Viene del artículo Parte 1
Cómo tener moneda estable sin caos económico
Dada la justificada desconfianza por la impericia y fallos del actual gobierno, es absolutamente necesario proceder de esta o similar manera:
1°. Negociar con el FMI, el Banco Mundial y el CIADI, una profunda reforma monetaria, antes de arreglar el pago de la deuda. Que esos organismos avalen su cumplimiento a los argentinos con un compromiso internacional judiciable, para proteger a la población de los caprichos gobernantes. Este acuerdo internacional debiera durar por lo menos 25 años.
2°. Sancionar una reforma bancaria que proteja la integridad de los depósitos en $ y U$S, no como Duhalde y Maquera; asegure la cadena de pagos; permita inversiones, acote incertidumbres, elimine riesgos de corridas bancarias o cambiaria e impida el cepo o los corralitos.
3°. Desdoblar las funciones y responsabilidades patrimoniales de los bancos en tres sectores autónomos, con adecuados encajes, autonomía y respaldo de capitales: banca de pagos (como Pagofácil, Rapipago), banca de depósitos (sólo Cuentas corrientes y Cajas de ahorro); banca de inversión con riesgos (plazos fijos, fondos de inversiones y operaciones bursátiles). Ninguna sección debe mezclar fondos con las otras secciones.
4°. Autorizar la instalación y funcionamiento de sucursales de bancos extranjeros, sujetos a legislación de origen, para brindar mayores opciones y asegurar la protección de patrimonios locales. Dichas sucursales estarán sujetas a normas financieras locales, conservando las garantías de sus casas matrices.
5°. Prohibir a todo banco o autoridad regulatoria (nacional, provincial y municipal) disponer débitos automáticos en la cuenta corriente o caja de ahorro sin mediar autorización expresa del titular de la cuenta. Se trata de infundir confianza en el sistema, respetando la cuenta bancaria como propiedad privada inviolable y accesible sólo con permiso del titular
6°. Permitir home-banking en moneda extranjera a idénticas a operaciones en moneda nacional, incluyendo transferencias bimonetarias en el país o el exterior. Ello consiste en igualar y facilitar los flujos financieros sin que los operadores encuentren trabas o bloqueos en el sistema. Además de facilitar el arbitraje y estabilizar oscilaciones cotidianas en el tipo de cambio.
7° Disponer que las divisas provenientes de exportaciones, préstamos externos, cobranzas de jubilaciones, donaciones, transferencias financieras o ingreso de rentas de seguros, sean propiedad del beneficiario. Ello para evitar que el Estado se apodere de las divisas o imponga conversión forzosa en pesos.
8°. Derogar toda norma que obligue a particulares o personas jurídicas, a liquidar divisas al Banco Central o cualquier organismo de regulación estatal, ya sea por operaciones de comercio exterior, ingreso de capitales y rentas de cuentas bancarias extranjeras. Se desea proteger el libre uso de moneda impidiendo cepos cambiarios, apropiaciones fiscales, tributos exóticos o cambios forzosos.
9°. Ordenar que toda persona mayor de edad, residente en el país e inscripta como contribuyente, pueda habilitar una cuenta bancaria en divisas e ingresar billetes en efectivo o transferencia bancaria, hasta US$ 500.000 por persona, sin cargo ni comisiones, ni intereses resarcitorios, ni multas, ni impuesto alguno y sin necesidad de justificar el origen del dinero. Se trata de que los ciudadanos honestos que compraron divisas para protegerse de la rapiña de sucesivos gobiernos, puedan transparentar su derecho a la defensa del patrimonio repatriando divisas e impidiendo que el Estado se las manotee. Esto no es un blanqueo sino un reconocimiento de un derecho humano fundamental “habeas corpus et patrimonio familiar, respetado en todo el mundo.
10°. Establecer libertad de contratación en moneda extranjera para toda clase de obligaciones y contratos incluyendo: compra-venta de muebles e inmuebles, hipotecas, prendas, seguros, fideicomisos, condominios y contratos laborales siempre que sean convenidos libremente por trabajador y empresa, nunca en convenios colectivos.
11° Eliminar facultades del Banco Central en el mercado de cambios, derogando toda obligación de liquidar divisas de exportación, o solicitar permisos previos de importación, o pedir autorización fiscal para amortizar obligaciones, girar dividendos, pagar regalías, liquidar cánones, abonar arrendamientos y hacer donaciones y transferencias.
12° Prescribir que el mercado de cambios sea libre y abierto a todas las categorías de personas sin más requisitos que la identificación y solvencia personal. Funcionarán en horarios uniformes en las Bolsas de Comercio autorizadas. Se trata de impedir que, sin el monopolio estatal, este mercado sea dominado por grupos concentrados de bancos, agentes bursátiles o fondos especulativos.
13°. Permitir el uso legal de moneda extranjera en cualquier actividad lícita: económica, social, profesional, comercial, agrícola, minera, industrial y laboral, pudiéndose contratar con terceros residentes o no-residentes, emitiéndose toda clase de papeles de comercio, facturas, pagarés, cheques, letras de cambio, notas de débito y crédito o recibos de pago en la misma moneda.
14° Imputar íntegramente a cuenta de Ganancias, el impuesto a débitos y créditos bancarios hasta que una genuina reforma tributaria reduzca los 163 impuestos vigentes a unos pocos, simples y claros con alícuotas razonables. El impuesto a la renta financiera será inmediatamente derogado, eliminado de cuajo todo impuesto a bienes personales o riqueza sobre ahorros monetarios en pesos o divisas que hayan pagado impuestos en su gestación.
Si los gobernantes no se esfuerzan por hacer esto, el único futuro posible de la que fue Argentina, será: un Estado fallido, una Economía caótica, una Sociedad desordenada y una decadencia como la que hundió al Imperio Romano por corrupción, abulia de emperadores y la invasión de los bárbaros de adentro y afuera.
¡Que la Divina Providencia se apiade de nosotros -y antes de perecer- mueva la inteligencia y buena voluntad del pueblo y sus gobernantes! Amén