La reunión en el Vaticano convocada por UNIAPAC sobre la economía inclusiva fue una ocasión singular para abrir un diálogo internacional, invitándonos a todos a poner manos a la obra, para una joven emprendedora, como es mi caso y el de otros socios de ACDE que pudimos participar de esa invitación. La vocación de un empresario es una noble tarea si sirve al bien común con su esfuerzo por multiplicar y volver más accesibles a las posibilidades, de todo tipo.
En la reunión, el Papa Francisco nos recordó que los líderes de empresa están llamados a cooperar con Dios, armando empresas con el fin de mejorar las vidas de quienes nos rodean. Tenemos que ser fieles a la coherencia con nuestros valores y nuestra conciencia. “El dinero no debe ser el fin de una empresa, sino una herramienta para lograr la felicidad de la gente”, dijo el Papa Francisco.
No es lo mismo tener una división de RSE en tu empresa, que ser una empresa social: una empresa que tiene la ayuda al prójimo como parte de su meta y su ADN, surgió de la conferencia (descargue en la desgrabación completa y audio con la mención del Papa de Enrique Shaw). Las empresas no deben existir sólo para ganar dinero, aunque el dinero sirva para medir su funcionamiento. Las empresas existen para servir. En este sentido, el Santo Padre hizo hincapié en la urgencia de “recuperar el sentido social de la actividad financiera y bancaria, con la mejor inteligencia e inventiva de los empresarios”. Esto supone “asumir riesgos, teniendo que renunciar a ciertas ganancias económicas”.
Vivir para servir
Es un tema recurrente en mi mente, que quiere decir servir a los demás desde mi lugar? Pienso en la frase bíblica, “los últimos serán los primeros”, estamos llamados a servir al mundo que nos rodea y a permitir que Dios actúe en nuestras vidas, preguntándonos cada día como podemos ser mejores personas y tratar con más caridad a quienes nos rodean: es un camino que dura toda la vida.
¿Qué quiere decir la santidad desde el lugar de cada uno? El resto de mi generación probablemente use una palabra distinta a “santidad”, pero se muestran muy interesados en esta pregunta: ¿qué hace que nuestro tiempo, nuestros esfuerzos, valgan la pena?
Cada vez más, mi generación apuesta por los valores. Jean-Marc Liduena compartió un estudio de Deloitte, que nos hizo sonreír a los jóvenes por su veracidad: la generación de millennials, de la que formo parte, prefiere trabajar en un lugar que tenga un propósito mayor, comprando en locales que ayuden a una buena causa, de manera que no es solamente ético ser solidario con los demás, sino también puede ser rentable, porque atrae clientes interesados y trabajadores talentosos.
Al emprender, gracias a ACDE, traemos el ejemplo de Enrique Shaw, fundador y primer Presidente de ACDE, cuyo proceso de canonización promovió el Papa cuando era arzobispo de Buenos Aires y al que recordó nuevamente en la reunión de UNIAPAC: nos recomendó a todos los que allí estuvimos y a los católicos en particular, a seguir su ejemplo y acudir a su intercesión para ser buenos empresarios.
Reflexiones propias
El Papa insistió sobre la necesidad de construir una economía inclusiva, en la cual nadie quede descartado, o sea visto como un producto de consumición. Este es un concepto que he visto reflejado en el mundo del arte contemporáneo. Unas semanas antes estuve en Torino donde inauguraban en la Fondazione Sandretto Re Rebaudengo la obra Unemployment de Josh Klein, un artista que ponía a personas en bolsas de basura, haciendo visual lo que dice el papa: vivimos en una cultura donde todo, incluso las personas, son vistas como descartables.
Cuándo entre en ACDE me sorprendió un vídeo que preguntaba: ¿dónde está Dios en tu plan de negocios? El Padre Aldo Trento ha nombrado a Cristo como Director Ejecutivo de su hospital; ¿podemos hacer nosotros algo similar? ¿Qué querría decir en el día a día? ¿Estamos dispuestos a intentarlo?
Panelistas dixit
Raj Sisodia, miembro fundador del capitalismo consciente, Profesor de Negocios Globales (Babson College, EE.UU.), dijo que las empresas deben trabajar en el concepto de sanación, porque hay mucho dolor en el mundo y un líder que sólo se ayuda a sí mismo es sólo un tirano.
“Sólo el 20% de las personas mundialmente se sienten comprometidas con su trabajo, el potencial de las personas no se está realizando y no son capaces de dar los regalos que podrían dar si fueran florecientes. El bienestar de los empleados debe ser considerado como una meta crucial. Los líderes conscientes son los que inspiran lealtad y son consistentes en el alto rendimiento en sus equipos.”
Katherine Milligan (Schwab Foundation for Social Entrepreneurship), mientras tanto nos recordó de la importancia de la escucha, diciendo que antes de embarcar en proyectos grandes de caridad, es importante escuchar, entender realmente el contexto y las necesidades de quienes nos rodean.
El obispo David Urquhart (Iglesia Anglicana) dijo “Necesitamos tolerancia que se mueve en la participación, una tolerancia activa: quiero saber quién sos, aunque no esté de acuerdo contigo, estoy realmente interesado en conocerte mejor. Vamos a movernos más allá de lo cortés, que impone una distancia. ¿Podemos permitirnos un espacio para los fracasos? Nuestro Dios fue considerado como fracasado cuando murió…. y luego hubo una resurrección! ¡No tengamos miedo a cometer errores!
Conclusiones
Como empresarios estamos llamados todos a buscar el bien común de nuestra comunidad local y global. Cuando primero busco querer el bien de los que me rodean, inevitablemente el resto de los factores se alinean positivamente. No se trata de ser perfectos, sino de empezar cada día con la pregunta, yo desde mi lugar: ¿cómo puedo responder? ¿Que está en juego? Yo lo compruebo día a día, al enfocarme en querer más a las personas, valorarlas y tratar de que sean más felices, citando y poniendo en práctica la frase bíblica: “busca el cielo y todo lo demás nos será dado por añadidura”