Management

Ideas sobre la inserción laboral de los jóvenes

Escrito por Matias Ghidini
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La problemática de la inserción laboral de los más jóvenes no es un inconveniente exclusivo de la Argentina. Reducir exclusivamente la falta de oportunidades de empleo para los que recién empiezan su carrera laboral en nuestro país a la actual situación económica-social no es sólo parcial, sino incorrecto.

Como en tantos otros campos de la Argentina, en la planificación de su fuerza laboral (actual y futura) brilla por su ausencia un planeamiento estratégico serio y coherente.

Una visión de largo plazo, ajena a ideologías políticas, que responda este interrogante: ¿Qué profesionales necesitamos para sostener el modelo productivo-económico que como nación hemos definido? Sin esta primera definición clara y consistente, obviamente el resto es puro azar y buena voluntad.

Casi todos coinciden que Argentina tiene grandes oportunidades de progreso económico con sus agro-industrias, las energías (las tradicionales y las no renovables) y la minería responsable. Pero en lugar de florecer pilas de Ingenieros (en todas y sus más variadas especialidades, como los Mecánicos, Electrónicos, Eléctricos, en Perforación, en Informática, en Petróleo o en Reservorios), los mismos apenas subsisten; al tiempo que carreras como la Psicología, el Derecho, Periodismo o las Ciencias Sociales gozan de mayor prensa e inscriptos. Entonces, asoma la gran contradicción: las compañías no encuentran el talento que necesitan (ej. en el sector de Tecnologías de la Información, donde rige el pleno empleo) y los jóvenes no encuentran trabajo.

¿Por dónde destrabar esta paradoja? Primero, con una mucho mayor comunicación y coordinación entre estado-compañías-universidades, que alinee en el largo plazo los intereses de las tres partes. Luego, con un claro, oportuno y honesto mensaje a los jóvenes sobre las reales posibilidades de salida laboral de la carrera (terciaria, tecnicatura o de grado) que se decida emprender. Hoy cualquier Ingeniería y carrera relacionada a Sistemas asegura un empleo antes de terminar de estudiar, y muy bien remunerado. No así otra gran mayoría. Nadie debe cambiar su vocación. No es la idea. Pero sí saber que, si se elige una carrera con una salida laboral compleja, el partido será mucho más duro.

Ayudará especializarse dentro de ese campo, formarse más y en las mejores casas de estudio y trabajar para ser el mejor.

Subyace pues, en el estudiante y futuro profesional, una duda existencial: ¿aferrarse a la vocación o embarcarse en aquello que asegure la salida laboral y muy bien remunerada? La respuesta es definitivamente muy personal. Sin embargo, el análisis debiera partir de un interrogante breve pero bien potente: “¿Por qué trabajo?” La respuesta no es para nada sencilla. La recomendación es, sin dudas, apostar a la pasión, a aquel trabajo que genera unas genuinas ganas de levantarse cada mañana. Hoy se habla hasta el hartazgo del compromiso o del engagement. Nadie puede sostener un compromiso (y una muy buen perfomance) si no encuentra sentido y propósito a su tarea de todos los días. Nadie encuentra pasión en el trabajo si no ve claramente el impacto que su rol tiene –idealmente- en los demás (sociedad, comunidad), por sobre el beneficio propio. En esta línea, no es menor el rol de los líderes: son ellos los responsables de dotar de sentido la tarea de sus colaboradores. Sentido que no se encuentra en los niveles más altos de una organización ni en el puesto en sí, sino en lo que cada persona ve en ese puesto.

Sobre el autor

Matias Ghidini

Licenciado en Administración de Empresas (UCA) y MBA (IAE). Postgrado en RRHH en Stephen Ross School of Business, Universidad de Michigan. Es Gerente General de Ghidini Rodil.

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