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Acuerdo Mercosur-Unión Europea: su importancia estratégica

Imagen: Pixabay - Mercosur
Escrito por Marcelo Regúnaga
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La iniciativa de integración económica y comercial acordada recientemente entre el MERCOSUR y la Unión Europea se encuentra en el proceso de los trámites requeridos para su precisión, ratificación y entrada en vigor. Este proceso insumirá unos dos años y se han contemplado diferentes alternativas en los alcances y procesos de ratificación por los respectivos parlamentos de cada bloque económico. 

El componente comercial del Acuerdo entrará en vigencia cuando sea aprobado por el Parlamento Europeo y luego lo apruebe el Parlamento de alguno de los países del MERCOSUR; no es necesario que todos los miembros del MERCOSUR lo aprueben. Ello puede tener implicancias comerciales negativas para los países que no lo ratifiquen, porque perderían las preferencias de acceso a bienes agroindustriales que se otorgarán en el inicio de su implementación; y más adelante, en la entrada en vigencia de los sectores sensibles, se perderían las preferencias industriales intra-MERCOSUR frente a la competencia europea (por ej. industria automotriz). 

Ante dichas circunstancias cabe una reflexión sobre las oportunidades y desafíos que brinda el Acuerdo para Argentina. Con este propósito se analizan cuatro dimensiones relevantes: 1) la importancia geopolítica del Acuerdo; 2) las oportunidades y desafíos para una nueva estrategia de desarrollo socio-económico de Argentina; 3) las oportunidades de creación de comercio que brindará el Acuerdo en distintos plazos; 4) las oportunidades de cooperación científico-tecnológica con la Unión Europea.

La importancia geopolítica del acuerdo

Se asiste a un serio deterioro del escenario político y comercial internacional. En primer lugar por la crisis del multilateralismo, que durante más de medio siglo brindó reglas de juego claras, que contribuyeron al crecimiento del comercio mundial. La actitud reciente del gobierno de EEUU ha sido muy negativa en este sentido.

A ello se agrega la guerra comercial entre EEUU y China, que afecta a todo el mundo y va más allá de los aspectos comerciales, porque la competencia tecnológica de China amenaza al liderazgo mundial de EEUU en áreas estratégicas. También se registran otros procesos preocupantes, como el BREXIT, que cuestionan los equilibrios vigentes,  dando lugar a un escenario global incierto.

Un Acuerdo entre dos bloques relevantes, como la UE y MERCOSUR, en el que se definen normas, disciplinas y marcos para la solución de diferencias, se considera estratégico para limitar en parte los impactos negativos del bipolarismo y las decisiones unilaterales de EEUU. El Acuerdo refleja  la posición compartida de ambas regiones de contar con un sistema internacional basado en normas, que hoy está amenazado.

Además el Acuerdo MERCOSUR-UE ayuda a mejorar el funcionamiento del primero, que hoy presenta serios problemas; y contribuye a impulsar otras negociaciones para la integración de Argentina al mundo (caso del EFTA). 

 

Las oportunidades y desafíos para una nueva estrategia de desarrollo socio-económico de Argentina

La estrategia de desarrollo elegida por Argentina y otros países de la Región desde hace más de medio siglo no garantizó un crecimiento sostenido de largo plazo. Todos los indicadores económicos y sociales de Argentina muestran un deterioro relativo significativo, cuando se los compara con los de países que contaban entonces con similares dotaciones de recursos naturales y niveles de ingresos (Australia, Nueva Zelanda, Canadá).

Argentina debe diseñar una nueva estrategia de desarrollo económico y social de largo plazo, que mejore la competitividad internacional del país, a partir del pleno aprovechamiento de las ventajas competitivas que puede desarrollar en materia agroindustrial y de bioproductos de alto valor unitario. Pero también a partir del diseño de nuevas políticas industriales, que integren la producción local a las cadenas globales de valor, reestructurándola con un enfoque competitivo a nivel global. Brasil está iniciando este camino y ello puede ser una seria amenaza para el “statu quo” de Argentina.

La integración económica y comercial con un bloque competitivo como la UE puede promover inversiones mixtas y comercio en un amplio espectro de sectores económicos (alimentos, energías, bioproductos, bienes industriales), para un mercado ampliado de altos ingresos. Es decir una estrategia de desarrollo sostenible de largo plazo, que genere competitividad global en los principales sectores económicos.

 

Las oportunidades de creación de comercio que brindará el acuerdo en distintos plazos

La implementación del tratado se inicia con el otorgamiento de cuotas y reducciones arancelarias que mejoran el acceso a los mercados europeos para diversos productos agroindustriales de Argentina (incluidos algunos de economías regionales). Sin embargo, los volúmenes de las cuotas son limitados en relación al potencial productivo de Argentina y del MERCOSUR. Por ello, éste no es el principal impacto del Acuerdo. 

Mayores ganancias se pueden generar en el mediano y largo plazo, a medida que se profundice la integración para promover la producción y exportación de alimentos de alto valor unitario. Es decir cuando se logren los efectos dinámicos para producir bienes destinados a un mercado de altos ingresos, a partir de las nuevas inversiones locales e internacionales que pueden originarse en el marco del Acuerdo. 

Además, así como el MERCOSUR promovió desarrollos industriales basados en la especialización entre sus países  (por ej. en la industria automotriz), el nuevo mercado ampliado puede dar lugar a esquemas de integración en diversas cadenas de valor industriales de ambas regiones. El acceso a tecnología, inversiones y mercados puede contribuir a la aceleración del cambio de la matriz productiva en Argentina y Brasil y dar lugar a oportunidades de crecimiento sostenible de largo plazo, estructurados a partir de la nueva visión del desarrollo industrial.

 

Las oportunidades de cooperación científico-tecnológica con la UE

El mundo asiste a un vertiginoso proceso de desarrollo científico y tecnológico, que plantea enormes desafíos de competitividad para todos los países. El retraso de Argentina, cuyas inversiones en el sector científico-tecnológico son muy bajas cuando se las compara con las de la UE y otros países, puede agravar en el futuro su competitividad y las oportunidades de generar empleo. La alianza entre ambos bloques brinda una oportunidad de cooperación científico-tecnológica, que es crítica para una nueva estrategia de desarrollo basada en la economía del conocimiento.

Los desarrollos potenciales en biotecnología, nanotecnología, TICs, “big data”, etc., que se pueden promover en el marco del Acuerdo, se consideran un pilar fundamental para la mejora de la competitividad del país a nivel global. Este es el caso de los desarrollos bioeconómicos y en materia digital, que pueden promoverse con la cooperación con la UE para la producción de bienes y servicios de alto valor. 

Sobre el autor

Marcelo Regúnaga

Ingeniero agrónomo (UBA) y Magister en Economía Agraria (UBA– INTA). Fue gerente de Estudios Económicos de la Junta Nacional de Granos, miembro del Directorio de INTA y asesor científico del CONICET.

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