ACDE Hoy

Una mañana para renacer hermanados en Cristo

Escuchar este artículo

Iniciamos el camino con el asombro de Nicodemo.

Nicodemo, maestro reconocido de la ley, ya había sido conmovido por el poder y la autoridad con que Cristo se pronunciaba. Esa palabra viva había revolucionado sus estructuras mentales, espirituales y morales, construidas durante años de estudios y predica de la ley. Ahora, sentía esa mezcla entre la atracción del Verbo y la confusión por lo humanamente incomprensible de la propuesta. Entre la vergüenza del “qué dirán” y el ardor de su corazón por respuestas, se atrevió a dejarse llevar por la pregunta al encuentro con Cristo: ¿Es posible volver a nacer de adulto?

Esa tensión entre la seguridad de lo conocido y vivido hasta el momento y el torbellino de sensaciones de lo nuevo por nacer, es una experiencia típica de quienes transitamos el ciclo de los +50 y nos inspiró a iniciar, en el 2024, un camino de búsqueda y descubrimiento en la intimidad de nuestros hogares y corazones. Al igual que Nicodemo, nos dejamos llevar por las preguntas: ¿Cuál es nuestro propósito en este momento vital? ¿Qué quieres Señor de mí, en este momento de mi vida?

La riqueza de ese recorrido en pequeñas comunidades durante dos años, compartiendo la vida profesional, personal y espiritual, nos animó a soñar más alto, más profundo y más unidos.  ¿Es posible tener una vivencia profunda de hermandad en Cristo entre todos que nos inspire a renacer como niños en la vida adulta? 

La mañana del sábado 20 de Septiembre nos congregamos unos cuarenta de nosotros en la Parroquia Sagrada Familia de Nordelta a vivir esa experiencia profunda y renovadora de comunidad en la primera Convivencia del Grupo Senior G+ de ACDE. A diferencia de Nicodemo nos atrevimos a escuchar juntos, a la luz del día y en comunidad, la respuesta de Jesús: «No te asombre de que te haya dicho: “Tienen que nacer de nuevo. El viento sopla por donde quiere, y oyes su sonido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu”» Jn 3:7-9.

Con esta invitación de Cristo, iniciamos un recorrido de tres momentos que formaron la vivencia de la Convivencia: i. Cristo viene a nuestro encuentro; ii. Renacer en la etapa G+; iii. Apóstoles con carisma empresario Enrique Shaw.

Cristo viene a nuestro encuentro.

Si estábamos sentados esa mañana de Sábado con pronóstico de fuertes tormentas a 30 km de la capital, era porque Cristo nos había convocado. Y estábamos dispuestos a dejar que Cristo viniera a nuestro encuentro. 

Viajamos al año 2 A.C. a Magdala para experimentar a través de la vida de María de Magdala, la vivencia del encuentro salvífico con el rostro del Señor. Tan bien representado por la Serie Los Elegidos de Netflix, nos identificamos con María Madgalena en esa vulnerabilidad humana que nos atraviesa en la soledad, impotencia o angustia de nuestra vida adulta. Al igual que María Magdalena, cuando humanamente ya no encontramos respuestas, Jesús nos mira a los ojos y nos dice: «No temas, porque yo te he redimido; te he llamado por tu nombre; tú eres mío» Isaías 43,1.

Conectados con esa confianza de sabernos amados por Cristo desde el inicio, como un niño tomado de la mano de su padre, nos atrevimos a tocar nuestras vulnerabilidades. 

¿Qué atraviesa mi corazón hoy a mis +50? La impotencia ante mis límites, la necesidad de ser valorado, mis pasiones desordenadas, mi miedo a ser ignorado, a perderlo todo o volverme irrelevante, la angustia por mi futuro, el dolor por lo no resuelto, la falta de sentido de vida, no corresponder a llamado del Señor. 

Solo quien se reconoce vulnerable – plausible de ser herido – necesita de un Salvador. 

Confiados que en nuestra vulnerabilidad, Cristo construye la historia de salvación, le presentamos nuestras heridas al pie de la cruz. Nos servimos como hermanos de acogida mutua para recordarnos las palabras de Cristo: No temas, yo te he redimido. Y dejamos que el poder de su palabra viva penetrara en nuestros corazones y sanara nuestras heridas.

Cerramos este primer momento, adorando en canto a la Luz que brilló en las tinieblas, al Rey grandemente exaltado, al Dios que es asombroso para mí.

Renacer en la etapa G+

Al ver las caras volver del Templo luego de ese espacio personal y comunitario de encuentro con Cristo, nos dimos cuenta que este segundo espacio sería intenso, estábamos implicados, compartiendo en comunidad lo que ya estaba sembrado en los corazones.

Propusimos un recorrido en cuatro pasos como ejercicio práctico en este compromiso personal por renacer.

Todo comienza por aceptar

Aceptar nuestro momento vital, donde hay ciclos que comienzan a agotarse, tiempo que ha pasado y lo que ayer era valioso hoy ya no lo es tanto aunque me tenga retenido, necesidades postergadas demasiado tiempo, viejos logros que se están transformando en peso en la mochila y a los cuales hay que saber soltar para hacer nuevo espacio.

