Cómo Dante puede ayudarnos a comprender el presente

Dante Alighieri y la Divina Comedia. Un puente entre la ética, la justicia y la economía, para el gerenciamiento público y privado

¿Por qué este ensayo? Hace muchos años que, por varias razones, quien escribe se ha encontrado “nel mezzo del cammin di nostra vita”, obligado a tomar decisiones, varias decisiones, cuyo alcance superaba su persona y tenía influencia sobre otros. Decisiones personales y también en el ámbito familiar, profesional, civil, político. Ha surgido entonces varias veces la necesidad de tener el apoyo de un amigo, de un mentor, de un Virgilio que supiera guiarlo porque “la diritta via era smarrita”. Las preguntas que surgen son múltiples: ¿Pueden la filosofía, las letras, ayudar éticamente a los profesionales, intelectuales, científicos, médicos, abogados, ingenieros, arquitectos, directores de empresas, periodistas, políticos, funcionarios, personas influyentes, Ciudadanos? ¿Cuáles son los principios y los sustentos de una ética? El fin justifica los medios. ¿Siempre?  ¿Pero quién justifica el fin?  ¿La ética política es la ética de los resultados? ¿Pero de todos los resultados? ¿Y los principios? ¿Se puede reducir el buen resultado al éxito inmediato? ¿Si queremos distinguir y analizar los resultados, tenemos que volver una vez más a los principios?  ¿Puede Dante Alighieri ayudar al ciudadano? Corrado Augias (1935), periodista italiano, escritor, autor de televisión, ya eurodiputado, escribe:

Todavía recuerdo la pregunta que me hizo el profesor de filosofía el primer día de secundaria: “¿De qué sirve estudiar?  ¿Quién puede responder? «.  Alguien se atrevió a responder cortésmente: “crecer bien», «convertirse en buenas personas».  Nada, negó con la cabeza.  Hasta que dijo: «Para escapar de la cárcel».  Nos miramos asombrados.  «La ignorancia es una prisión.  Porque ahí dentro no entiendes y no sabes qué hacer.  En estos cinco años tenemos que organizar la mayor fuga del siglo.  No será fácil, te quieren estúpido, pero si escalas el muro de la ignorancia lo entenderás sin tener que pedir ayuda.  Y será difícil engañarte.  ¿Quién está ahí? ¿Quién se prende? «

Dante Moderno, Actual o Eterno 

Dante se lee y se estudia en todo el mundo, razón por la que se puede decir que es actual. Nunca ha sido tan alabado, admirado y famoso como ahora. Y cuando hablamos de política y economía, muchos piensan que Dante tiene características de conservador o reaccionario. ¿Es Dante un tradicionalista? ¿Qué piensa de la política, de la economía? ¿Rechaza la modernidad de la nueva realidad socioeconómica que se presentaba a sus ojos hacia el año 1300?  ¿Qué piensa de la avaricia y la codicia?  ¿Qué novedad representa Dante en el panorama político y económico de su tiempo y cuánto de este pensamiento permanece intacto hasta hoy? ¿En qué sentido, por lo tanto, es «actual»? ¿Qué aspecto de su pensamiento merece esta calificación? ¿Su visión religiosa? ¿Su pensamiento económico y social? ¿Su sueño político? 

Dante declaró explícitamente su misión: escribir la Commedia para cambiar el mundo “che mal vive” (Purgatorio XXXII, v. 103), para manifestar lo que ha visto, “tutta tua vision fa manifesta” (Paradiso XVII, v. 128) y para no esconder aquel que yo no te escondo, le dice San Pedro “e tu figliuol, che per lo mortal pondo /ancor giù tornerai, apri la bocca, / e non asconder quel ch’io non ascondo” (Paradiso XXVII, vv. 64-66). Pedro no solo reconoce la fe de Dante, sino que lo corona espiritualmente. Ósip Mandelstam escribe: “Resulta impensable leer los cantos de Dante sin relacionarlos con nuestra época. Están hechos para eso. Son herramientas para comprender el futuro. Exigen un comentario in futurum”.

No es de extrañarnos entonces que la idea de Justicia y Libertad de Dante sea una de las piedras angulares y fundamentales de la Divina Comedia. Hablar de Dante y de la ética en la economía no puede ignorar el concepto de justicia.

Per me si va ne la città dolente, / Per me si va ne l’etterno dolore, / Per me si va tra la perduta gente. / Giustizia mosse il mio alto fattore, / fecemi la divina podestate, / la somma sapienza e ’l primo amore. / Dinanzi a me non fuor cose créate / se non etterne, e io etterno duro. / Lasciate ogne speranza, voi ch’intrate. (Inferno III, vv. 1-9)

Versos de los más memorables, de los más inquietantes y amenazantes. Hablan de una puerta. De hecho, “habla” la Puerta. Domina la palabra Justicia. Las tres canticas de la Commedia muestran los tres aspectos del amor de Dios. Esta primera cántica representa el amor como Justicia. De esto proviene, quizás, la imagen de inflexibilidad de la prisión, – ¿acaso el Infierno es inconstitucional? – que luego será contradicho en el Purgatorio y en el Paraíso. La inscripción solemne de la puerta, una inscripción de color oscuro, ya indica al ojo y al alma la esencia profunda y trágica de este lugar: el dolor y su eternidad, sin esperanza; una vez cruzada la puerta no hay esperanza de volver. Esto es el Infierno: el reino de la ausencia de toda esperanza de salvación. La puerta es una advertencia de que este lugar de castigo es eterno. “Lasciate ogne speranza, voi ch’intrate”.

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