asegurando dar oportunidades a pequeñas y microempresas” y, en segundo lugar en este punto, fue seleccionada la opción de “asegurar condiciones de trabajo dignas y no consentir el trabajo en negro”. Mientras que los participantes ubicaron en último lugar como alternativa para incluir a las personas en situación de pobreza, el desarrollo de programas de Responsabilidad Social Empresaria.
Por otra parte, a contramano de lo que muchos temen, fue muy contundente la respuesta de los presentes respecto al impacto de los avances tecnológicos sobre el mercado laboral. Lejos de sostener que la tecnología generará desempleo, una enorme mayoría se inclinó por afirmar que las nuevas tecnologías generarán un “buen flujo de empleo en trabajos nuevos, aún desconocidos”.
En tal sentido, al responder sobre qué deben hacer los empresarios frente a estos cambios tecnológicos, todos destacaron que la tecnología impactará sobre todos los sectores. Sobre este punto, la mayoría de las respuestas estuvieron orientadas a “diseñar organizaciones más flexibles y enfocadas a la innovación”. Pero también resulta interesante observar que, muchos sostuvieron que los empresarios debían “participar en promover cambios drásticos en la educación”.
En cuanto a la pregunta referida al impacto de la corrupción sobre la exclusión, la mayoría coincidió en que la corrupción “desincentiva las inversiones de los buenos empresarios y atrae las de los inescrupulosos” además de “agudizar las desigualdades”. Sobre este punto ninguno consideró que la corrupción no tenga impacto alguno sobre la exclusión.
¿Qué pueden hacer los empresarios para ayudar a disminuir la corrupción? Era la última pregunta de la serie. En este caso las respuestas estuvieron un poco más divididas. La mayor parte sostuvo que para disminuir la corrupción los empresarios deben transformarse en ejemplo visible de conducta ética, al tiempo que otros sostuvieron que el camino es “no consentir actos corruptos bajo ningún pretexto”. En cualquier caso, fue una minoría quien sostuvo que para reducir la corrupción los empresarios deben “establecer procedimientos internos para asegurar que todos sus empleados actúen éticamente” quizás entendiendo que se trata de algo más que establecer reglas, sino más bien, dar el ejemplo.