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El derecho y la economía como instrumentos de paz: ¿temporal o definitiva?

Escrito por Carlos Castrillo
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¿Quién fue René Girard?

René Girard fue un profesor francés de literatura, que viviera en los EEUU -a donde dictara clases- y que luego se especializara, a partir de su teoría, en antropología y filosofía (1923-2015). Su teoría mimética y del chivo expiatorio sostiene que nuestro deseo es esencialmente mimético, y no original como muchos sostienen, y que dicho contagio puede darse hasta espiritualmente, lo que por un lado le permite al hombre educarse y formar parte de una cultura, pero por el otro es la causa de la competencia, rivalidad y de un malestar social que, para desaparecer, debe resolverse violentamente a través de la expulsión o muerte de un chivo expiatorio que surge al azar cuando miméticamente todos designan al mismo culpable que se considera merecedor del castigo.

Girard descubrió su teoría mimética leyendo a los clásicos como Cervantes, Proust, Stendhal, Dostoievski y Shakespeare, para luego profundizarla y complementarla con la del chivo expiatorio en la antropología y las religiones arcaicas. Finalmente terminó interpretando la Biblia tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, lo que ha merecido las loas de Monseñor Cantalamessa.

Cristo, según Girard, habría venido a desenmascarar el mecanismo del chivo expiatorio y a enseñarnos el camino del sacrificio personal, el amor y el perdón en cambio de la acusación y condena del tercero propias del mecanismo milenario del chivo expiatorio.

La violencia a través del derecho y la economía

Este mecanismo, sostiene Girard, viene repitiéndose desde que el hombre es hombre, sin que se tome consciencia de este, y si bien hoy, no vemos violencia cruenta que la ejemplifique, el derecho y la economía serían ambos, instrumentos no cruentos y simbólicos para canalizar la violencia y excluir a algunos respecto de otros repitiendo así el ciclo mimético y sus consecuencias victimarias. Esto es lo que nos permite vivir en una paz temporal pero que no logra ser definitiva.

En efecto, el derecho usa de la violencia para imponer un orden, que no sería más que un deseo social expresado en las leyes. Por su parte, la economía, a través del precio, establece jerarquías que excluyen a unos frente a otros permitiendo así la diferenciación y evitando la crisis generalizada. Esa crisis o “paroxia” como la denomina Girard, y que los antiguos identificaban como “peste” es la que ocurre cuando la economía o el derecho entran en crisis y todo se iguala, algo que estamos viviendo en estos días. Es que contrariamente a lo que se cree, la igualación y la cercanía es la verdadera fuente de todos los entuertos, por eso, los conflictos más graves se producen en el seno de las familias o entre amigos, y partir de ellos con consecuencias colaterales en otras personas.

Entrevista en la Revista Quorum

En la entrevista que me hiciera la Revista Quorum, que pueden ver aquí siguiendo a Girard, me refiero a la justicia, la cárcel, el bullying y la política.

El primer tema que se aborda es sobre la justicia, la que se analiza no desde una perspectiva positivista, iusnaturalista o crítica sino como instrumento para lograr una paz temporal mediante el uso de cierta violencia. Ello considerando que el derecho, como coacción, es violencia legítima que busca aplacar la violencia ilegítima y que para ser instrumento de paz no debería usar mas violencia que la que pretende aplacar. 

En este sentido, la mediación es claramente un instrumento de un derecho superador que no usa violencia para intentar resolver conflictos. Es que la violencia, como conducta que expresa un deseo (y como señalamos según Girard) es altamente mimética y contagiosa, por eso, es tan peligrosa como el fuego en un entorno inflamable. 

Otro tema analizado en la entrevista es el relativo a la cárcel y el preso como chivo expiatorio de la sociedad. Chivo expiatorio no porque no sea responsable del crimen que se lo acusa, sino porque la pena, además de un fin aislacionista y precautorio – dadas las condiciones de las cárceles, (su sobrepoblación, condiciones y maltrato al preso)- tendría otro fin no expresado pero real. Este otro fin es el de canalizar la violencia de la sociedad hacia el preso en una especie de actitud vengativa supuestamente merecida (postura de Zaffaroni). El instituto del chivo expiatorio era práctica común en el pueblo judío. Se cargaba al animal en forma simbólica con los pecados del pueblo y era conducido al desierto para que allí muera. De esa forma, y conforme Girard, la sociedad logra pacificarse desviando la violencia sobre otro ser que se cree culpable, monstruoso y merecedor de maltrato.

La teoría mimética de René Girard además de ser fundamental para argumentar sobre la concepción del preso también vuelve a servir de apoyo para explicar otra conducta agresiva muy común entre chicos como es el bullying y que es tratada brevemente en la entrevista.

La entrevista termina con una referencia a la política, quien debiera ser la responsable de conducir y aplacar esa violencia en nuestra sociedad como líder que guía. Sin embargo, hoy habría perdido su liderazgo sobre la gente, siendo la gente quien conduce a la política a través de las encuestas en los focus groups, todo lo que expresan el deseo de los votantes. Siendo como somos, según Girard, el deseo del otro, el político ha pasado a ser el deseo de la gente en cambio de su rol más elevado como generador de un deseo en la gente. 

En definitiva, culmino la entrevista considerando que deberíamos poder tomar consciencia de todos estos aspectos para buscar cambiar nuestro entorno, a nosotros mismos y porqué no la manera de hacer política, sobre todo en este momento que parecería ser bisagra en nuestro país. Para ello Cristo, aunque no sea eje explícito en la charla, debería ser el modelo que nos guíe, y no porque nos lo pida con soberbia sino porque él, a su vez, sigue a Dios, o sea es mimético respecto de su Padre.

Sobre el autor

Carlos Castrillo

Abogado (UBA), especialista en Propiedad Intelectual. Profesor titular de grado en Metodología de la Investigación, Facultad de Ciencias Jurídicas, USAL. Maestrando en Filosofía del Derecho, UBA.

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