Pero había que ponerse en marcha a partir de ponerle nombre a aquello que debo aceptar, para empezar a soltar, y desde mi comenzar a resignificar mis espacios valiosos y buscar aquellos que mi momento vital me está reclamando.

Los equipos comenzaron a trabajar y comenzaron a compartir entre ellos preguntas muy movilizadoras:

  • vida profesional (¿Qué quiero? ¿Qué me hace feliz? ¿Cómo sigo? ¿Cómo hago para que mi trabajo me atraiga ¿Cómo animarme a salir de la seguridad del trabajo que no me hace feliz para ampliar mis sueños de servicio?  ¿Cómo brindarme?), 
  • de vida personal (Miedo al fracaso y la desilusión, luz sobre el propósito en la vida, miedo sobre la salud, necesidad de disfrutar cada minuto de la vida, aceptar que pasaron los “años buenos”, ¿y ahora? ¿Cómo focalizarme hacia adelante en el vaso medio lleno?)
  • de vida espiritual (¿Dejo a Dios ser Dios o me “adueño” de todos los problemas? ¿Qué camino quiere Dios para mí? –¿Cómo volverse niño? ¿Cómo devolver los talentos recibidos?)
  • de vida en comunidad (¿A que tribu quiero pertenecer? – ¿Cómo Llevarme con los hijos? – Buscar mis espacios y disfrutarlos Donde aparte de lo conocido – Encontrar mi camino solidario 
  • Es momento de Buscar nuevas opciones

A partir de Aceptar podemos comenzar a Buscar, es decir, descubrir, aprender como niños, preguntar, escuchar, vivir, entender y sentir, entendiendo este proceso como una aventura.

Para este momento les sugerimos que descubran sin necesidad de saber, que no era necesario decidir, pero que al buscar combinen “hacer-sentir-pensar”, para aprender, vivenciar y entusiasmarnos, para conectar lo “nuevo vivido, pensado y sentido” con nosotros, y ver si puede ser parte nuestra.

Una vez más, la devolución superó por mucho el planteo.  Una agenda rica de ejemplos a buscar comenzó a compartirse.

Pudieron poner en palabras sus motores de una búsqueda. Hablaron de “buscar paz, discernir bien, expandir sus zonas de confort, recalibrar, equilibrar, frenar la vorágine, ocuparse de uno mismo, poder perder el “control”, emprender con aceptación y templanza, encontrar lo que “la providencia tiene para mí”, ser puente de bendición para otros, escucharlos y estar más cerca de ellos”.

Por sobre nos impactaron palabras de como “buscar con otros ojos”, parafraseando a Proust, pues compartieron pensamiento como: “asombrarme en el recorrido, ser inquieto, curioso, disfrutando del camino, caminar con desapego, confiar y observar al explorar y abrir nuevas puertas, comprensivo y a la vez resiliente, entusiasmándome en la diversidad, resignificando el miedo a lo nuevo como curiosidad por conocer y probar y, por sobre todo, aprender a “tomarme un tiempo sin tiempo”, solo por el valor de hacerlo.” 

Crear es ponerle nuestro sello al Buscar

Crear es adaptar lo que encuentro en ese proceso de búsqueda a mí mismo, es adaptarlo a mi impronta, es validar que lo disfruto y puedo conectarlo a mi camino hoy, trayendo el futuro al presente.

Es un proceso que me permite “cambios amables”, no abruptos, procurando disfrutarlo, conectarlo a mi camino (darle forma) “aterrizaje suave” y “despegue suave” superpuesto. Pero también Crear es darle el mejor significado y valor a las fases de mi vida que están finalizando, que no serán eternas y merecen cerrarse con tanto entusiasmo como las he vivido, agradeciendo a todo el capital de experiencias, riquezas y talentos que me fueron dados a partir de ella.

Y la experiencia fue de mucho Crear compartido nuevamente, creando “desde mi” involucrándome, dándole espacio y tiempo a lo postergado, con “determinada determinación” (sic), atravesando dolores con alegría, estimulando inquietudes y cuestionando “paradigmas”.

Pero también remarcaron que había que “crear desde nosotros”, con más networking, pidiendo ayuda, escuchando y compartiendo experiencia para enriquecer al otro, al tiempo de “Crear Junto a Cristo”, aumentando el contacto con Dios para discernir y alimentar la confianza en este camino, sabiendo que Dios escribe despacio en márgenes torcidos.

Y finalmente contar para hacerlo parte mía.

El cuarto momento fue poder escucharnos desde el compartir, como dice Bruce Feiler estas vivencias, “preliminares, vagas, aún en borrador”, con los demás.  Nos gusta que nos consuelen, animen, inspiren, desafíen y, a algunos de nosotros, incluso que nos provoquen. Lo hacemos con personas de confianza que nos quieren bien, porque contando vivencias, un día comienzan a suceder.

Nos damos cuenta a la vez que nuestro pasado está colaborando con nuestro futuro.

