La unión de un socio senior y de un socio joven a través del diálogo, esa es la esencia del Programa Consejeros. Compartir un momento de reflexión, tanto del ámbito laboral, como en otros aspectos de la vida.
Consejero y aconsejado reflejan aquello que desde ACDE fomentamos: el diálogo, el consenso. Puntos de encuentro en los que ambos salen beneficiados.
Con la trayectoria y formación del consejero, el aconsejado recibe información fundamental y necesaria, para en un futuro llegar a ser un gran dirigente, siempre guiado por el camino de Enrique Shaw, el siervo de Dios.
Con esta iniciativa ACDE crea un ámbito de desarrollo original y de alto impacto formativo, promoviendo la interacción positiva entre las diferentes generaciones de sus socios.
Leandro Haieck, líder del programa aporta: “hoy en día, veo que prima la conectividad a la comunicación, en el camino se pierde mucho y a veces no se logra interpretar la emocionalidad, el mensaje, conectar con la otra persona y descubrir nuevas experiencias”. Resalta que el programa Consejeros “te invita a conectar, tomarte un tiempo para reflexionar y diseñar tu mejor versión. Tener la posibilidad de charlar mano a mano con una persona experimentada que brinda su tiempo con el fin de ayudar y enriquecer desinteresadamente.”
“Es un momento para generar conocimiento, herramientas y ahondar en temas de interés en materia profesional y personal desde otra perspectiva, en charlas agradables y enriquecedoras” comenta María Eugenia Bellazzi, miembro del Grupo ACDE joven y participante por primera vez en el programa como aconsejada. “El Programa Consejeros es una excelente oportunidad para encuentros de conversación con profesionales de experiencia que sin la organización de ACDE no sería posible generarlos. Generé un vínculo con mi consejera en donde pude abordar todos los temas de mi interés y muchos más que fueron surgiendo en las mismas charlas”, comenta María Eugenia.
Los frutos de estas charlas también son enriquecedoras: “Aprendí mucho, me llevo muchas herramientas prácticas para aplicar en el día a día de mi vida laboral y personal. Además, me llevo un vínculo cercano con una persona de grandes valores, gran persona y profesional, y un lujo de consejera”, cierra quien participó por primera vez del programa.
Del otro lado se encuentran los consejeros. María Elena Casasnovas, desde hace siete años en el programa, nos da su punto de vista: “Mi experiencia con el programa fue excelente. Me animo a decir que ha sido una muy buena experiencia mutua de consejero y de aconsejado. Siempre tuve aconsejados que tenían una actividad afín a la mía. Abogados que estaban recién recibidos, o que estaban en un estudio, algunos que han querido pasar de la actividad empresaria de estudio, a la organización.”
“Este año es una experiencia particular porque es la primera vez que tengo como aconsejada a una persona que no tiene nada que ver con lo mío, que se dedica a la responsabilidad social. Creo que ha sido muy enriquecedor tener una persona cuya profesión no es afín a la mía, para ambas, porque eso hizo que nos focalizáramos siempre en cuestiones que no tienen nada que ver con lo técnico. Para nosotras este año es una experiencia muy buena, tanto es así que decidimos prolongar el programa hasta marzo porque estábamos muy cómodas y estábamos haciendo un gran trabajo.” añade María Elena.
“Según mi experiencia como consejero que ya lleva tres años, si bien la propuesta del programa está pensada para el posible provecho para el aconsejado, es también una oportunidad enriquecedora para el consejero”, expresa Horacio Zambra, consejero.
“Me pareció particularmente enriquecedor tener a cargo a una persona, una joven que no tiene una actividad afín. Me parece muy bueno que se despejen de las cuestiones técnicas todos aquellos que pudiera tener un sabor a relacionarme con esta persona me ayude a conseguir un mejor trabajo, ayude a vincularme con alguien de la actividad. En el caso que la persona no tenga tanto que ver con la propia actividad, esa pequeña ´contaminación´ se despeja y entonces verdaderamente nos estamos enfocando en los valores cristianos en la actividad de cada uno.”
Horacio promueve también la importancia de seguir el legado de Enrique Shaw: “Es importante resaltar que los temas elegidos para tratar deben ser siempre analizados y conversados en el marco de los principios que postula ACDE, inspirados en Enrique Shaw.”
“Cada caso es tratado personal e individualmente. La confidencialidad es condición esencial, tanto en lo personal como profesional y empresarialmente”, concluye el consejero.
Dentro de las conversaciones, los consejeros y aconsejados resaltaron los puntos más importantes que tocaron en sus encuentros: en lo que cada uno hace y en lo que es la relación con la organización, con los empleados, los clientes, con los pares, los proovedores, sea cual sea la actividad de la que vengan. Sobre el rol de los profesionales en la sociedad, el servicio que como persona de valores aporta a través de sus conocimientos y trabajo, la conciliación entre la vida laboral y familiar; el rol del líder y cómo esta responsabilidad tiene que ser ejercida con ética, responsabilidad, con los valores que tenemos apoyados en el legado de Enrique Shaw, entre otros temas.
Informes e inscripción
Lidia Bruno | lidia@acde.org.ar – (11) 5254-0034