El triunfo de La Libertad Avanza en las elecciones legislativas del domingo hace pensar en un relanzamiento del Gobierno de Javier Milei. Acá, algunas de las claves de qué pasó y qué se puede esperar de la política en el próximo año.
Las explicaciones de la realidad no son la realidad. Y las explicaciones simplificadas, menos. Lo que vas a leer en las próximas líneas es una versión más o menos arbitraria de por qué LLA ganó la elección legislativa del domingo pasado y una estimación de qué se puede esperar del Gobierno en el próximo año. Si a alguien le sirve para explicarle a un jefe, a un cliente, a la casa matriz de una multinacional o a su sobrino lo que está pasando en la Argentina, habrá cumplido su objetivo.
¿Por qué ganaron los candidatos de Milei? Las posibles razones son muchas. La mayoría de los analistas coinciden en la baja de la inflación, el susto del 7 de septiembre en la provincia de Buenos Aires, la influencia de la boleta única de papel y la modorra de los intendentes bonaerenses. También suman el salvataje de Trump, que llegó con un salvavidas cargado de dólares, y, por qué no, la simpatía del Colo Santilli, que vino a sacar las papas del fuego cuando se le estaban quemando a José Luis Espert. Todo puede ser.
Pero el futuro importa más que el pasado, así que mejor pensar en qué se puede esperar del próximo año, antes de que el mundo político entre otra vez en modo electoral, en 2027. Acá, algunos factores a mirar:
- Milei o Perón. El modesto 68% de participación hace juego con una tendencia global: cae el interés en la política. ¿Quiénes son los primeros que dejan de ir a votar? Los independientes del centro. Resultado: las opciones más moderadas languidecen y los extremos se llevan el grueso de los votos. Justo lo que quiere Milei: polarizar con el peronismo que, radicalizado, se va volviendo difícil de digerir para los apartidarios.
- Peronismo acéfalo. La derrota del PJ, particularmente en la provincia de Buenos Aires, deja a ese espacio político sin un líder claro: Axel Kicillof, que estuvo angelado por un mes y medio, pierde ahora su magia. Y el kirchnerismo, con CFK recibiendo a dirigentes en San José 1111, no acaba de extinguirse del todo. Así las cosas, no es imposible que el PJ acabe partido en dos. Música para Milei.
- El Congreso, clave. Ya con números que le permitan sostener los vetos, Milei jura que su prioridad va a ser ahora pasar las reformas pendientes: fiscal, laboral y jubilatoria, en ese orden. Bilardista militante, asegura que el nuevo gabinete va a estar hecho a imagen y semejanza de las alianzas que LLA necesite en el Congreso para que las leyes pasen. Audaz. En las próximas semanas sabremos si es verdad.
- Gobernadores debilitados. Hace un mes, el precio para conseguir apoyo de algunos jefes territoriales rebeldes era alto. Con los números del domingo en la mano, todo cambia. Con bajas chances de formar un espacio competitivo para 2027, los principales referentes de “Argentina Federal” tienen poco que ganar y bastante que perder si se vuelven abiertamente hostiles a la Casa Rosada. Otra ventaja para Milei.
- Trump. Nunca antes un presidente estadounidense se jugó tanto por la Argentina como ahora. El auxilio financiero hace pie en la simpatía que Donald le tiene a Javo y en el rol estratégico que cumplimos en América Latina para la madre de todas las batallas: la de los Estados Unidos con China. Mientras Trump esté en el poder, es probable que la Argentina mantenga su posición de privilegio. Pura suerte.
- Posibles errores no forzados. Pero… para todo hay un pero: el triunfo del domingo no asegura que el Gobierno quede del todo exento de su propia torpeza. Libra y Spagnuolo son sendos tiros en los propios pies. ¿Habrá más? Y la interna entre Karina Milei y Santiago Caputo, que aun con sus treguas parece haberse vuelto crónica, no deja de parecerse una bomba siempre a punto de estallar. Warning!
Así las cosas, el mundo mira con atención a Milei, a ver si lleva la nave a buen puerto o la estrella contra las piedras con todos nosotros adentro. Sea cual fuere nuestra preferencia política, que las fuerzas del cielo nos acompañen.
