El futuro del trabajo ya está aconteciendo, es incierto, volátil, pero también es una oportunidad para reinventarse en tiempo real. Los trabajos convencionales y la seguridad que aportan se están desvaneciendo, mientras tanto encontrar un significado y un propósito en el trabajo, se convirtió, en algo primordial para todas las generaciones que conviven dentro de una organización.
Hay que preguntarse, ¿por qué hacemos lo que hacemos?, ya que eso significa que se tiene un propósito alineado al camino profesional.
Una de las grandes disrupciones que se está viviendo en el nuevo paradigma laboral es la que la carrera lineal y predecible en relación de dependencia ya no es el único camino posible, y por esto mismo hay que empezar a afrontar la realidad que la vida profesional no va a pasar solamente por la empresa o por lo que estudiamos. Hay que pensar fuera de la caja y salir de los típicos caminos tradicionales y conservadores. Los empleados y los emprendedores, se encuentran en la necesidad de diferenciarse, de sumar nuevas maneras de pensar y de hacer. La carrera y el aprendizaje tienen que ser orgánicos.
Hay que estar abiertos al aprendizaje continuo, hoy la habilidad fundamental que todos tienen que desarrollar es la de aprender a aprender, esto iguala a todos, ser eternos aprendices, y buscar la mejora continua en todo lo que hagamos.
La tecnología avanza a pasos exponenciales y nos exige a que nos actualicemos constantemente.
El gran disparador sería ¿cómo hacerse “empleable”?
La flexibilidad y la agilidad al cambio van a ser también dos habilidades muy requeridas y valoradas, porque van a emerger nuevos puestos laborales y nuevas compañías, pero también habrá gran cantidad de puestos de trabajo que quedarán marginados. También habrá nuevas modalidades de trabajo y de contratación, como ha de ser, trabajar por proyectos y ¿por qué no pensar de hacer cambios laterales o en otras áreas para adquirir nuevos aprendizajes?, hoy se sabe que en la diversidad de perfiles que componen los equipos de trabajo, se encuentra la riqueza que emerge de la innovación. Entonces la recomendación sería buscar experiencias laborales que sumen y aporten conocimiento y posibilidades de desarrollo.
Hoy más que nunca se tiene que repensar el camino profesional, y cuestionarse ¿qué otra manera hay de hacer las cosas?, ¿cómo hacer para desarrollarse en nuevas habilidades?, ¿qué elecciones hay que tomar para seguir adelante, ¿qué aprendizaje se va a capitalizar y ¿qué actitud se va a tomar frente al desarrollo del propio camino y recorrido profesional?
Frente a mundo volátil e incierto, el manejo de la incertidumbre y la adaptación al cambio, serán habilidades que se tendrán que entrenar constantemente, esto es desarrollar la disciplina de gestionar lo inesperado. Las organizaciones tienen que promover una cultura de aprendizaje, el conocimiento es el mejor antídoto contra el miedo que provoca el cambio, pero también sabemos que sin cambios no hay progreso. Es necesario para la evolución de nuestra supervivencia. Hacer siempre lo mismo no puede producir resultados nuevos, y para cambiar los resultados que se obtienen, hay que cambiar las cosas que se hacen.
Hay que ser protagonistas de las elecciones y carreras, y no esperar que los lideres o las compañías nos los diseñen, asimismo que hay que adoptar un mindset disruptivo y de crecimiento, porque lo único contaste será el cambio y donde todos se tendrán que reinventar en tiempo real. Todo cambio requiere un esfuerzo y compromiso personal. La carrera es más que el trabajo que hacemos, es un vehículo de desarrollo personal.
Muy interesante. Todo cambia y hay que adaptarse a los nuevos entornos.
También debemos adaptarmos a tolerar la resistencia al cambio, de un entorno que oprime y nos juega en contra.