En este espacio de escucharnos surgieron muchos de los pensamientos, pegados en decenas de post it que ya hemos compartido, pero uno muy intenso que aun nos sigue resonando: Mi proyecto es vivir con mucho valor los partidos que me quedan por jugar en mi propia vida

Y a partir de allí y de esa elección de vida, sabiendo que las personas somos más relevantes que los roles que ejercemos, nos espejamos al carisma de Enrique Shaw, en el espacio de cierre de nuestra mañana

Apóstoles con carisma Empresario de Enrique Shaw

La llama estaba encendida, pero como dice el Evangelio: «No se enciende una lámpara para ponerla debajo de un cajón, sino sobre el candelero para que alumbre a todos los que están en la casa» Mt 5,14-16.  Como hombres y mujeres de empresa, nuestra casa es el ámbito empresario y también nuestro lugar para alumbrar.

En este tercer momento, asistidos por la IA, escuchamos a Enrique Shaw transmitirnos sus enseñanzas de vida. Actualmente en proceso de beatificación, Enrique Shaw fue el fundador de ACDE, pero sobre todo, es inspiración de apostolado en el ámbito empresario

Inspirados en la valentía de Enrique Shaw de soñar con la santidad, nos propusimos interpelarnos por el carisma empresario de Enrique Shaw. Pero, ¿Cuál es ese carisma? ¿Acaso podemos sintetizar en un carisma una vida tan prolífera en gestos de Dios?

¡Si!. Nos atrevimos a hacer un ejercicio de síntesis de su ejemplo de vida en un carisma. Descubrimos que en el corazón del testimonio de Enrique Shaw está la dignidad de la persona como principio y fin de la empresa. Entonces nos preguntamos: ¿Cómo poner a la persona en el centro de nuestra empresa? 

Ya seamos ejecutivos corporativos, dueños de pymes o profesionales independientes, todos tenemos una empresa. Etimológicamente la palabra empresa tiene raíces del latín en la palabra imprehendere, que significa “acometer algo”. En nuestro ámbito profesional todos emprendemos algo, tomamos riesgos, encaramos una hazaña, asumimos una misión. Por eso, todos nos vimos invitados a encontrar la forma práctica de dar testimonio de esta esencia del carisma empresario de Enrique Shaw, poniendo la dignidad de la persona al centro de nuestras empresas.

Con el ánimo de enriquecer el carisma, con el prolífero testimonio de Enrique Shaw, destacamos los rasgos empresariales y personales de su vida como empresario.

  • La concepción de la empresa como comunidad de vida, la empresa como motor del buen progreso (eficiente, sostenible y humanizante) y la empresa como promotora del bienestar de la sociedad, fueron los tres rasgos empresariales destacados de su carisma.
  • El propio perfeccionamiento como deber fundamental, la comunión con Dios como fuente de discernimiento y fortaleza, y la audacia y la fidelidad con la misión, fueron los tres rasgos personales destacados de su carisma.

Entre todos le dimos vida a este carisma, con acciones que nos llevamos para ponerlo en práctica en cada una de nuestras empresas. Así como tenemos diferentes carismas para vivir la fe en nuestra vida personal, ya sea un carisma mariano, contemplativo o misionero, estamos invitados e inspirados a ser apóstoles en la vida profesional bajo el carisma empresario de Enrique Shaw.

El cierre

Habíamos vivido una mañana intensa, profunda y entretenida. Habíamos hecho un viaje de tres momentos en tres claves que quisimos hacer consciente. 

En clave espiritual, Cristo había venido a nuestro encuentro para recordarnos: «No temas porque yo te he redimido. Tu eres mío». Nos había invitado a renacer desde el Espíritu y nos invitaba a ser apóstoles, respondiendo a su segundo llamado a Pedro como Cristo Resucitado: «Apacienta mis ovejas».

En clave humana, iniciamos por aceptar nuestro momento vital y las vulnerabilidades que nos trae. Jugamos como niños exploradores a buscar y crear el “para que” de este nuevo ciclo vital. Y finalmente, nos atrevimos a contar, como acto declarativo al mundo de los partidos que queremos jugar para adelante.

En clave de vocación Acdeana, reafirmamos nuestra declaración de Asociación Cristiana porque es Cristo quien nos convoca, nos alentamos a renacer como comunidad G+ en la etapa silver de la vida y nos reconocimos en nuestro rol de Dirigentes de Empresa invitados a ser apóstoles con el carisma empresario de Enrique Shaw.

Nos atrevimos a soñar alto y el Señor no nos defraudó. En la noche previa nos había cancelado el guitarrista y el Señor nos envió un ángel con voz, guitarra y violín. El pronóstico anunciaba tormentas y el Señor abrió el cielo entre las lluvias y nos regaló calma. A una semana había 15 inscriptos y el Señor convocó a 40 hermanos entre socios de ACDE y sus amigos. Una vez más el Señor nos dijo: «No temas porque yo te he engendrado. Tu eres mío. Tu eres mía».

Sobre el autor

Ignacio Bernard y Gustavo Calveiro

Deje su opinión