Casi sin quererlo, el año pasado para esta fecha, pusimos el foco en encontrar puentes entre el día del trabajador y la figura del consultor, asesor y/o quien ejerce profesionalmente una mirada externa. Es una verdad describir a San José como una persona que acompaña en silencio y que siempre está presente cuando se lo necesita. De ahí surgen los vasos comunicantes. En este momento de crisis surgió otro modelo que también tiene en el Servicio su razón de ser: Simón de Cirene.
Si tomamos al Vía Crucis como una situación extrema existen muchas situaciones que invitan a repensarnos en nuestro camino diario, tanto de la vida profesional como personal. Esta última no es motivo de análisis, pero no puede escindirse de nuestra vida diaria. Somos trabajadores con rostro humano. Volviendo a aquella analogía con la profesión, una de las especialidades de nuestro día a día laboral es el asesoramiento en tiempos de crisis…en tiempo de vía crucis.
Cómo hacemos para transitar ese sendero de caídas y momentos donde nos encontramos perdidos, sin brújula ni ayuda de un externo. Allí entra en juego la mirada contemplativa y asertiva de aquel que está para tender la mano y poner el hombro para seguir y cumplir el objetivo previamente anunciado. Podría sumar estratégico, pero deja entrever cierto cálculo y previsión que, en este caso resta.
Hay un momento de entrega y de confiar en el otro. Aquí surge el Cireneo. Un trabajador que “viene del campo”. Que está al costado del camino, carente de centralidad y que cobra sentido desde la ayuda. No sólo pone el cuerpo sino el corazón para mitigar el dolor o el conflicto y, por qué no, transformarse en un verdadero Issues Manager. Entrar y salir. Acompañar el proceso y ayudar a llegar al otro, sea una empresa, una organización o simplemente a alguien que necesita que le carguen su cruz. Dar y recibir. Pedir y aceptar. Caerse y levantarse (o en este caso, recostarse en el otro).
Esa imagen de la V Estación es un alto en el camino, es darse cuenta de que sólo no se puede. Allí es donde el Cireneo entra en acción, toma la Cruz, la hace propia y empuja. Lo mismo que el consultor ante la crisis: mira, analiza y actúa con convicción, con la firmeza de los años de trabajo y de especialización.
“Volver del campo” y ayudar no es más que una forma de 24/7. La vida misma del consultor. Saber que en todo momento y en todo lugar siempre se debe estar preparado para acompañar el derrotero del otro. Aquel Cireneo no duda, dice SÍ al pedido. Ese “venir del campo” denota también que es un trabajador, que vuelve al hogar para reponer fuerzas y para el día siguiente salir a dar (como dicen los rotarios) de sí sin pensar en sí. Actitudinalmente, se espeja con el presente: analiza la situación y actúa en consecuencia cuando es convocado si así no fuera, esa mirada analítica, sería insumo para -por ejemplo- entender patrones de comportamiento. Una suerte de “social listening” de estos tiempos.
Como dijimos alguna vez, la disciplina de los asuntos públicos tiene dos columnas troncales: el análisis y el relacionamiento. Antes de actuar hay que mirar, estudiar, pensar realmente cuál es el traje a medida de la situación. El Cireneo estaba ahí, en lugar indicado, en el momento justo apresto para dar el sí y ser sostén sabiendo que la tierra prometida no queda lejos.
me encantó. Gracias por esta publicación