El siguiente es un extracto del documento escrito por el autor, disponible para su descarga haciendo clic acá.
El Papa Francisco, en 2015, pronunció la encíclica Laudato si, sobre el cuidado de la casa común. “Alabado seas, mi Señor” es el epítome que da inicio a la encíclica. Esas palabras provienen del cántico de San Francisco de Asís (1182-1226) que fue proclamado por Juan Pablo II como patrono de los “cultivadores de la ecología” porque se destacó “entre los santos y los hombres ilustres que han tenido un singular culto por la naturaleza”, anticipan el llamado del Papa a tener una mirada trascendente y una acción moral sobre la tierra.
En algún punto puede ser considerada como la Rerum novarum del siglo XXI. Ambas encíclicas, en sus respectivos contextos históricos, representan un punto de inflexión al iluminar la realidad social y sus problemas con la luz del mensaje evangélico de manera adelantada dado que -respectivamente- no había encíclicas anteriores sobre los temas que trataron.
En el caso, de Rerum novarum, además de dar inicio a la Doctrina Social de la Iglesia, el Papa Leon XIII aborda la cuestión sobre la situación de los obreros a raíz de los avances producidos por la revolución industrial. Fue la encíclica que abrió el camino y que “tuvo un eco inmenso en su tiempo, a veces entusiasta, a veces hostil”. Por su parte, Laudato si aborda la cuestión sobre la ecología y el cuidado de la creación de Dios un tema de especial relevancia en el siglo XXI.
La novedad de Laudato si radica en que -conjugando la fe y la razón- remarca que la crisis ambiental y el cambio climático son los principales desafíos del próximo siglo (LS 13, 24 y 25). Por esa razón, es que el Papa urge al diálogo entre las ciencias, política, economía y religión (LS 62, 143, 164, 176, 182, 189, 197, 199 y 201) que podría generar aportes para dar respuestas integrales para “salir de la espiral de autodestrucción en el que nos estamos sumergiendo” (LS 163). Con la nueva encíclica se pone en evidencia que la cuestión ambiental es un tema fundamental de nuestro tiempo.
Francisco puso el tema sobre la mesa, más allá de que los pontífices anteriores ya habían hecho referencia a la cuestión ambiental, aunque sin dedicar una encíclica específica al respecto. Es decir, la Doctrina Social de la Iglesia —especialmente a través de Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI— fue incorporando progresivamente la preocupación por el ambiente, como consecuencia de la constatación generalizada del deterioro causado por el ser humano en la naturaleza, proceso que culminó con la publicación de Laudato si.
El documento fue objeto de un estudio profundo y difusión mediática, pero con el tiempo se advirtió que —a pesar de su riqueza y relevancia— ha sido escasamente aplicado o difundido. Posiblemente -en parte- por la complejidad del tema y el desconocimiento general sobre el mismo (hasta incluso por un resquicio de prejuicio sobre la cuestión ambiental y climática).
Por otro lado, en 2023, Francisco escribió la exhortación apostólica Laudate Deum sobre la crisis climática que se publicó el 4 de octubre de 2023 durante la fiesta de San Francisco de Asís. Dirigiéndose a todas las personas de buena voluntad hace un nuevo llamamiento que continua y complementa el mensaje de Laudato si.
También, en 2020, el Francisco publica la exhortación apostólica postsinodal Querida Amazonia. El texto de la exhortación se estructura en cuatro “sueños “. Estos son: un sueño social, un sueño cultural, un sueño ecológico y un sueño eclesial.
En 2024, publicó la Carta Apostólica Fratello Sole por medio de la cual ordena realizar una instalación agrovoltaica ubicada dentro de la zona extraterritorial de Santa María di Galeria que garantice no solo la alimentación eléctrica de la estación de radio allí existente, sino también el completo sustento energético del Estado de la Ciudad del Vaticano. En otro orden de ideas, en 2015, Francisco instituyó la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación que se celebra anualmente el 1 de septiembre tal como acontece desde hace tiempo en la Iglesia Ortodoxa. En esa oportunidad, el Papa remarcó que esta jornada “ofrecerá a cada creyente y a las comunidades una valiosa oportunidad de renovar la adhesión personal a la propia vocación de custodios de la creación”.
También, en 2016, instituyó el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral con el fin de promover el desarrollo integral del hombre a la luz del Evangelio “mediante el cuidado de los inconmensurables bienes de la justicia, la paz y la protección de la creación”.
Por otro lado, es relevante destacar que durante el papado de Francisco la Pontificia Academia de las Ciencias puso especial foco en la cuestión ambiental y climática. Creada en 1603, es la única academia supranacional de ciencias del mundo y la primera academia exclusivamente científica del mundo. Durante el último papado, la Pontificia Academia publicó los siguientes documentos vinculados a la cuestión:
- Llamado planetario a la acción para la resiliencia ante el cambio climático (2024).
- Políticas climáticas para todas las personas y para la naturaleza (2023).
- Ciencia básica para el desarrollo humano, la paz y la salud planetaria (2022).
- Reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos (2019).
- Ciencia y acciones para la protección de las especies: Arcas de Noé para el siglo XXI (2019).
- Cambio climático, salud del planeta y futuro de la humanidad (2018).
- Health of People, Health of Planet and Our Responsibility Climate Change, Air Pollution and Health Workshop (2017).
- Biological Extinction How to Save the Natural World on Which We Depend (2017).
- Actualizando la visión de Laudato si’: Sobre el cuidado de nuestra casa común (2016).
- Laudato si y el camino hacia la COP22 en Marrakech (2016).
- Los niños y el desarrollo sostenible: un desafío para la educación (2015).
- La esclavitud moderna y el cambio climático: el compromiso de las ciudades (2015).
- Conceptos evolutivos de la naturaleza (2014).
Asimismo, Francisco -junto con otros líderes religiosos- promovieron la creación del Faith Pavilion en la COP 28 (Dubai) como un espacio dentro de las Conferencias de las Partes (COP) de la ONU sobre el cambio climático donde diferentes organizaciones religiosas y de fe se reúnen para promover la acción climática. “Necesitamos, urgentemente, actuar por el bien del medio ambiente. No basta con aumentar el gasto: necesitamos cambiar nuestro estilo de vida y, así, educar a todos a un estilo de vida sobrio y fraterno”, afirmó en discurso de inauguración.
Por último, en Laudato si, Francisco propone un desafío de enorme actualidad que es -también- un llamado a los empresarios cristianos en tanto que “el problema es que no disponemos todavía de la cultura necesaria para enfrentar esta crisis y hace falta construir liderazgos que marquen caminos, buscando atender las necesidades de las generaciones actuales incluyendo a todos, sin perjudicar a las generaciones futuras” (LS 53).
Por lo tanto, es claro que el Papa Francisco ha dejado una huella profunda en la Doctrina Social de la Iglesia al incorporar de manera central e innovadora la cuestión ambiental y climática. Con Laudato si, Laudate Deum y sus múltiples iniciativas, Francisco propuso una mirada integral que une fe, ciencia, cultura y política en la búsqueda del cuidado de la casa común.
Inspirada por la profundización en la ecología integral y en la espiritualidad ecológica promovida por el Papa Francisco, sin duda la Iglesia continuará su misión de recordar que el respeto por la creación pertenece al núcleo del designio divino y de la dignidad humana, orientando —según la Doctrina Social— la vida social con principios de reflexión, criterios de juicio y orientaciones a la luz del Evangelio.