En noviembre pasado, una facción de la comunidad mapuche irrumpió violentamente en una parroquia del Bolsón generando importantes destrozos, maltratando hostias consagradas y reteniendo a dos sacerdotes (golpeando severamente a uno de ellos). Todo este accionar pudo verse a través de varias fotos y videos que se viralizaron por las redes. Un video mostró cómo el grupo de agresores –luego de permanecer horas dentro de la iglesia- salía y se retiraba cantando, dando muestras de insensibilidad extrema e impunidad desafiante ante los pocos testigos del hecho.
Esta agresión no fue la primera como seguramente tampoco será la última. Es una más en una cadena alarmante que se viene dando en nuestro país en el último tiempo. Creo que todos somos testigos del nivel de agresividad y libertad con la que se agravia y ofende lo sagrado de la fe católica. Pareciera ya instalado en el inconsciente colectivo que nuestra fe es un “blanco fácil” porque presupone la falta de castigo evidente de aquellos que a cara descubierta y con total libertad la ejercen. Y me atrevo agregar que también presupone la reconocida parsimonia y mansedumbre de la gran grey católica.
Pero para algunos creyentes el ataque del sur no fue uno más. Representó la gota que hizo rebalsar algunos vasos; un punto necesario de inflexión. Una interpelación real y concreta a nuestro celo por lo que consideramos verdaderamente sagrado. Unos pocos llamados, unos primeros zooms, fueron suficientes para que a las dos semanas del hecho ya estaba conformado un equipo de abogados y comunicadores dispuestos a hacer valer sus derechos constitucionales.
El pasado 26 de mayo, lanzamos “Respeto Religioso”, una red de instituciones y personas comprometidas con la fe que tiene como misión defender según la ley vigente todo agravio y ofensa a lo sagrado de la fe católica en nuestro territorio nacional. No lo haremos desde el “ojo por ojo” o con espíritu “revanchista” o “vengativo”, esto no sería acorde con las enseñanzas de nuestro Señor. Lo haremos desde un principio cristiano esencial para toda comunidad humana que aspire a desarrollarse digna y armoniosamente: amar y respetar a los demás como Dios lo hace conmigo. Este tipo de amor y mirada es la que permitirá prevenir y pacificar aquellos ánimos que por los motivos que fuesen, se van a extremos y ponen en riesgo la sana convivencia. En definitiva, esta iniciativa pretende que el mismo respeto que profesamos la mayoría católica hacia todos, sea correspondido.
Ninguna diferencia ideológica, política, social o cultural, como tampoco ninguna “libertad de expresión” es motivo suficiente para herir el sentimiento sagrado religioso de la fe que sea. Así lo entendemos quienes formamos parte de la red. Visibilizar los casos en las redes, denunciar y asesorar jurídicamente a los damnificados será parte de nuestra tarea. También la de reparar; tanto desde un plano material como humano (reconstruir el tejido social dañado, herido). Buscaremos concientizar a las autoridades intervinientes en los casos de la importancia de su correcta y necesaria acción. Por último, nos ocuparemos también de aportar al debate de normas y leyes que garanticen el respeto por lo sagrado religioso.
Los muchos seguidores alcanzados en las redes en estos pocos días y las muy buenas respuestas recibidas desde todo el país y desde diferentes ámbitos, nos confirman que no son pocos en nuestra querida Argentina los que están dispuestos a naturalizar este tipo de ataques violentos a nuestros templos, imágenes u otros. Es tiempo de despertar, de tomar conciencia. De no confundir entre dar la otra mejilla y dejarse avasallar en lo sagrado. De no ceder al resentimiento y odio que alimentan la venganza, sino de dejarse conquistar por el amor transformante que requiere un mínimo de respeto y justicia para corregir fraternalmente lo que se hiere comunitariamente.
Junto a los otros miembros fundadores Dr. Juan Navarro Floria, Dr. Agustín Stellatelli, Dra. María Curutchet, Dr. Miguel Haslop, Lic. Omar Al Khaddour, Dr. Nicolás Durrieu y Dr. Agustín Pesce, queremos invitarlos a formar parte de esta iniciativa desde las muchas opciones que proponemos. Desde sumarse a nuestras redes para lograr un mayor “músculo” para visibilizar y viralizar los casos, como también aportando sus propios talentos en materia judicial o de comunicación.
Nuestro Papa Francisco en su última encíclica Fratelli Tutti hace mucho hincapié en la importancia de trabajar por la amistad y la paz social como fuente de desarrollo y plenitud de toda persona y comunidad. Es nuestro deseo que Respeto Religioso cumpla con esa premisa.
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