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Autoexigencia: enemiga del Hacer

Escrito por Luciana Ferrara
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“Si puedes enfrentarte ante el triunfo y el fracaso
Y mirar de la misma manera a estos dos impostores,
Sin que por ello te sientas ni demasiado sabio
Ni demasiado tonto…”

If, de Rudyard Kipling (adaptación)

Nuestra cultura valora a las personas perfeccionistas y exigentes, y condena el error. Nos auto-exigimos y ponemos tan alta la vara, que nos estresamos desde antes de comenzar centrando nuestra atención sólo en el resultado, olvidando disfrutar el proceso. Solemos creer que la autoexigencia es positiva, porque la asociamos con el esfuerzo, la constancia, la persistencia en la consecución de nuestras metas y en la voluntad. Pero este sentido omite los factores negativos de esta forma de actuar.

Las personas Autoexigentes suelen ser muy críticas consigo mismas, lo que trae aparejada una gran ansiedad y un alto grado de sufrimiento. Consideran cualquier error o imperfección como un fracaso personal. Creen que deben hacer las cosas de manera impecable y sin fallo alguno, pensando que si no lo hacen así no recibirán la aprobación de los demás. Las personas Autoexigentes, actúan como si sólo tuvieran una única chance de acertar, suelen postergar las tareas para no enfrentarlas hasta lo máximo posible, y terminan encarándolas contra reloj y bajo mucho stress.

Esta forma de actuar y pensar fomenta la propia inseguridad, lo que nos lleva a aumentar el nivel de control, a revisar reiteradamente las tareas, y a pedir aprobación de los demás. En definitiva, a perder mucho tiempo y eficacia. La aversión a cometer errores los somete a no atreverse a probar cosas diferentes y a no retarse a incorporar nuevas habilidades.

Consecuentemente, un alto grado de perfeccionismo lleva a aceptar desafíos desde la perspectiva equivocada: En lugar de vivirlos como un proceso de aprendizaje, se viven como un juicio, en dónde sólo importa el veredicto. Por tanto, en vez de concentrarse en el valor agregado que el desafío les implica, hacen foco en los errores.

Errar no es Fracasar

El error tiene mala prensa y pareciera que fuera un pecado mortal cometerlos. Sin embargo, desde el coaching consideramos a los errores como los mejores aliados del aprendizaje. El error nos marca el camino por donde no debemos ir, nos enseña a prestar más atención y a corregir sobre la marcha. El error es aliado del hacer.

Todas las personas exitosas coinciden en que son sus errores los que les han indicado el camino hacia sus éxitos, porque nos retan a pensar nuevamente las cosas desde otra perspectiva, a hacer cosas diferentes y a empoderarnos para superarlos. Quién acepte que puede equivocarse es más propenso a la acción, quién tema a los errores preferirá quedarse quieto donde está y dejará pasar una gran oportunidad de desarrollarse.

Suficientemente bueno, es SUFICIENTE

La salida de este laberinto comienza cuando comprendemos que el perfeccionismo no es perfecto, que por más que lo persigamos incansablemente lo perfecto nunca se alcanza. Tenemos que comenzar a pensar en alcanzar lo Suficientemente bueno sin sentirnos mediocres.

Esta forma de pensar prioriza lo simple por sobre lo complejo y lo útil por sobre lo excesivo. Para lograr lo suficientemente bueno, es indispensable nunca perder el objetivo final de vista. En cuanto el objetivo fue alcanzado es momento de soltar la tarea, no hay que seguir dedicándole más tiempo ni recursos a la espera de que sea perfecta. Buscar la perfección no nos lleva a dar lo mejor que tenemos, sino a perseguir lo peor de nosotros mismos, nos lleva a una mala administración de nuestros recursos y no nos deja margen para crecer.

Sobre el autor

Luciana Ferrara

Life Coach, Licenciada en Comercialización (UCES) y MBA. Se ha desarrollado como profesional en el ámbito de los negocios trabajando principalmente como Business Planner en American Express hasta el año 2011. En 2016 fundó Impulsarte Consultora.

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8 comentarios

  • Muy bueno artículo. Un muy útil recordatorio de como concebimos mal el “éxito”. Sin duda, aprender de los errores y capitalizarlos, sin por eso desanimarnos, es la mwjor manera de, por lo menos, hacer exitoso al tránsito. Muchas veces ocurre que nos exigimos mas nosotros, que el resto; es nuestra propia mirada la mas vehemente. Ahora… qué desafío el de permitirnos ser suficiente buenos. Gracias por estas palabras TAN INSPIRADORAS.

  • Un interesante punto de vista sobre el error y su real significado. Crecer no siempre es sinónimo de perfecto, ni perfeccion se complaciencia.

  • Cuanta verdad. Cuanto que aprender. Soltar.. Buscamos la perfeccion, que nunca llega ! Gracias excelente articulo.. para relexiona!

  • Muy buen enfoque, análisis y reflexión sobre un tema que cuando lo identificas, lo procesas y trabajas empezas a vivir cada situación laboral o personal con más frescura, alivio, y disfrute. Gracias Luciana por ayudarnos a ver y mirar.

  • Metanoia, desplazamiento mental o cambio de enfoque, tránsito de una perspectiva a otra. Captar el significado de «metanoia» es captar el significado más profundo de «aprendizaje» (Peter Senge). El aprendizaje nos permite re crearnos y capacitarnos a nosotros mismos para hacer algo que antes no podíamos hacer. ¿El fracaso puede conducir a una matanoia?