José Alonso Calienes, de Arequipa (Perú) cuenta su experiencia personal a cargo de su organización. Es administrador de empresas de profesión y con especialidad en gestión de Pymes. Ha sido profesor universitario y fundó Enrique Shaw Empresarial, como razón social y Wakeup, como nombre comercial; una organización educativa dedicada a ayudar a las personas a obtener logros académicos.
¿Cómo vive hoy un empresario el ejemplo de Enrique Shaw?
“Se da en varios niveles. Primero en sus principios y en su vida interior. Creo que Enrique es un ejemplo de cómo una buena vida interior y una buena formación, cuando actúas en las acciones cotidianas de la vida empresarial realmente se iluminan mucho. Veo en Enrique un ejemplo de coherencia. Vivió hace muchos años y probablemente la realidad empresarial ha cambiado, pero creo que los fundamentos de su vida y el testimonio que dio son la razón de su grandeza.”
¿Cuáles son las dificultades y las oportunidades para llevar adelante estos preceptos?
“En cuanto a las dificultades que uno puede tener, creo que está la falta de confianza en que estos conceptos pueden realmente ser vividos. Creo que cuando una persona se decide a vivir radicalmente los principios que Enrique tenía en su vida, las oportunidades van a ser todas las que tengas en tu vida cotidiana. De esa convicción surge el propósito firme de dar trabajo, hacer las cosas bien, estar atento a los contextos y poder resolverlos adecuadamente.”
¿Cómo es la relación con tus empleados? ¿Cómo hacer para construir una relación cercana?
“Ese es un desafío grande hoy porque las personas tienen expectativas de corto plazo, dinámica que se está dando en todo el mundo. Lo que yo me di cuenta es que lo único que genera las relaciones a largo plazo está en la comunión de los valores que tenemos. Entonces creo que la forma de hacer eso es que también coincidan sus expectativas de vida. En la medida en que la empresa pueda ofrecerle al buen trabajador un espacio de crecimiento, que no necesariamente es escalar en la empresa, sino sobretodo en su crecimiento profesional. Más aún en las pequeñas empresas. Poder tener un espacio riquísimo para su crecimiento como personas y profesionales, ese es el reto del empresario. Cómo enriquecer un puesto y cómo vincularte con la comunidad de los trabajadores.”
¿Se puede hacer hoy un aporte en lo social junto con otros dirigentes para generar cuestiones positivas en el mundo laboral?
“Yo creo que no solamente se puede, sino que se debe. Hoy la sociedad empresarial me parece mucho más necesaria que nunca. Porque, primero, los cuerpos intermedios de la vida social se han venido abajo en todos lados. Eso ha generado muchas polarizaciones y un individualismo muy fuerte que a veces se expresa en un desinterés por la vida social. Por otro lado intereses muy específicos de la sociedad en general. Una asociación de empresarios puede y debe aportar a que esta situación se equilibre y se obtenga el bien común que es el fin de todos. Creo que hay mucho por hacer ahora y creo que es un momento y una oportunidad extraordinaria de que la gente comprometida con esto se asocie y este compromiso se exprese en todo lo demás.”