“¿Por qué elegí esto y no otra cosa?” o “Hubiera elegido el otro camino y llegaba antes.” En fin… ¡Cuántas veces hemos pensado que si nuestra decisión era diferente estaríamos en otro lugar! Ya sea para mejor o para peor. La Ciencia de la Teoría de la Decisión nos dice «El decisor nace y muere a cada instante».
Según Pavesi “Decisión es el proceso deliberado y deliberativo que lleva a la selección de un curso de acción determinado entre un conjunto de acciones alternativas”.
Por eso se dice que la decisión implica un proceso consciente, racional: estructurado como un grupo de actividades que se dan una tras otra para luego llegar a la decisión.
La decisión se refleja en el campo estratégico (son meras imágenes, visualizaciones del cambio deseado) mientras que la acción es 100% pragmática: ir a los hechos. La decisión precisa de la acción para ser ejecutada. En esta teoría damos por sentado que siempre la decisión se convertirá en hechos, es decir en acción.
La Teoría de la Decisión es una ciencia que se centra en analizar los procesos decisorios. Habiendo definido la decisión como una actividad intelectual, a nivel imágenes (teórico) entonces podemos imaginar diferentes alternativas, como opciones excluyentes entre sí que a través de la acción nos llevarán al nuevo estado de situación que es el deseado.
La importancia de la “Teoría de la Decisión” ha llevado a profesionales de diferentes áreas: Management, Economía, Psicología, Sociología a estudiar esta disciplina, relativamente nueva. Ya que muchas veces los procesos decisorios suelen parecer contradictorios.
La Teoría de la Decisión incluye: Introspección, ordenamiento de preferencias (sistema de valores) y Expectativas a futuro, y evaluación de los diferentes escenarios a los que se podría llegar, una vez seleccionada una alternativa y puesta en práctica.
Paradojas en Teoría de la Decisión:
Parálisis del análisis: la persona u organización se enfrasca en el análisis pormenorizado de variables, reducir el riesgo y la incertidumbre y plantear muchos escenarios posibles e (infinitesimales) variantes. Al aspirar a una decisión perfecta, finalmente no se consigue nada en concreto.
Paradojas planteadas en la Teoría de los Juegos sobre confesar o callar: No saber cooperar para obtener conjuntamente con nuestro opositor o contrincante (que puede ser también un amigo, familiar, etc.) un resultado mejor en conjunto que operando por nosotros solos egoistamente. La ambición humana nos transforma y actúa en desmedro del resultado final conjunto. Ej.: guerra de precios. Esta paradoja merece un artículo aparte.
El costo hundido o la partida destinada a ese consumo aún no consumida: Se han realizado numerosos estudios sobre 2 casos puntuales. Una persona pierde $300 con los cuales iba a comparar 2 entradas de cine. O una persona pierde 2 entradas de cine cuyo costo ascendía a $300.-
Se comprueba que la persona que pierde los $300.- en general, posee menor propensión a comprar las entradas de cine (que nunca habían sido compradas, sino solamente pensadas comprar) que la persona que pierde las 2 entradas de cine.
Esto se relaciona con la Paradoja de Allais y la inconsistencia de la teoría de la utilidad esperada, por si el lector deseara buscar más información.
Conclusión ¿Cómo se puede aplicar la Teoría de la Decisión en la vida real?
No significa que ante cada situación de la vida real empecemos a hacer diagramas, matrices y demás. Simplemente diagrmar mentalmente algunos parámetros y organizarnos aprovechando al máximo la información disponible. Que siempre es acotada. Primero que nada, evaluar si Realmente estamos frente a una decisión o no. Y luego evaluar los diferentes escenarios.
Al menos nos hace sentir satisfechos porque hemos intentado por todos los medios ser precavidos y estudiar las alternativas existentes. Siendo el no decidir también una opción.