Valores

El rol de la empresa y el empresariado

El presente extracto es un adelanto del libro ‘Un empresario en plenitud: Enrique E. Shaw’, de Sara B. Critto de Eiras. Fue extraído del Capítulo 2: Su pensamiento inspirador sobre la empresa y su misión.

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A continuación haré una recopilación de algunas de las ideas de Enrique Shaw en el ámbito empresario. Para Shaw la empresa es una comunidad de vida, instrumento de dignificación, hogar de relaciones humanas, escuela de prudencia y responsabilidad y no un juego de funciones técnicas combinadas de forma anónima. Así la realidad de la empresa tiene las siguientes dimensiones:

“a) La empresa es una realidad económica que se presenta como un sistema de recursos (de trabajo, capital, conocimientos técnicos, etc.) organizados a fin de producir y vender bienes o servicios en un medio que la supera, el mercado; b) es una realidad humana que se presenta como una vinculación organizada de hombres entre sí y con la empresa, integrados en un orden jerárquico y con funciones definidas de acuerdo con los objetivos económicos de la empresa. [… Y] c) es una realidad jurídica que se presenta como integrante de un sistema de relaciones externas que la vinculan con un conjunto de organismos y de fuerzas sociales que la trascienden (el Estado, Cámaras Patronales, Sindicatos, opinión pública, etc.)” (SHAW, 2010: 79 -101).

“(…) Al igual que todo grupo humano organizado, la empresa tiene un bien común específico que, derivado de su naturaleza y de sus objetivos, le es propio y por lo tanto debe ser tomado en consideración por todos sus miembros. En resumen, la empresa no debe ser considerada como integrada solamente por los propietarios de los medios de producción sino como unidad de producción en la que los elementos que la integran (aportadores de trabajo y aportadores de capital) se vinculan entre sí y donde el respeto mutuo debe estar asegurado por la estructura misma de la empresa” (SHAW, 2010: 79 -101).

“De lo expuesto se deduce que si bien la empresa funciona gracias a la búsqueda de una utilidad, el objetivo no puede ser la máxima cantidad de utilidades sino el máximo de resultados positivos en todas las dimensiones” (SHAW, 2010: 79 -101).

A cada una de estas tres dimensiones complementarias de la empresa referidas, corresponde un grupo de fines de la empresa:

1) En lo económico:

– Producir bienes o servicios para satisfacer auténticas necesidades humanas (fin externo).

– Proveer retribuciones adecuadas para las diversas categorías de personas gracias a las cuales ella existe, funciona y se desarrolla, que son los aportadores de trabajo incluso en funciones dirigentes y los aportadores de capital (fin interno).

2) En lo humano, debe constituir una comunidad humana de trabajo, para lo cual debe contribuir a:

– Unir a los hombres (trabajo en equipo, relaciones humanas, ética profesional en todos los integrantes de la empresa etc)[1].

– Desarrollar a los hombres (el directivo debe ser como los demás necesitan que sea y haciendo crecer su personalidad).

3) En lo “público”:

– Contribuir al bien de la comunidad de que forma parte (bien común)[2].

En este sentido, afirmaba:

“La estructura de la empresa debe ajustarse a sus finalidades. El mínimo esencial es que asegure el respeto mutuo entre los diversos detentadores de derechos” (SHAW, 2010: 79 -101).

“La empresa privada es inmejorable para producir bienes, y lo que mejor se acuerda a la dignidad del hombre. Pero que no vaya contra el bien común. Que sea bien distribuido el fruto. Una patronal que no busca más que defender su posición es incapaz de mantener la paz social” (SHAW, 2013: 59- 60).

La empresa es una fuente de vital importancia para generar empleo productivo de los trabajadores. Es un desafío el trabajo en conjunto para que los intereses sectoriales y personales no dañen la sociedad buscando regulaciones en beneficio propio y no del interés general que generan cartelizaciones con las consiguientes crisis. Las compañías no deberían hacer lobby para presionar a los gobiernos y los diversos entes para obtener ventajas sobre sus competidores y/o no pagar impuestos.

La empresa, para transformar la realidad de algunas cosas, requiere un gran trabajo en equipo organizado con un liderazgo orientado hacia el bien. Enrique, ejerciendo un liderazgo positivo, colaboró en transformar el sector industrial del vidrio en Argentina siempre abierto a los adelantos tecnológicos y al conocimiento de los procesos que observó y aprendió en el exterior para alcanzar productos de excelente calidad. Por ejemplo, puso todos los medios hasta lograr que los platos que se producían en las Cristalerías no tuvieran ni la más pequeña imperfección.

[1] . Testimonio de Inés Nugent de Amaya que fue durante 10 años secretaria de E. Shaw y recuerda estos episodios: “Era muy fácil llegar hasta él, por ser una persona muy sencilla, siempre dispuesta, y fundamentalmente respetuosa de la clase obrera; razón por la que muchos lo querían tanto y se le acercaban cuando necesitaban ayuda”.

[2] “El bien común es decir, el establecimiento de condiciones públicas normales y estables, de modo que no sea difícil a los individuos y a las familias la vida digna, regular y feliz, llevada según la ley de Dios, ese bien común es el fin la regla del Estado y de sus órganos (AyBEES, Caja nro. 129, 6)”, (Aranda, 2009: 355 y sgtes).

Sobre el autor

Sara Critto de Eiras

Abogada (UCA) y Magister en Matrimonio y Familia por la Universidad de Navarra (2012). Además realizó la Maestría en Derecho y Economía en la Universidad de Buenos Aires.

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